Amén de la trascendencia del partido en el que rivalizan este domingo el Unicaja y el Herbalife en Málaga (18.15 horas, #Vamos de Movistar), sobresale un reencuentro con cierto sabor a morbo. El Granca tendrá enfrente al equipo que dirige desde el banquillo Luis Casimiro, el entrenador que llevó al club claretiano a conseguir los hitos deportivos más importantes de su historia.
Durante las dos campañas que el ahora máximo responsable técnico del cuadro malagueño estuvo al frente del conjunto grancanario, este logró su primer título oficial en la élite, al conquistar la Supercopa en Vitoria, y conseguía meter a la entidad en la máxima competición de clubes a nivel continental, la Euroliga, donde los amarillos debutaban con derrota ante el Fenerbahçe justo antes de aterrizar esta tarde en el Martín Carpena.
Después del adiós de Aíto García Reneses en el verano de 2016 dejando el listón muy alto con dos finales, una de la Copa del Rey y otra de la Eurocup, desde la dirección deportiva del Herbalife se quiso seguir con el mismo perfil en el banquillo, un hombre experimentado en la ACB.
No estaba en muchas quinielas el nombre de Luis Casimiro. Desde que lograra aquel histórico entorchado liguero en 1998 con el modesto Manresa, no había vuelto a tener continuidad en los proyectos en los que estuvo.
Después de completar una temporada y media en el CB Sevilla, ponía rumbo a Gran Canaria con la intención de hacer seguir al equipo en su trayectoria ascendente. Lo dejó claro desde que llegaba a la Isla, el listón estaba muy alto.
Muy pronto el nuevo Herbalife de Luis Casimiro comenzó a despejar dudas. Y de qué manera. Se presentaba en la Supercopa de Vitoria en 2016 por su condición de subcampeón de la Copa. Llegaba como la cenicienta a un torneo cuyo cartel lo completaban los tres grandes del basket español: Madrid, Barcelona y Baskonia.
El primer sorpresón lo dio el cuadro claretiano venciendo al anfitrión. En la finalísima esperaba el Barça, del que también contra pronóstico se deshizo el Granca. Sobre el parqué del Fernando Buesa Arena, un 24 de septiembre de 2016, el capitán Eulis Báez levantaba el primer título de la historia del club y se desataba la euforia.
Con ese salvoconducto, el Granca de Luis Casimiro vivía una campaña tranquila en la que cayó en cuartos de final en el resto de competiciones: Liga Endesa, Copa del Rey y Eurocup. Un ejercicio mucho más que digno.
El entrenador manchego iniciaba su segundo curso al frente de los amarillos. Después de perder la final de la Supercopa y la semifinal de la Copa en casa, el Herbalife tenía en el 'Playoff' su última oportunidad de hacer algo sonado. Cuartos ante el Valencia con el premio de la clasificación para la Euroliga como premio gordo.
La serie llega al tercer y definitivo choque en La Fonteta. Allí, los claretianos volvían a escribir otra página gloriosa. Por primera vez en su historia conseguía el billete para el máximo torneo continental.
Todos pensaban que este logro traería consigo la renovación del técnico. Pero llegaba el divorcio amistoso; sin rencores. Pudo más la oferta económica que el Unicaja Málaga le hacía llegar al manchego, que pensaba que con el Gran Canaria ya había alcanzado techo y lo único que haría si se quedara era emborronar los éxitos cosechados.
Ahora llega la hora del reencuentro. Y Luis Casimiro, al que las cosas le ruedan bien en su nuevo destino, da muestras de su caballerosidad: "El Gran Canaria es mi pasado inmediato. Me ha dado mucho. Enfrentarme a jugadores que acabo de entrenar resulta bastante especial".
