El Herbalife no está ni se le espera. Esa es la conclusión que deja la derrota (77-91) del conjunto claretiano en el choque de rivalidad regional que le medía ayer en el Arena al Iberostar Tenerife. El cuadro tinerfeño, mostrando solidez y empaque -de lo que careció su rival-, se adjudicó una victoria que deja provisionalmente a la escuadra grancanaria como penúltima de la clasificación de la Liga Endesa.

Mucho tendríamos que remontarnos en el tiempo para recordar una situación parecida, que llega justo cuando el club claretiano festeja una efeméride al alcance de pocos en el basket patrio, 1.000 partidos a sus espaldas en la ACB.

Aunque no era el momento adecuado para celebraciones con el Granca en una situación peliaguda después de cinco choques consecutivos perdidos -tres en la Euroliga y dos en el torneo doméstico-, los aficionados esperaban en el derbi una reacción de amor propio después de ver naufragar a los suyos dos días antes contra el Efes turco, con el que cayó en los instantes finales dejando escapar una ventaja de diez puntos.

Pero nada de nada. El choque de rivalidad regional deja al enfermo en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) y, si no se toman medidas enérgicas, con un pie casi en la tumba viendo el calendario que se avecina, con cinco enfrentamientos en nueve días.

Hartazgo. Esa puede ser la mejor expresión para definir la reacción final del público del Arena ante la sexta derrota seguida del Granca. Pitada monumental que se tornó en tímidos aplausos para los jugadores tras la salida de la pista del entrenador Salva Maldonado, quien se llevaba la primera de la tarde cuando su nombre era anunciado por la megafonía en la presentación del equipo.

Hacia el catalán se dirigen principalmente las miradas a la hora de buscar culpables de la mala trayectoria de un Herbalife muy tocado en lo moral y en lo físico, que daba de nuevo muestras de falta de frescura y descoordinación en la cancha. Quizás también por la toma de posiciones desde el banquillo.

Jugadores muy fuera de sitio, y gente llamada a tener protagonismo estelar muy difuminada, como los casos ayer de Clevin Hannah -11 puntos para maquillar su discretísima actuación- o Chris Evans -dos puntos y seis rebotes-. Y por no hablar del momento de forma de Ondrej Balvin y de Kim Tillie, que siguen con el doctorado en despropósitos que iniciaron al principio de la temporada.

En el otro lado de la balanza dos nombres, los de DJ Strawberry y Eulis Báez. El escolta estadounidense se echó el equipo a la espalda en la primera parte del derbi, mientras que el capitán sacó coraje después del descanso para intentar comandar a una tropa carente de líderes.

Un dato referido a la parcela ofensiva lo demuestra. En el tercer cuarto, el Granca conseguía su primera canasta en juego consumidos los cinco primeros minutos. Hasta el triple de Clevin Hannah que ponía el 50-56, los amarillos sólo habían anotado desde la línea de tiros libres (cuatro puntos). Peor lo del último acto. Hasta que DJ Strawberry anotaba una bandeja para hacer el 64-75, habían transcurrido también cinco minutos -antes Eulis Báez acertó con sus dos libres-.

El preludio del fin. En esos compases iniciales del periodo definitivo, el Iberostar coronaba un parcial de 3-15, que comenzaba a falta de un minuto y medio para la finalización del tercero con 57-58 en el tanteador y concluía con el 60-73 cuando faltaban por jugarse seis minutos y veinte segundos.

Estos 13 puntos de diferencia, y por las sensaciones que transmitía el Granca, se atisbaban como la puntilla tinerfeña a un choque que dominó en el electrónico desde el salto inicial. Su rival, haciendo la goma, sólo conseguía igualar el tanteador en dos ocasiones, en los albores del segundo acto (27-27 y 29-29).

En ambos casos, y en el resto de las ocasiones que los amarillos recortaban distancias, el conjunto aurinegro mostró templanza y acierto para revertir esas intenciones de remontada local.

Sobre todo el equipo dirigido por Txus Vidorreta aprovechó su mayor potencial debajo de los aros, con Tim Abromaitis -20 puntos, cuatro rebotes y 29 de valoración- y Colton Iverson -15 puntos, ocho rebotes y 17 de valoración- sacando rédito a la pobre aportación del juego interior de un Granca que de nuevo actuaba en la pintura sin pívot nato. Se repartían esa función durante muchos minutos Kim Tillie y Eulis Báez, intentando paliar el déficit de Anzejs Pasecniks con las personales y el pésimo día de Ondrej Balvin, más la lesión que dejaba de nuevo fuera de la rotación a Luke Fischer.

En el arranque del encuentro el Herbalife sólo hacía acrecentar los recelos de su hinchada. El triple de Tim Abromaitis abría la primera brecha (2-7). Continuaba la misma tónica y con el 4-12 Salva Maldonado pedía tiempo muerto.

Aparecía entonces en acción DJ Strawberry para hacer renacer a los suyos con un triple y un acierto de dos que dejaban el 9-12 en el ecuador del acto inaugural. Resurgía de nuevo el Iberostar Tenerife para llegar al final del primer cuarto dominado de forma cómoda el tanteador con un encendido Fernán Bassas -15 puntos en total-.

Con 14-22, el cuadro tinerfeño no baja el pistón en la reanudación del duelo. Su cómodo transitar se vio sobresaltado por un parcial de 9-2 que colocaba el empate a 29 en el electrónico con la segunda línea del Granca en pista.

El posterior triple de Nico Brussino daba aire al Iberostar. La vuelta progresiva de los titulares a la cancha hacía que el duelo, otra vez, comenzara a decantarse del lado visitante. Parcial de 2-10 que dejaban la ventaja aurinegra en +9, la máxima hasta ese momento (33-42).

Se repuso de ese golpe al mentón el Granca de forma rápida. DJ Strawberry colocaba el 40-42, lo que motiva el tiempo muerto de Txus Vidorreta. Le vino bien la arenga a los jugadores del cuadro tinerfeño, que consiguieron llegar al descanso con seis de ventaja (43-49). Esto propicia una nueva pitada de la afición del Granca.

En la reanudación, con cuatro tiros libres consecutivos, el Herbalife se resarcía (47-49). Pero a partir de ahí, la nada. El Iberostar cogía resuello para poner tierra de por medio. El triple de Tim Abromaitis dejaba el 47-56.

No se amilanaron los amarillos que se pusieron sólo uno abajo (57-58) con el triple de Marcus Eriksson. Duró poco la alegría. El equipo aurinegro se puso en modo dominador para maniatar a su rival. Acababa el tercer cuarto con cinco de diferencia (60-65) e iniciaba el último acto con un parcial de 0-8 para el 60-73.

Con seis minutos por jugarse, desconexión del Granca. El rodillo tinerfeño desenmascaraba las deficiencias de su rival. En la penúltima jugada, Colton Iverson instauró la máxima ventaja (+17). El postrero triple de Xavi Rabaseda dio paso a la gran pitada del Arena (77-91).