Javier Beirán tuvo que emigrar del CB Gran Canaria con destino a la isla vecina para convertirse en el jugador que es actualmente, ese alero que presume de una medalla de oro mundialista en su haber, además de ser considerado el mejor jugador nacional de la temporada pasada. Hoy saltará a la pista que le encumbró en el baloncesto nacional, pero con una camiseta distinta a la de las últimas cinco temporadas, la claretiana y con un concepto claro: "Ahora soy mejor jugador que el que jugaba en Tenerife", explicó el madrileño antes de que se celebre la fiesta del baloncesto regional en el Santiago Martín.
Porque el 33 claretiano probó las mieles de ser uno de los jugadores más determinantes de la ACB, pero a la vez tuvo que superar la montaña mental que le supuso triturarse la rodilla en 2016, lo que le envió directo al dique seco en el curso 16-17.
Justo en la temporada siguiente coincidió con su actual técnico, Fotis Katsikaris, en las filas laguneras y no vivió la misma confianza que tiene el griego en él actualmente. "Cuando él estuvo en Tenerife pienso que debería haber jugado más de lo que lo hice, pero también es verdad que había otro alero como Ponitka, que ahora está en la Euroliga (Zenit San Petersburgo) y con quien mantuve una buena rivalidad por el puesto. Mi forma de verlo es que podíamos jugar juntos, pero no se decidió así en aquel momento", indica Beirán.
Aun así, esa rivalidad le ayudó al alero a mejorar todavía más a mejorar sus condiciones como jugador y convertirse en un "jugador consolidado en la Liga", alguien a quien "respetan".Fin de ciclo
Pero llegado este verano y con la mejor temporada de Beirán en su carrera, el alero quiso que el club tinerfeño reconociera su labor en la cancha con un incremento salarial." No nos pusimos de acuerdo en lo que las dos partes queríamos y creímos que lo mejor opción era que saliese. Buscando las oportunidades, después de un muy buen año en lo personal, salió Gran Canaria y creí que era el mejor destino posible", explica.
Un lustro en la isla picuda, en la que se ganó el cariño de la afición tinerfeña, a la que espera que le acojan "con los brazos abiertos", pues muchos de ellos llevan escribiéndole durante la semana. Lo que para Beirán significa que gran parte de la hinchada le guarda "mucho cariño", por lo que significó "la mejor etapa deportiva del club", según la valoración del alero.
