Nefasta ha resultado la jornada doble de la Euroliga para el Herbalife Gran Canaria. Si el pasado martes sucumbía en el Arena frente al Baskonia por 71-84, anoche caía de manera contundente en la pista del Olympiacos griego (98-77). El cuadro claretiano fue superado en todas las facetas del juego por un rival al que sólo pudo aguantarle el pulso en los primeros quince minutos del encuentro.

El triple campeón de Europa sacó a relucir sus galones ante un principiante en la máxima competición continental. Liderado por su principal estrella, Vassilis Spanoulis, el equipo de El Pireo se puso en modo apisonadora mediado el segundo cuarto para obtener un desahogado triunfo, aunque el Granca en el último cuarto intentó reaccionar ante la relajación local. Pero los de David Blatt se activaron de nuevo para dejar en nada los intentos de la escuadra que dirige Víctor García.

Pero lo peor para el Granca no es la derrota, presumible a priori ante un oponente de mayor potencial, sino los daños colaterales que deja el duelo disputado en el histórico Pabellón de la Paz y la Amistad de Atenas. El Granca se marchaba de la capital helena con dos jugadores tocados físicamente: Nikola Radicevic y Kim Tillie.

El base serbio tenía que abandonar el choque en sus inicios después de torcerse el tobillo izquierdo y no volvía a aparecer sobre el parqué. Su imagen al final del encuentro no resultaba esperanzadora de cara al importante enfrentamiento que le espera al Herbalife el próximo domingo en la Liga Endesa, ante el Tecnyconta en Zaragoza. Abandonaba la pista, ya vestido de calle, apoyándose en dos compañeros. Tiene la zona muy inflamada y se le realizarán pruebas para ver el alcance real de la lesión.

Pero por si eso fuera poco, Kim Tillie tenía que acudir a un centro hospitalario para realizarse un escáner por el fuerte golpe que, de manera fortuita, recibía en el ojo, y que le producía problemas de visión.

Quizá estas dos consecuencias duelen más a un Granca que la derrota por 21 puntos ante el Olympiacos, sobre todo porque el duelo estaba visto para sentencia desde antes del descanso.

Esto hacía que el técnico Víctor García aprovechara para dar rodaje a hombres que deben crecer. Uno de ellos, Siim-Sander Vene, recién aterrizado en el equipo, aprovechó al máximo esta circunstancia. Con 15 puntos, cuatro rebotes y 17 de valoración, el ala-pívot estonio acababa con los mejores números en las filas del equipo amarillo -ayer de azul-. También Luke Fischer disponía de minutos para ir cogiendo la forma después de superar una lesión de larga duración, aunque se le vio bastante aturullado.

Pero hasta que llegó ese momento, ya habían sucedido muchas cosas sobre el parqué del Pabellón de la Paz y la Amistad de Atenas. Por ejemplo, que un mito del baloncesto continental, Vassilis Spanoulis, daba un recital en la dirección del juego para que su equipo ofreciera una actuación coral.

Sus datos hablan por sí solos: 21 puntos, 3/4 en tiros de dos, 4/5 en triples, 3/3 desde la línea de tiros libres, cuatro rebotes, ocho asistencias y 31 de valoración. Pero su trascendencia iba más allá de esas cifras. También hay que valorar lo intangible, o sea, el temor que sembraba entre sus rivales con su simple presencia en cancha y cómo se convertía en el faro que alumbraba el camino a sus compañeros. Hasta cinco de ellos estuvieron por encima de la decena de puntos.

La entrada en cancha de Vassilis Spanoulis se produjo con seis minutos ya consumidos del cuarto inaugural, justo cuando el Olympiacos recuperaba el mando en el marcador después de que un triple de Kim Tillie hubiese otorgado al Granca la única ventaja que tuvo durante el choque (8-9).

En ese tramo del partido, el Herbalife aguantaba el tirón en el cuerpo a cuerpo que mantenía con el triple campeón de Europa, que al final del primer acto lograba la diferencia más amplia con la que había contado hasta el momento: 20-14.

En inicio del segundo cuarto, el Granca recortaba diferencias merced a las aportaciones de Ondrej Balvin, entonado, y de Marcus Eriksson, que cuajó una actuación irregular. El triple del francotirador sueco dejaba un inquietante 24-21 para la hinchada helena.

El principio del fin

El parcial de 0-5 propiciaba el tiempo muerto del técnico David Blatt. Y a partir de ahí comenzó el principio del fin para el Herbalife. Entre el incombustible Vassilis Spanoulis, Zach LeDay y Nigel Williams-Goss dejaban la ventaja local en dos dígitos (31-21).

Pero no terminaba ahí la sangría del Granca a pesar del tiempo muerto de Víctor García, a quien los árbitros le señalaban una técnica por protestar, con razón, algunas decisiones algo caseras de los colegiados. Parcial de 10-0 a favor del Olympiacos que empezaba a romper el encuentro (34-21).

Al triple posterior de Eulis Báez le respondía de la misma forma y por partida doble el conjunto heleno para dejar 16 abajo al conjunto claretiano en las postrimerías de este segundo cuarto.

El Olympiacos, agresivo en defensa y acertado en ataque, maniataba en esos momentos decisivos al Herbalife, que no tenía capacidad de respuesta.

El triple de Janis Strelnieks y la canasta posterior anotada por Nigel Williams-Goss elevaban al electrónico del Pabellón de la Paz y la Amistad la diferencia más amplia a favor de los locales. Esta alcanzaba la veintena con el 47-27 y poco más de dos minutos por delante para alcanzar el descanso.

Los aciertos desde más allá de la línea de 6,75 de Albert Oliver y Xavi Rabaseda hicieron que la desventaja del Granca llegado al intermedio del encuentro se estableciera en 16 puntos (49-33).

Con ese panorama, se antojaba muy complicado que el Herbalife consiguiera voltear la situación, ni por juego ni por las sensaciones que transmitía el conjunto dirigido por Víctor García.

En la reanudación, más de lo mismo. Es más, con una canasta de Vassilis Spanoulis, la ventaja del Olympiacos alcanzaba un nuevo máximo justo en el ecuador del tercer cuarto (65-42).

Todo transcurría por los mismos derroteros hasta que, en el periodo definitivo, el equipo griego se relajaba algo merced a la ventaja cómoda que mantenía en el marcador. Hasta los 13 puntos consiguió disminuir la diferencia el Herbalife (82-69) en el minuto 36. Y gran culpa de ello la tuvo el reciente fichaje de los ayer de azul, Siim-Sander Vene, quien intentaba tirar del carro en esos momento en busca del milagro.

Pero se rehizo con brío el Olympiacos y se diluyeron las pocas ilusiones de un mermado Granca, que finalmente capitulaba en Atenas por 21 puntos (98-77). Lo más doloroso, la merma con la que acababan el duelo los de Víctor García debido a los problemas físicos, un lastre que les lleva persiguiendo desde el inicio de la temporada más importante en la historia del club.

Ahora queda saber si Nikola Radicevic y Kim Tillie logran recuperarse de sus dolencias para afrontar con garantías el duelo importantísimo que tiene el Herbalife en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante el Tecnyconta, en su intento por abandonar de una vez por todas el vagón de cola en la clasificación de la Liga Endesa, y firmar su primer triunfo foráneo de la actual campaña en el torneo doméstico.