Tarde o temprano en el mundo del deporte siempre te llega la oportunidad de tomarte la revancha. Y esta se le aparece al Herbalife El conjunto grancanario vuelve a Moscú para medirse al Khimki, su otrora verdugo, el equipo que le robó la gloria cuando en abril de 2015 le derrotaba en la final de la Eurocup y le privaba de estrenar el palmarés de la entidad claretiana en la élite. Fue la primera piedra, pues luego llegaría el subcampeonato de la Copa del Rey y, por fin, el primer entorchado para sus vitrinas, la Supercopa Endesa de 2016.
Ambos protagonistas vuelven a verse las caras por primera vez tres años después y en diferentes circunstancias, en el marco de la Euroliga, la primera competición continental, un escenario al que está más acostumbrado el club ruso; cursa su sexta participación en el torneo de los torneos en el Viejo Continente, mientras que la escuadra grancanaria vive su estreno.
Mucho han cambiado las cosas desde aquella finalísima de la Eurocup que perdía el Granca en Moscú frente al Khimki. Primero el escenario. Aquel choque de vuelta de la eliminatoria por el título tuvo lugar en el Centro de Baloncesto de la Región de Moscú. Ahora el conjunto soviético disputa sus compromisos en el Mytischi Arena, una mudanza propiciada por consejo de la Euroliga.
Tampoco los respectivos banquillos cuentan ya con los mismos inquilinos. Los rusos saboreaban el título de la Eurocup con un histórico en la dirección técnica, Rimas Kurtinaitis. No menos prestigio acumulaba el entonces entrenador del Granca, Aíto García Reneses. Georgios Bartzokas, ex del Barça entre otros, y Salva Maldonado tienen ahora el testigo.
Y cómo no, las plantillas de los dos conjuntos lógicamente han sufrido una profunda remodelación desde aquella final. Cinco supervivientes de esa batalla quedan en total.
Por el Khimki sobreviven dos nacionales, los aleros Sergey Monia y Egor Vialtsev. Por el bando amarillo, tres jugadores fueron testigos directos de aquel encuentro de vuelta con el título de la Eurocup de la temporada 2014-15 en juego. Los dos capitanes, Albert Oliver y Eulis Báez, y el catalán Oriol Paulí.
La rotación amarilla en esa eliminatoria la completaban jugadores a los que, en algunos casos, su paso por el Granca les catapultó al estrellato: Tomás Bellas, Edy Tavares, Kyle Kuric, Brad Newley, Txemi Urtasun, Ian O'Leary, Levon Kendall, Joaquin Portugues y DaJuan Summers.
En el Khimki había también hombres con pasado en la entidad amarilla. Concretamente el estadounidense James Augustine. El pívot, que anunciaba hace unas semanas su retirada definitiva, cumplía en el ejercicio 2014-2015 su tercer año en el cuadro ruso, al que llegó procedente de la ACB (Murcia). Sobresalían también en esa pujante plantilla otros viejos conocidos del baloncesto español como Tyrese Rice, Marko Popovic o Petteri Koponen.
Sentencia en la ida
Esa final de la Eurocup que coronó al cuadro soviético ante su público en el encuentro de vuelta de la eliminatoria quedó sentenciada ya en Gran Canaria. En el Arena, los jugadores dirigidos por Rimas Kurtinaitis sentenciaron con una victoria apabullante por 25 puntos de diferencia que, salvo catástrofe, dejaba todo dicho.
Pero con el gen combativo que le ha caracterizado, el Granca no renunciaba a la gesta en Moscú. Pero de nuevo se topó de bruces con la realidad. El Khimki le volvía a ganar claramente (83-64). Se conformaba con un subcampeonato que tuvo aroma a título.
