Quiso el Granca que el último encuentro en el Arena, el número 32 de la temporada en el recinto insular, se convirtiese en una fiesta a pesar de no tener ningún objetivo deportivo el conjunto claretiano. Además, la hora programada para la disputa tenía que tener una aliciente, pues acudir un domingo a las 12 de la mañana a ver un duelo sin ningún aliciente debe compensarse de alguna forma al público.

Quien mejor animador en la escuadra amarilla que Jacob Wiley. El americano, todo pasión sobre el parqué se ha ganado a la afición amarilla en apenas tres meses desde que aterrizó a la Isla. En él se depositaron todas las esperanzas para conseguir el objetivo de la permanencia y una vez confirmado la grada se lo agradeció con sus primeros puntos. "Wiley quédate, Wiley quédate", coreaba la parroquia desde sus butacas.

El californiano, que tiene que decidir sobre su estancia la próxima temporada en el Herbalife, es el fiel reflejo de la confección del equipo de esta temporada. Excelente en la parcela ofensiva, pero con carencias en la defensiva. Por ende, Porfi Fisac mandó a sus pívots a postearle con el objetivo de sacar puntos poco a poco. Latavious Williams, Javier Justiz y Nemanja Radovic no encontraron oposición en los primeros compases y anotaron nueve de los 26 puntos del Zaragoza en el primer cuarto.

Si el Granca pudo aguantar el tipo en el primer periodo fue gracias a su acierto desde la línea de tres. Tillie, Rabaseda y Eriksson vieron el aro desde lejos y así pudieron ayudar a los amarillos a llegar a los 20 puntos.

Cuarto y quinto equipo en la faceta anotadora de la liga se estaban dando cita en Siete Palmas. Las canastas llegaban de todos los colores. Por dentro, por fuera, en transición€ no podía tener queja el buen amante al baloncesto de lo que se veía en la pista. Eso sí, con el objetivo de sumar una nueva victoria al casillero insular para maquillar la temporada.

Por ello, Martínez no iba a dejar que el Zaragoza encontrara su juego fluido en ataque y con 25-35, tras dos canastas consecutivas del examarillo Nacho Martín castigando a Anzejs Pasecniks en la zona, mandó a parar el partido. La bronca del entrenador al pívot letón no se hizo esperar.

No consiguió dar en la tecla adecuada el técnico claretiano, pues la sangría de puntos bajo el aro amarillo fue una constante. Radovic se hizo enorme y encandenó tres canastas en el tramo final del segundo cuarto para poner tierra de por medio en el marcador y cerrar la primera parte con 35-47 en el luminoso.

La diferencia en el rebote entre ambos equipos fue clave para la ventaja aragonesa. Los visitantes sumaron 25 en 20 minutos, nueve de ellos ofensivos, por 16 del Herbalife. La escasez de centímetros se hicieron notar una vez más en el Granca para cerrar su pintura.

Escaparate internacional

Wiley no podía con Justiz o Radovic en defensa, pero sí que se exhibía en el aro contrario. Cantinflas, como le apodan en el vestuario, anotaba su punto 20 tras 27 minutos de juego. Las actuaciones del pívot californiano son un arma de doble filo para los intereses insulares, más aun en estos partidos sin nada en juego, pues con sus números va a ser complicado retenerle en la Isla ante el aluvión de ofertas que le van a llegar de los trasatlánticos internacionales.

Entregada la grada al 0 amarillo, contagió a sus compañeros, que firmaron un parcial 8-0 con el que cerrar el tercer periodo y encarar el último episodio del encuentro confiando en la remontada. La Táctica del Conejo estaba cocinándose a fuego lento en el horno de Siete Palmas.

Y si de contagio se trata, dio muestras la Marea Amarilla de que le entrase el virus CID. Comenzó a apretar con su griterío y los claretianos empezaban a volar sobre su parqué. Nada más abrir el cuarto periodo, canasta del capitán y se colocaba a cuatro de diferencia el Granca: 61-65.

Se atenazaron las muñecas entre los hombres de los dos conjuntos. Los zaragozanos temían por dejar escapar una victoria que les suponía más de medio billete para el Playoff; el Granca, por su parte, pecando de ansiedad por darle la vuelta a la tortilla.

En ese momento apareció el que más galones tiene en este equipo. Eulis Báez, el corazón de esta camiseta, dio un paso adelante y pidió el balón en los siguientes ataques. Siete puntos del dominicano y la igualdad 73-73 volvió al marcador. No estaba tan cerca en el luminoso el Granca desde el primer cuarto.

Manejó mejor los momentos críticos el Herbalife. Si el Zaragoza perdió el norte, a los insulares se les apareció Jacob Wiley en el mejor momento. Lo del americano es para soltarle todos los millones que tenga el club, sea de fondos de inversión, de patrocinadores o los que se ponga por medio.

Un palmeo, y un rebote que transformó en una acción de 2+1 supuso la estocada final al equipo visitante. Con 82-79 los de Porfi Fisac buscaron a la desesperada una canasta rápida y entre Rabaseda y Paulí cerraron a las mil maravillas su canasta.

Dos tiros libres de Hannah certificaron el 84-79 final y la decimocuarta victoria de la temporada del Granca.

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