El Granca ha decidido por motu proprio encaminarse hacia el desierto de la Liga Endesa. Ya no es que se quedara sin jugar la Copa del Rey por segundo año consecutivo, sino que con la derrota en Zaragoza por 81-62, el conjunto insular queda a expensas de los resultados de la jornada para saber si concluye la primera jornada de la segunda vuelta liguera en la decimocuarta plaza.

Sin poder de reacción. Sin acierto ofensivo. Sin amor propio. La retahíla de carencias de este equipo puede ser tan larga como la serie de excusas que se trasladan desde el club. Se acaban los paños calientes para un plantilla que está confeccionada bajo el amparo de un presupuesto de 8,6 millones de euros, el sexto de la competición.

Ni Katsikaris encuentra respuestas ni los jugadores amarillos demuestran el talento que se les presupone. Este sábado, Stan Okoye fue el mejor ejemplo de lo que se ha convertido este equipo en la presente temporada. El nigeriano, que regresaba al pabellón que le vio brillar la campaña pasada hasta el punto de ser incluido en el mejor quinteto del curso, fue una sombra del jugador que disfrutó Porfi Fisac y por el que la dirección deportiva claretiana desembolsó una gran cantidad económica esta temporada para que el Zaragoza no pudiera igualar la oferta en el tanteo.

Y es una de las asignaturas que tiene el técnico heleno con sus jugadores, capaces de lo mejor en temporadas anteriores y que los tiene totalmente apagados y sin dar su mejor versión. Porque sin ir más lejos, su homólogo en el banquillo rival ha hecho de Brussino o DJ Seeley unos jugadores que no valían en este equipo, los que tiran del carro del tercer clasificado de la ACB.

En cuanto al partido, arrancó como viene siendo lo normal durante esta temporada. Primer cuarto con una energía sobresaliente, controlando el baloncesto del rival y mostrando el rigor defensivo que enamora a Fotis Katsikaris. El acoso a los jugadores maños les provocó que el aro se les empequeñeciera desde la larga distancia y con un solo triple en nueve intentos les secó de la mejor manera en el marcador. 14-16 en el Príncipe Felipe, aunque con la sensación de que la ventaja insular podía ser mayor de haber tenido mayor acierto ofensivo.

Porque el Granca comenzó como una locomotora anotando desde todos los frentes. Matt Costello y Omar Cook torpedearon desde el 6,75 y el pívot americano fue un guardián de su canasta con un tapón a Carlos Alocén que le quitó de un plumazo su descaro imberbe.

La cuantía en el luminoso era escasa para las canastas que se habían intentado. El chorro de tiros en los primeros diez minutos fue propio de un entrenamiento. Todos corrían y todos se la tiraban. 18 del Zaragoza y 15 del Granca. A la vez que los insulares tenían que afrontar las tres pérdidas de Costello como dos de Okoye en el primer episodio.

Tras el fogonazo inicial del Herbalife, mantuvo su ventaja en el marcador once minutos (del Min. 2 al Min.13), en los que solo anotó ocho puntos hasta que el Casademont completó su giro de tortilla con una bandeja de Hlinason.

La ausencia de Ioannis Bourousis por una inflamación en el tendón de Aquiles del griego cargó de minutos a Costello, a la vez que Katsikaris tuvo que tirar de Beqa Burjanadze en el puesto de cinco para dar descanso a Gladiator. La falta de confianza del técnico griego en la cantera insular es patente, pues a pesar de que Khalifa Diop como Olek Balcerowski están siendo una constante en las convocatorias, las perlas claretianas reclaman brillo y desde el banquillo no lo van a hacer.

Apostó de nuevo el Granca por la opción anárquica, tiró la moneda al aire para intentar poner patas arriba el partido y jugársela a lo que saliese. En la secuencia de números que pasaba por el marcador, el público aragonés se volvía loco. Del 28-25 que firmó Costello con un matazo que parecía controlar la reacción local, al 37-27 con el que el Zaragoza parecía que se iría al descanso con una alta renta de puntos, como acto seguido con un 2+1 de Shurna y un triple de Rabaseda en la misma jugada después de que el americano fallara el tiro libre, amarró a los de Porfi Fisac de nuevo a la afrenta.

Cargó de minutos Katsikaris a Costello, Shurna, Cook y Rabaseda en la primera mitad del partido. Si la semana pasada el entrenador heleno decía que no tenía una rotación clara, en la capital aragonesa demostró que iba a confiar en este cuarteto para intentar recuperar la senda de las victorias después de haber caído ante el Real Betis y el Baskonia en los dos últimos partidos de la primera vuelta y quedarse sin participar en la Copa del Rey por segundo año consecutivo.

Universo Costello

Devolvió la igualdad a la contienda Harper con cinco puntos en el primer minuto de la segunda mitad. El escolta americano, que estuvo apagado durante la primera mitad, en la que soló anotó cuatro puntos, salió con las pilas cargadas tras la charla enérgica que profirió Katsikaris a sus hombres al volver de vestuarios sobre la línea de banquillo.

La carga de minutos para Costello por la escasez de interiores no mermó a Gladiator. Volvió su mejor versión ofensiva y su repertorio de amenazas de tiró desarmaba la defensa local. Lanzaba su quinto triple al ecuador del tercer cuarto para convertir su segunda canasta desde más allá del arco y firmar su punto 14.

Todo giraba alrededor de la constelación del pívot de Míchigan. Para lo bueno y para lo malo. Si nadie duda de la capacidad ofensiva del 24 amarillo, las carencias defensivas, a pesar de los tapones aislados que suele colocar, son palpables ante todas las concesiones que permite a sus pares. Este sábado, un Fran Vázquez venido ya a menos en la recta final de su carrera, volvió a disfrazarse del pívot que fue elegido en la undécima posición del Draft de 2005 por Orlando Magic. 6 puntos y 5 rebotes en apenas un ratito sobre la cancha.

"Tenemos que continuar moviendo la bola, buscar los espacios que dejan y sumar puntos desde ahí. Matt, debes salirte cuando Javi esté en el poste bajo para buscar pase desde fuera". Las indicaciones de Katsikaris durante un tiempo muerto a falta de tres minutos de entrar en el último cuarto fueron claras. Todo giraba en torno a la torre claretiana.

El que no encontraba su flow, un partido más, era Stan Okoye. A pesar de volver al pabellón que le vio brillar de una forma excelsa y que le valió para ser incluído en el mejor quinteto de la temporada, el alero nigeriano está totalmente apagado esta campaña.

Decidió dar entrada Fotis a la pista zaragozana a Khalifa Diop en el minuto 29. El oxígeno de Costello no daba para más y nada más saltar al parqué el pívot claretiano sumó su primer punto en la ACB desde la línea de tiros libres. El junior de oro va quemando naves en su progresión particular y su futuro pinta muy bien para los deseosos de ver a un producto de la base triunfar con la camiseta amarilla.

Se llegó así al último episodio del partido con 59-46 en el marcador, con 13 puntos abajo y la sensación de que el Zaragoza iba a ganarle los dos partidos de la temporada (en la jornada 1 ganaron en el Arena por 73-79) al Granca, por lo que en un hipotético empate al final de temporada entre las dos escuadras sería favorable para los maños.

De todos los ex jugadores claretianos que defienden la camiseta roja esta temporada: DJ Seeley, Fran Vázquez y Nico Brussino, fue el bombardero argentino el que se cobró su venganza personal con el Granca. Dos triples consecutivos y una bandeja del sudamericano elevaron la ventaja local al +20 (66-46).

Volvía a demostrar el Herbalife que si no mete los triples ya se sabe el resultado de sus peleas: derrota. 7 de 29 en el último cuarto para un triste 24% de acierto (y que prolongó hasta el 7/32). Y si encima tardó cuatro minutos en anotar su primera canasta en el último cuarto, la oferta para llevarse una victoria de una cancha en la que habían caído tres de los cuatro equipos de Euroliga de la ACB -Real Madrid, Barcelona y Baskonia-, iba a ser prácticamente irrisoria.

Un pequeño parcial 2-9 a favor insular puso en alerta a Porfi Fisac y pidió tiempo muerto. "Solo meten a través de nuestros pases perdidos. Controlamos las puertas atrás y ya está. No nos importan sus tres", trasladó el técnico aragonés en la charla técnica para frenar la sangría de canastas insular.

¿Y que demostró el técnico segoviano? El carácter que le ha llevado a meter a un equipo sin estrellas rutilantes en la zona noble de la Liga Endesa. Se sacó de la chistera la opción de poner a Dylan Ennis de base, le dio el balón a su hombre caliente y Brussino le respondió con un gancho sobre la bocina y un triplazo en carrera para privar de cualquier opción de remontada grancanaria.

El partido ya dio entrada a los minutos de la basura en la que el Zaragoza demostró su valía en el fortín del Príncipe Felipe y cerró su decimotercera victoria con el 81-62 final.