El argumentario de excusas empieza a agotarse en el Herbalife Gran CanariaLas usadas a principios de curso en cuanto a kilometraje, carga de partidos y fatiga mental ya no sirve, al menos para el encuentro de ayer. El conjunto claretiano no coge un avión desde el 23 de diciembre cuando tuvo que jugar en Zaragoza, pasaron cerca de 72 horas de descanso del último enfrentamiento europeo contra el Real Madrid y precisamente contra el equipo merengue se promulgó 'lo positivo de la derrota'.

Pues bien, al Baskonia, que venía de caer en los dos últimos enfrentamientos continentales ante el Fenerbahce y el Olympiacos, que tuvo que regresar de Atenas el martes y que se presentaba en el duelo ante el Gran Canaria con las bajas de Shengelia y Granger, dos de sus hombres más determinantes, no le pesó tantos inconvenientes como para destrozar al Herbalife con solo siete hombres de su rotación -Penava apenas jugó cuatro minutos-.

Sí, el presupuesto del Baskonia es muy superior, casi el doble en masa salarial que el Granca, pero lo que no puede permitirse la plantilla amarilla es la displicencia que vienen mostrando en numerosos partidos durante la temporada. Ayer, una vez más, cuando tenía el control del partido hasta el tercer cuarto, después de ir ganando de 12 puntos en el primer cuarto, tiró la toalla de forma descarada en el último tramo del partido y encajó 28 puntos exhibiendo una imagen falta de amor propio que no se puede permitir un equipo de Euroliga.

Ilusión inicial

Saltó al Buesa Arena el Herbalife con la energía necesaria para coger a la cabra baskonista por los cuernos desde el primer momento. Transiciones rápidas, pases fugaces entre las camisetas amarillas y tiros liberados desde todos los ángulos de la pista ayudaron a abrir el partido con 6-14 para el Herbalife.

El juego interior se movía como pez en el agua y transformó todos los puntos insulares (Seis de Balvin, cinco de Báez y un triple abierto de Tillie).

Decidió parar el encuentro Perasovic , ostensiblemente enfadado con su equipo, y ordenó a sus jugadores a intentar recortar la diferencia por la vía rápida del triple. Entonces, Marcelinho se dedicó a buscar a Matt Janning. El escolta estadounidense corría el carretón por la línea de fondo para encontrar tiros liberados tras bloqueo. El primero, dentro; el segundo, bien defendido por el Eriksson, provocó que consumiera la posesión.

El Herbalife, ante la amenaza del triple baskonista, contestó con la misma moneda con el segundo triple de Tillie, que junto a una canasta de Pasecniks tras bailar bajo el aro a Diop al más puro estilo Olajuwon, ponía la máxima en el marcador en el primer cuarto, +12 (9-21).

Se encendió la alarma vasca y apretó un poquito el acelerador con siete puntos consecutivos, sumado a la última canasta sobre la bocina de DJ Strawberry se llegó al final del primer periodo 16-23.

Perasovic sacó su carácter balcánico durante el entrecuartos y revolucionó el quinteto. Juntó a Vildoza y a Huertas en la pista para meter una marcha más al ritmo baskonista y el base brasileño entró en trance. La muñequita de Marcelinho se le calentó de tal manera que en el minuto 15 acumulaba 11 puntos gracias a los regalos claretianos, de los que se aprovechó para sumar cuatro tantos en contraataque. Un hombre de 35 años robando balones a diestro y siniestro sobre el parqué del Buesa Arena.

La racha baskonista comandada por el brasileño acercó la diferencia hasta el 27-30 con el que García tuvo que pedir tiempo muerto para pedir cabeza a sus jugadores y que no cometieran más errores no forzados, pues acumulaban seis pérdidas en el ecuador del segundo periodo.

El pabellón vitoriano y su inseparable txaranga se vino arriba y llevó en volandas al equipo para no perder de vista al conjunto insular. Cambió la lectura del partido y si en los primeros compases se abusó del triple, en este tramo del segundo cuarto se empezó a picar piedra sobre las pinturas.

Balvin, Poirier y Báez empezaron a cobrar protagonismo. El checo, sumaba 12 puntos; mientras que el pívot francés del Baskonia llegaba a los ocho, seis de ellos consecutivos tras el tiempo muerto de García.

Poirier, tras la lesión de Toko Shengelia está cogiendo las riendas del conjunto de Perasovic, pues hasta que Querejeta se rasque el bolsillo sabe que tiene que concentrar el juego en la pintura de su equipo.

Se produjo, a continuación, un parcial 0-6 con dos triplazos de Eriksson, que provocó el tiempo muerto del Perasovic; y acto seguido, el Baskonia transformó un 4-0 tras dos pérdidas de Magette, al que identificaron como la presa fácil del Herbalife y no cesaban en presionarle la subida de balón.

Comienzo del fin

Con el intercambio de parciales se llegó al descanso 39-42, después de que Tillie fallase un palmeo fácil en la última posesión errada por Oliver. El propio ala-pívot francés comentaba en la entrevista flash del intermedio que la clave para continuar ganándole al Baskonia era mantener el nivel defensivo mostrado en los dos primeros cuartos.

Y sí, en el tercer cuarto el Herbalife mantuvo el rigor defensivo. Dejó en 16 puntos a su rival, pero atrajo una nube negra que se posó sobre el aro baskonista y ya solo anotó 24 puntos hasta el pitido final.

Se reanudó el encuentro de forma un tanto accidentada. Tanto en las pérdidas de ambos conjuntos, que continuaban siendo sangrantes para el espectador; como para la enfermería baskonista, que si ya de por sí está con overbooking por la presencia de Shengelia, Granger y Sedekerskis, daba apariencia de sumar más jugadores a la visita del doctor. Hilliard se llevó un golpe que le dejó cojeando y Poirier, en una la lucha por un rebote se llevó un calmante en su muslo derecho que por momentos le hizo cambiar el ritmo de su pisada. Solo sustos...

El francés, siendo el objetivo de las asistencias de Vildoza y Huertas, continuó siendo la primera opción en ataque para los vascos y lideró la remontada de su equipo en el minuto 23.

Conseguía darle la vuelta al marcador por primera vez tras el 4-3 inicial a través de dos tiros libres de Diop y consumaba el 45-44 del que ya no se iba a recuperar el Granca.

En ese momento, la nube negra insular hizo que fallara once lanzamientos de campo consecutivos.

Se le bajó la persiana en el tercer cuarto al Herbalife, que solo anotó nueve puntos en diez minutos, por dieciséis del Baskonia.

Puso el turbo el conjunto local tras el regreso a pista. Una canasta, otra, otra, otra... y mientras, el Herbalife, sin reaccionar. Entró en el último tramo con cuatro puntos abajo y en tres minutos y medio había encajado un parcial 11-2 que supuso la sentencia insular.

Los minutos restantes, ya convertidos en los de la basura, que trágicamente se está acostumbrando el Herbalife a tener que jugar en esta temporada, sirvieron para que la grada del Buesa Arena se divirtiera con las acciones para la galería de sus jugadores.

Duele ver a este Gran Canaria, que tantas alegrías ha dado en la época reciente, verse arrastrar por momentos en las pistas más prestigiosas del continente.

Ayer, sin ir más lejos, en la misma en las que hace dos años alzaba un trofeo...