Todo parecía perfecto para que el Herbalife Gran Canaria saliera de su depresión. Había jugado un partido compacto ante el Anadolu Efes. Por no tener, los turcos no tenían ni a su mejor jugador delante: Shane Larkin, víctima del parqué resbaladizo del Gran Canaria Arena en el calentamiento. Venía el Granca de enfangarse en Manresa, de salir vapuleado ante el Khimki, destrozado en casa del Gipuzcoa Basket, colista de la ACB, la semana anterior. Una serie de desdichas para tener un dramón en pleno noviembre. Pero con en esas, estaba en su pista, tratando de encandilar a su gente, vivo, peleón para ponerse con su segunda victoria en la Euroliga. Todo parecía perfecto, pero parecer no es ser.

Tenía el reloj a su favor y un botín de lujo: diez puntos (87-77) y menos de cinco minutos en juego, tiempo suficiente para que el Granca quedase hecho una pena. Tiró a la basura el equipo de Salva Maldonado un partido que tuvo controlado durante todo el choque, con un Anadolu Efes errático, casi muerto en el tramo final y levantado solo por el propio Granca, que le dio la oportunidad de soplarle otro bofetón. La quinta derrota consecutiva del Gran Canaria (90-94) saca los colores a un club que, en la temporada más ilusionante de su historia, vive en la pena. Y el domingo llega el Iberostar Tenerife. Casi nada.

El Herbalife entróen el partido tan fríocomo el propio Gran Canaria Arena, con un aspecto más próximo al de una pachanga veraniega que al de un partido de Euroliga: semivacío con el salto inicial, con una asistencia final de 4.641 ­-ni media entrada-. En ese tanteo inicial, el Anadolu Efes levantó un 2-7 incial (tras canasta de Micic después de una pérdida tonta de Kim Tillie). Se recuperó el Herbalife como un resucitado. Levantó de un golpe un parcial a su favor de 12-2 para remendar el asunto, con Chris Evans y EvansAnzejs Pasecniks con el pico y la pala. Suficiente como para que Ergin Ataman parase el asunto. Más aún cuando Rodrigue Beaubois perdió un balón absurdo en un intento de posteo.

Aguantó bien el equipo de Salva Maldonado cuando Ataman intentó reajustar a los suyos. Se convirtió el partido en un concurso de canastas, con un ritmo más alto y un porcentaje de acierto del Herbalife al término del cuarto que le permitió sostener la reacción del Efes (66,7% de dos y 42.9% de tres)

Cómo contrarrestar los centímetros de Tibor Pleiss en partido eran una de las claves a descomponer por este Granca, tan limitado en la defensa del 'pick and roll' por momentos. El alemán anotó la primera canasta del segundo cuarto después de bloqueo con una facilidad asombrosa. En la soguiente, el Herbalife contestó, con Pasecniks volando por encima de la caeza del teutón para finalizar un alley-oop. Un ejercicio de plasticidad e intimidación que repitió solo tres posesiones después, con el gigante alemán clavado en el tiro libre (31-26). Las cosas no pintaban nada mal para el Herbalife.

Se colocó con un +8 después de un tiro libre encestado por Báez (32-26). Todo un alivio para un equipo que se ha acostumbrado a ir a remolque, lastrado por sí mismo en muchas ocasiones. El flotador del Anadolu Efes estuvo en las manos de Vasilije Micic ­-17 puntos al final-. El serbio, con un triple y un par de libres por antideportiva de Xavi Rabaseda, remó para los suyos. Una reacción a la que se unió Brock Motum y que edificó un parcial de 3-10 con una canasta de Rodrigue Beaubois(35-36).

Chute de Evans

Lo superó el Granca gracias al chute de energía de Chris Evans. El ex del Mónaco tiene esa chispa, esa dosis de adrenalina que a veces resulta desmedida, pero que en ocasiones te salva un día. A base de su ímpetu, de esa cabezonería para mirar a la canasta, empezó a sumar puntos desde la personal. La colaboración de Ataman, con una técnica, ayudó a que el Herbalife despegase (43-36 ,después de un parcial de 8-0).

Siguió picando el Herbalife Gran Canaria en ese momento, con siete puntos de ventaja, sobre la piedra de Ataman (50-43, después de un triple de Kim Tillie).ero Sacó Micic el machete para empezar a acortar la distancia. Entre él y el australiano Brock Motum, el Efes recortó sin ofrecer demasiado en ataque. El Granca se atolondríó en defensa y volvieron los fallos de siempre, con Ondrej Balvin cazando moscas en la zona. Un 0-5 final dejó al Granca solo con dos puntos de ventaja (52-50).

El Anadolu Efes siguió viendo el aro con facilidad al inicio del tercer periodo. Beaubois empezó a soltar la mano con demasiada comodidad, problema serio ese para el Granca. Y eso que Shane Larkin, la gran estrella de los turcos, no había jugado ni un solo minuto en todo el encuentro. Ni así conseguía despegarse el Granca de un Efes de jugones.

Cortó la dinámica el Herbalife gracias a la movilidad de Pasecniks, las gallas de Eulis Báez y el tino de DJ Strawberry. Fue el escolta neoyorquino quien desquició a Ergin Ataman. Él se marcó un gran 2+1 y puso, en la siguiente jugada, un triple desde la esquina que entró como una lanza en el Efes. El parcial era ya de 13-2 (65-57, +8 para el Granca).

Se atascó luego el Herbalife, cargado ya de personales. Poco a poco, a base de libres, los otomanos empezaron a darle mordiscos a la renta que se había labrado el Granca. Solo la mano de un excelso Strawberry permitía al cuadro claretiano (70-64, después de un triple de DJ para poner su punto número 15).

La bestia Bryant Dunston empezó a hacer demasiado daño, recibiendo fácil ante Ondrej Balvin y Kim Tillie (70-68). Pidió tiempo Salva Maldonado, pero los problemas interiores, como en gran parte de la temporada, persistieron ya con Tibor Pleiss en pista, aunque un triple de Albert Oliver mantenía al Granca antes de arrancar los últimos diez minutos (73-70).

El oráculo abrió su libro de enseñanzas. Se puso en modo microondas Oliver. A aquel triple, añadió otro; y a ese segundo triple, otro canastón. No contento el hombre, se marcó otra canasta al tablero. En modo genio, Albert Oliver, discreto en este inicio de curso, hizo al Arena corear su nombre con esos 10 puntos consecutivos (80-72). Hasta el momento no había ni sumado.

El drama

Y de golpe, desconexión y porrazo 0-5 para el Efes. Otra vez a remar. Resultaba imposible despegarse de los turcos para el Granca (80-77). Entró el partido en una fase del miedo: cada acción se medía más que antes. En esas, el Granca se alió con el tiro el 4,60. Empezó a arrancarle puntos al Efes desde ahí. Primero, Strawberry, impoluto su expediente; después, Báez tras antideportiva de Simon; luego, Strawberry; siguió, Kim Tillie. En total, un parcial de 7-0 para colocar la máxima del partido (87-77, min. 35).

De ahí al final, la tragedia. Se apagó el Granca y se apagó Salva Maldonado, inerte, incapaz de pedir un tiempo muerto hasta que, con un parcial de 3-13 el Granca ya estaba bajo tierra (90-92). Tuvo una doble acción para ponerse por delante y ni así. El drama estaba completo.