Viajó el Herbalife Ante tal situación, cualquier activo claretiano hubiera firmado la situación a la que se llegó a dos minutos de la conclusión del encuentro, cuando Pasecniks tuvo en sus manos un gancho que hubiera puesto la diferencia en el marcador a cinco puntos y llevar así el nerviosismo al combinado blanco en lo que se hubiera convertido en un parcial 2-9 a favor de los amarillos. El aro escupió el balón y en un abrir y cerrar de ojos el Real Madrid asestó la puñalada final al Granca y poner el 89-76 en el luminoso del Wizink Center.

Regresa el Herbalife a la Isla con un pequeño buen sabor de boca después de haberle hecho frente al todocampeón de Europa. De que a pesar de sumar una nueva derrota -la séptima en ocho partidos-, sabe que de jugar como lo hizo ayer en el antiguo Palacio de los Deportes de Madrid, puede competir en la Euroliga con los más grandes y que su situación liguera cambiaría de forma drástica, pues debe salir del atolladero en el que se encuentra en la clasificación doméstica (antepenúltimo).

La inercia del juego desplegado ante el actual campeón de Europa debe servirle para vencer mañana al Bayern de Múnich en el Gran Canaria Arena (20.30 horas, Movistar) y sobre todo para hacerlo frente al Estudiantes el próximo sábado. Esta derrota bien puede servir para que el conjunto insular coseche victorias inmediatas.

Desde el salto inicial el Herbalife jugó sin complejos. Tener enfrente al campeón de Europa, al equipo que no pierde un partido continental desde que cayeran contra el Panathinaikos en los cuartos de final de la temporada pasada, allá por el mes de abril, no amedrentó a los insulares, que miraron de tú a tú al ogro de la competición durante los primeros diez minutos de partido y cerraron el cuarto incial por delante en el marcador 22-28.

Filosofía Maldonado

El abultado marcador fue fruto de un festival amarillo desde la línea de triple. Ambos conjuntos se retaron a sumar puntos desde la línea de 6,75 y el Gran Canaria fue el más beneficiado. Los insulares, que venían de promediar solo siete aciertos de tres por partido en Europa, convirtieron seis de sus ocho intentos en el primer cuarto para elevar su cuantía de puntos hasta los 28, por 22 del Real Madrid, merced a un solo lanzamiento lejano de Campazzo.

Trabajaron la zona los madridistas para poder seguirle el ritmo a los de Maldonado, sobre todo gracias a su rotación alta, en la que la participación de Taylor en el quinteto blanco permite que el alero sueco esté atento a los contraataque que lanza el Granca y se queda atento al hombre descolgado que suele dejar los amarillos en defensa para correr la pista.

En esos primeros vaivenes en el parqué madridista sobresalió un hombre por encima de todos. DJ Strawberry veía el aro como una piscina y metía todo lo que lanzaba. Tres triples, un tiro de campo y dos tiros libres le llevaron hasta los 13 puntos y traía de cabeza a Pablo Laso, que veía como sus hombres le tenían que frenar con contínuas faltas. Tres recibió Strawberry en su cuarto mágico.

Siguió la racha en el lanzamiento exterior insular durante el segundo cuarto. Rabaseda, Hannah, Báez... todos veían su oportunidad para sumar puntos al tanteador claretiano.

Con un único pero, despertó a la bestia blanca. El showtime madridista comenzó y los triples del campeón de Europa empezaron a llegar también. Concentrados en un hombre que no está cuajando un buen inicio de temporada, el esloveno Klemen Prepelic, pero al que ayer pareció que la baja de Sergio Llull le sirvió para coger su traje de metepuntos y clavar nueve en menos de cinco minutos en el segundo cuarto.

Se encasquilló el Granca cuando se acercaba a la orilla del descanso y estuvo cuatro minutos sin sumar puntos hasta que Eriksson con su primera canasta cortó un parcial 9-0 del Real Madrid y ponía el 46-43 en el luminoso antes de que Randolph cerrase la primera mitad con un tiro libre a su favor y se fueran ambos conjuntos al vestuario con una diferencia de tres puntos.

Entre tanto, Radicevic, que redebutó ayer con la camiseta del Herbalife tras su salida en el mercado de verano, mantuvo a raya a Campazzo, uno de los más destacados del Madrid en Europa. Si lo que necesita el Gran Canaria es aumentar su rigor defensivo, el base serbio a buen seguro va a aportar su garra y energía física para controlar a los grandes bases de Europa cuando haga falta en la competición intersemanal.

Disciplina balcánica, la misma que le vendría bien a Chris Evans, al que ayer le dio una vez más en hacer la guerra por su cuenta y que obligó a Albert Oliver a coger la pizarra y mostrarle los movimientos que debe realizar en el sistema de juego de Maldonado. Muestra de un reciclaje transitorio que está experimentando el base catalán y que pronto podría llevarle a ejercer como entrenador.

El intimidador de Maio

En la reanudación comenzó bien el Granca con cuatro puntos para igualar el tanteador, la última vez que lo haría en el partido, pues el Real Madrid apretó el acelerador en defensa, como había indicado el capitán blanco Felipe Reyes en la entrevista a pie de campo a Movistar: "Sabemos que el camino para ganar este partido es anularles en ataque".

Y no hay mejor baluarte defensivo en el Viejo Continente que Edy Tavares. El de Maio incide de tal manera en los ataques rivales que a veces ni le hace falta desplegar su envergadura para interceder en las decisiones de los jugadores que tiene enfrente. Su simple presencia es un condicionante y ayer lo mostró de la mejor manera cuando solo con la mirada, sin tener que despegar las zapatillas del suelo, hizo que Balvin cayese con el balón retenido entre sus manos cuando iba a lanzar desde el poste bajo y cometiera dobles... pues a la memoria del checo le tuvo que venir en ese momento las cuatro chapas que había colocado el de Cabo Verde a los interiores amarillos. Un show.

La defensa imperó en el tercer cuarto en ambos equipos, primero el turno fue del Madrid durante el ecuador del mismo, que le sirvió para endosar un parcial 13-0 al minuto 27, y que en los tres últimos, con la entrada de Rabaseda a pista y atosigar a los madridistas, el Granca pudo devolver la moneda y encadenar un parcial 2-10 y entrar en el último episodio con cinco puntos de diferencia (62-57).

Hizo la goma el Real Madrid con el marcador, mientras mantenía el control del mismo, dosificando sus energías. Si Báez metía un triple a siete minutos del final y se colocaban a cuatro, el Madrid contestaba con un parcial 9-0 y parecía dejar el partido sentenciado; no obstante los insulares no hincaron la rodilla y con un fogonazo de energía que inyectó Paulí en cancha, se acercaron a dos minutos de la conclusión, con un parcial a favor del Herbalife 5-11, a ese momento que tuvo Pasecniks y su gancho para quedarse a los cinco puntos de diferencia que todos hubieran firmado antes del inicio del encuentro.

El letón intentó tirar del carro a la desesperada, pero se precipitó y varios fallos seguidos permitieron al Real Madrid aumentar la ventaja en el marcador y que pareciera una película distinta a la vivida en la pista.