Victoria de peso del Herbalife Gran Canaria en su visita al Fernando Martín de Fuenlabrada, la segunda a domicilio en la temporada de la escuadra insular. El efecto de Pedro Martínez continúa en plena efervescencia y el conjunto claretiano puede respirar con tranquilidad tras su triunfo en Madrid, el décimo en la Liga Endesa, y contar con un colchón de dos victorias de distancia respecto a los equipos que marcan el descenso.

El objetivo del equipo insular desde el salto inicial fue claro, salir al contraataque sin demora alguna a cada rebote defensivo que capturase o pérdida que cometiera el Fuenlabrada. Sin necesidad de coger resuello, no había oportunidad para respirar en cada ataque amarillo.

De esta forma, cogieron la delantera desde los primeros compases del partido. La energía de Jacob Wiley se impuso a los rivales y con auténtico puño de hierro dominó el devenir del primer cuarto. Nueve puntos para el americano en apenas cinco minutos ayudaron al Granca a ponerse ocho puntos arriba al ecuador del periodo (4-12).

La sensación que se empezaba a palpar era la de que el conjunto claretiano iba a escaparse pronto en el marcador, infundado sobre todo por el ritmo que mostraba en cancha. El golpe mortal rondaba desde los primeros minutos. Pero el equipo madrileño no iba a entregar la cuchara tan facilmente.

La magia de Luka Rupnik salió a escena para anotar cinco puntos en menos de 30 segundos y volver a conectar a su equipo en el duelo. El creador de juego esloveno sacó su repertorio danzarín por el parqué del Fernando Martín sin encontrar oposición ni con Niko Radicevic, ni con Clevin Hannah. La asignatura pendiente en la defensa de los bases claretianos esta temporada sigue latente aun con el cambio de imagen mostrado por el equipo tras la llegada de Martínez al banquillo.

Optó entonces el Granca por ejecutar la carta de los triples. Y quién mejor para ello que Marcus Eriksson. Desde que el sueco salió a pista en sustitución de DJ Strawberry transofrmó dos triples y permitió otro de Kim Tillie desde la frontal de la bombilla. Los huecos que crea la amenaza del francotirador insular constantemente desde la línea de 6,75 libera a sus compañeros para que encuentren tiros liberados.

Con este acierto desde más allá del arco se llegó al final de los 10 primeros minutos con una pequeña ventaja en el tanteador para los intereres claretianos, 20-24.

La energía con la que se empleó el Herbalife en el comienzo del encuentro se desvaneció en el segundo periodo. Aprovechó el bajón anímico el Fuenla y cogió la sartén por el mango para darle la vuelta a la tortilla. Cuatro minutos tardaron en cuajar los huevos puestos al fuego lento con el que los de Jota Cuspinera tomaran la delantera.

El traje de chef cinco estrellas se lo puso Marc García, que con ocho puntos consecutivos elevó la diferencia de los madrileños hasta el 35-30 y comenzar a creer que la desventaja incial fue solo un espejismo.

No quiso perderle la cara al encuentro Pedro Martínez y ante tanta pérdida de su equipo decidió dar entrada a Albert Oliverpara darle un poco de solera al libreto de jugadas. Seis acumulaba el Granca en menos de quince minutos, por lo que la llamada de la cordura fue impepinable.

Fue salir el segundo capitán a cancha y todo volvió a su cauce. No con el mismo ímpetu que se vio desde el salto inicial, pues la comandancia del catalán no se mueve a ritmos vertiginosos. La elaboración con mimo, la inteligencia y la pillería de Oliver permitieron que sus compañeros volvieran a ver el aro con cierta comodidad.

Golpe de timón al encuentro y el Herbalife se fue al descanso con tres puntos de ventaja después de que Vene encadenase dos canastas y el propio Oliver pusiera la firma al último acierto insular en pista. 39-42 y las espadas en todo lo alto para la segunda parte.

Confirmación amarilla

La charla técnica de Pedro Martínez durante el descanso indicó que debían volver a intentar coger desprevenido al Fuenlabrada y finiquitar el encuentro de primeras. Quinteto bajito, con Vene y Wiley como hombres interiores y a correr.

El conjunto madrileño demostraba por qué es el peor equipo defensivo de la Liga Endesa. Los 88 puntos de media encajados no son casualidad tras 26 jornadas disputadas y la endeblez en la retaguardia salía a relucir a poco que el Herbalife hincaba el diente.

Así, un parcial 2-7 en menos de dos minutos volvió a poner a los isleños con una ventaja significativa (41-49). Ya conocía el camino el Granca para poder alzarse con su décima victoria de la campaña y adelantar al propio Fuenlabrada en la clasificación para alejarse de la zona caliente del descenso.

Si no dilató más la superioridad de puntos los de Pedro Martínez fue por las constantes pérdidas que cometían. Motivo por el que el entrenador catalán se encolerizaba frente a su banquillo, siendo Niko Radicevic el centro de sus críticas después de que el serbio regalase dos balones en ataque a su rival.

Cuspinera movió piezas y puso en pista a Tomás Bellas y a Luka Rupnik, dos de sus bases, con el fin de agitar el tablero. Y no le salió mal la jugada al técnico madrileño. Su apuesta se tradujo en 14 puntos consecutivos entre sus Zipi y Zape: nueve de Rupnik y cinco de Bellas. Si no hay nadie que pueda defender a los creadores de juego con los que se enfrenta el Granca, allá que va y le ponen dos incontrolables.

Con la aportación de la pareja madrileña se llegó al preludio del último cuarto con 62-66 en el marcador. Ventaja escasa de los claretianos, pero con la confianza alta para pescar en las aguas revueltas del Fernando Martín.

Regresó Albert Oliver a pista. El descalabro que estaba acometiendo Rupnik contra la muralla amarilla necesitaba una respuesta por parte de Martínez porque el esloveno estaba on fire. 20 puntos del talento de Liubiliana, rompiendo su récord personal esta temporada.

Al igual que en la primera mitad, Oliver salió al rescate de los amarillos. Controló el vendaval de su homólogo fuenlabreño y puso la sensatez que reclamaba el Herbalife a cinco minutos de la conclusión; además de anotar dos triples de oro para continuar taladrando la moral madrileña.

Se midieron en un concurso de triples los dos conjuntos en el tramo final del partido, con seis consecutivos, tres por parte de cada equipo. El segundo de Kim Tillie ponía el 81-90 y parecía la sentencia a minuto y medio de la conclusión, pero cinco puntos del Fuenla en un abrir y cerrar de ojos puso emoción en el último suspiro.

Restaban 24 segundos y los del sur de Madrid tenían tres faltas por cometer. Eyenga cometió la quinta, entraron en bonus y Eriksson no falló en la línea de tiros libres (86-92). Acto seguido, Tomás Bellas dejaba una bandeja en el aro insular y en el intento de impedir el saque de Tillie desde la línea de fondo pisó la divisoria y le cobraron infracción técnica. Eriksson de nuevo al tiro libre y con el 88-93 se diluyó toda opción de remontada del Fuenlabrada.

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