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Entrevista | Víctor García

"Cuando quieres algo le deseas lo mejor, y lo mejor ahí era Pedro"

"Me vi con Fotis Katsikaris en la Summer League y estamos en un contacto directo y habitual", afirma

Víctor García, técnico asistente del Granca para la próxima temporada y de la selección española, ayer. tony hernández

¿Cómo está?

Ilusionado con lo que viene por delante. En unos días estaré con la selección española y eso es algo que jamás imaginaba. Así que estoy con esa ilusión, pero también con plantear la de la temporada que viene en el Granca. El verano deja momentos bonitos, de viajar, de preparar el equipo. Es un trabajo ilusionante: temporada, pretemporada y hacer el equipo.

¿Cómo ha sido este tiempo desde que dejó el primer equipo hasta que ha vuelto a engancharse con él? ¿Para qué le ha servido?

Ha sido un tiempo de análisis y reflexión. Llevaba 10 años seguidos siendo ayudante del primer equipo, siempre con las mismas rutinas. El verano es un momento ideal para ver cosas nuevas, para reciclarse. Ves clínics, ves entrenadores... Me ha valido para parar y reflexionar y ver en la línea que tienes que ir como entrenador. En este mundo tienes que estar en continua evaluación y mejora porque este deporte lo requiere. Hay que estar muy metido en todas las cosas que se mueven, como la tecnología. Me ha servido para mejorar mi inglés también, para ir a Estados Unidos dos veces, para muchas cosas.

¿Le hacía falta a nivel mental este parón?

Es donde menos lo he notado. Cuando tu trabajo y tu hobby se mezclan, tampoco es fácil de separar: dejas de entrenar y te dedicas a ver baloncesto. Es mi pasión, a lo que le dedico todo el tiempo. Entonces ahí lo que haces es ver el baloncesto de una forma diferente, analizar sin tanta presión del partido siguiente. Observas las cosas con más detenimiento, sabiendo adaptarte a lo que viene en cada momento.

En ese periodo de reflexión, con esa calma, ¿cómo traduciría su paso como entrenador jefe del Granca?

Lo analizo como un momento donde el club pasó un tramo complicado. Todo pasó muy rápido. Voy a Milán sabiéndolo un día antes y en ese momento tenía toda la información. Sabía cómo era el club, la plantilla... El club me lo plantea y para mí eso está por encima de todo. Llevo 21 años aquí y no es que sea un entrenador de club, es que no conozco otro sitio. Era una situación puntual y así lo viví. El club intentó fichar a Pedro Martínez, no se dio en ese momento y decidimos continuar pero siempre bajo un periodo de análisis, Lo veo como una situación complicada por cómo fue: era justo el momento del año donde teníamos dobles jornadas en Euroliga con ACB y sin tiempo para entrenar. En los primeros cinco partidos ganamos tres y en el inicio del sexto se lesionó Niko Radicevic. Se unió a la lesión de Clevin Hannah. Eran cosas que podían pasar porque la exigencia de la Euroliga es así. No había tiempo para entrenar, para viajar, para jugar, para meter cosas nuevas como entrenador... Había que adaptarase. Después se lesionan Fischer y Pasecniks. Son cosas que sirven para aprender.

¿Y ahí qué se hace?

Intentar ser lo suficientemente inteligente como para saber qué puedes mejorar. Lo miro y estoy satisfecho del trabajo y el esfuerzo que hizo el equipo. Todos los jugadores eran conscientes del momento en el que estábamos y la respuesta fue muy buena. Me quedo con eso, con cómo asumieron los jugadores ese momento. Estábamos en una línea buena de trabajo, pero como club estimamos que quizá para la tranquilidad de todos, con la oportunidad de que volviera Pedro, era positivo para el club. El club estaba por encima de todos y teníamos esa opción. Si yo fuera un entrenador canario que está en Fuenlabrada, por ejemplo, no hubiese tomado esa decisión, pero creo que la decisión fue honesta por mi parte. Igual que se plantean opciones de jugadores para mejorar al equipo, existía esa opción de traer a alguien con experiencia en un momento complicado. La Euroliga estaba a punto de acabar y acababa de llegar Jacob Wiley con su solvencia. Me considero parte de este club y no me importó poner el club por encima mía.

Pensó mucho con el subjuntivo. En el que hubiera o hubiese pasado si le hubiera llegado esta oportunidad en verano, si Wiley hubiera o hubiese llegado antes, si las lesiones le hubieran o hubiesen respetado más...

Como entrenador le das vueltas a todo. Pero sobre todo, en qué cosas podría mejorar yo. Hay circunstancias que no puedes cambiar. Lo que haces es plantear qué puede servir en ese momento y a posteriori para ver qué hacer si te ves de nuevo en esa situación. En el conjunto general, creo que hicimos un trabajo de exigencia y esfuerzo. Tuvimos momentos buenos con esos problemas, competimos aunque a veces eso no es suficiente con el desgaste de la Euroliga. Lo principal creo que era que no estábamos acostumbrados a vernos en esa situación. Lo cierto es que se necesitaba una cierta tranquilidad, aunque la situación creo que no era tan dramática. Estábamos haciendo un buen trabajo y el equipo iba en una buena línea. El vestuario estaba unido, con una buena calidad humana y eso es buen síntoma.

¿Le sorprendió que el cese se diera después de Tenerife?

Hay que analizar momentos, trayectorias y lo que venía por delante, en el contexto general. Que Pedro fuese el entrenador era positivo para el club. En este deporte, por mucho conocimiento que tengas o capacidades, hay que saber manejar los momentos y eso te lo da la experiencia. Él dijo que el equipo estaba bien entrenado. Lo que sí creía era que tener alguien con su experiencia y capacidad era positivo para el club. Yo se lo comuniqué al presidente y a Berdi Pérez, que creía que sería positivo para el equipo. No me quise aferrar al cargo ni a un contrato sino algo que considero mío como el Granca pues mejorase. Cuando quieres a algo le deseas lo mejor y lo mejor ahí era Pedro.

Y sin embargo, Pedro Martínez no sigue esta temporada. ¿Cómo le dejó que renunciara al año más que tenía de contrato?

Lo respeto. En nuestra vida personal buscamos lo mejor personalmente. Respeto su decisión porque no estamos en su contexto, no estamos en su piel. Él ha demostrado su compromiso con este club y si toma esa decisión es porque están convenido de que para su situación personal y profesional es la mejor. Es valiente. Muchos entrenadores entrenar a ciertos niveles no les gusta y él ha demostrado que le da igual.

¿Llegó a temer por la salvación en la Liga Endesa?

Cuando estás ahí tienes una responsabilidad grande: hay un esfuerzo e ilusión de mucha gente por detrás. Conseguimos la salvación con holgura porque la línea de trabajo era buena. Dar el paso de tranquilidad con Pedro Martínez, con su prestigio y su solvencia, ayudó a que el entorno se tranquilizase. Todo unido a su trabajo porque Pedro es de los mejores entrenadores de Europa. Se tomaron las decisiones a tiempo. Con el paso del tiempo también daremos la importancia real a esta temporada. Lo que espero es que deje poso en el club para mejorar, para cimentar cosas mejores.

¿Por qué no enganchó Salva Maldonado con aquel grupo?

Los cambios de entrenadores son complejos. Si nos ponemos a analizar en Europa qué equipos sobresalen siempre son clubes que mantienen su núcleo. Crear una filosofía, una idea de trabjao lleva su tiempo. Fue complejo porque cuando nos metimos en la Euroliga en Valencia, el escenario cambia por completo. Había ocho jugadores sin contrato, la mayoría sin experiencia en Euroliga. Pagamos un peaje duro.

La temporada pasada se ha traducido revolución. Veremos un Granca muy distinto en cuanto a las caras del año pasado.

El año pasado teníamos ocho jugadores con contrato y este al revés. Son fines de ciclo donde este año solo había cuatro con contrato. Además había un fin de etapa de Eulis Báez y Albert Oliver. Eso lo que hace es que te tengas que reinventar. Ya hemos vivido momentos así, con jugadores de gran nivel que se van. Tenemos que estar preparados para eso y lo estamos. Históricamente somos un club que ha exportado más que importado, que hemos traído jugadores jóvenes que moldear. Si te pones a mirar, muchos equipos de Europa tienen jugadores que pasaron por aquí así. Tenemos que saber que es un fin de ciclo y hacer el mejor equipo posible.

Le va a tocar a Berdi Pérez reinventarse, sobre todo sin Europa. ¿Cree que mantiene el olfato de antes?

Por supuesto. Es difícil encontrar una persona como Berdi en este negocio. Todos los entrenadores que han trabajado con él saben que es 'top' por su compromiso, su día a día, su nivel de implicación, capacidad, trabajo y resolución de problemas. Hay que estar dentro para saberlo. Ha estado 20 años siendo el arquitecto de cosas importantes y tiene una grandísima parte de culpa de que estemos donde estemos. El respeto que tiene fuera es muy grande. Yo no soy objetivo con él porque le tengo un gran respeto personal, pero es que no lo digo yo, lo dicen otros.

Estuvieron por la Summer League. ¿Traerán algo de allí?

Yo estuve en Utah y él en Las Vegas. Estamos en continuo contacto porque una de sus cualidades es que resalta el trabajo en equipo, que tiene la capacidad de poner en común aspectos para el trabajo entre el entrenador, los asistentes y él para ver pros y contras de cosas sobre el equipo. Lo realmente interesante de esas Ligas de Verano es saber discernir. Cada equipo, y son 30, tiene una plantilla de 15 jugadores, por lo que te vas a una competición de 450 hombres. Entonces llega un momento en el que no sabes a quién estás viendo. Hay jugadores que no son nuestro mercado, entonces hay que ver algo en esos que no juegan tantos minutos. Él sabe detectar el talento deportivo y personal.

¿Qué tal con Fotis Katsikaris?

Muy bien. Él estuvo en Utah el año pasado y trabajé con ellos los últimos veranos. Nos vimos en la Summer League y estamos en contacto directo y habitual para pensar en cosas de cara al año que viene. Es alguien con reconocimiento ACB y en Europa, un entrenador 'top'.

En nada se marcha con la selección. ¿Quién le llama? ¿Cómo le llegó esa propuesta?

Recibí un wasap de Sergio Scariolo. Estaba en casa y me preguntó que si podíamos hablar. Creí que sería para preguntarme por algún jugador de los nuestros y me propone que si quiero trabajar con él para ser asistente en el Mundial. No me lo esperaba para nada porque nos conocíamos de los saludos de antes y después de partido. Me lo propone y le digo que es un privilegio y que sí. Se lo comento al club y me da todas las facilidades. Ahora, centrado en trabajar mucho porque es un tema donde todo está muy concentrado en el tiempo.

¿Cuál va a ser su labor junto a Sergio Scariolo?

Él es muy metódico, muy estructurado. Somos cinco ayudantes: tres de banquillo y dos de grada. Me comentó que quería que estuviera en el banquillo y que me encargase de ciertas facetas del equipo, de determinadas situaciones de entrenamiento y partido. Hemos tenido varias reuniones presenciales y por video conferencia para que en cuanto empecemos tener adelantado parte del trabajo. Cuando eres un chaval y empiezas a entrenar son cosas que ni te planteas que puedan pasar.

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