El Herbalife sumó su segunda victoria consecutiva, esta vez ante un Valencia Basket (87-77)que llegó a la Isla con el tanque de gasolina sin combustible tras su tercer partido de la semana y añade el undécimo triunfo a su casillero para acercarse a una sola victoria a los puestos de Playoff que marca el Unicaja con doce.

Demonte Harper, con 11 puntos en el último cuarto, de sus 16, certificó el triunfo insular, junto a la excelente aportación de John Shurna, que anotó 21 y de Matt Costello, que dejó otro doble-doble con 15 puntos y 11 rebotes.

El público asistente terminó muy cabreado con la actuación arbitral, que por momento sacó de quicio a los presentes, al igual que al entrenador claretiano, que en el descanso se dirigió a ellos con evidentes gestos de enfado por contribuir al parcial 0-11 con el que el Valencia se fue al vestuario para tener opciones en el partido, después de haber ido perdiendo de 17 puntos y casi haber estado enterrados.

Aun recortando la diferencia hasta los 6 puntos (35-29), el Granca demostró que no le pesó mentalmente estas acciones y tras el descanso y con la charla técnica de Katsikaris, volvieron a la pista para comerse al rival y dejaron atrás los fantasmas de la temporada en los que cualquier mosca les sacaba del partido.

Tiró de garra en el tercer cuarto, ese que tantos disgustos ha costado este año y con un Shurna estelar, robando balones, metiendo triples y machacando el aro para el delite de los 5.517 parroquianos del Arena, se gestó la victoria. La sonrisa del ala-pívot en el banquillo tras su racha de puntos era el reflejo de lo que posteriormente Katsikaris confirmaba en rueda de prensa: "El equipo ya está comprometido".

Tanto compromiso como para que tanto Omar Cook y Ioannis Bourousis disputaran ayer 25 y 17 minutos respectivamente. Lo del griego fue una auténtica sorpresa, pues el mismo club anunciaba media hora antes de la celebración del duelo a través de sus redes sociales que no iba a participar, por lo que dejaba su puesto al interior letón del conjunto filial, Marcis Steinbergs, que ayer pudo disfrutar de su primera convocatoria pero no gozó de la adrenalina de juego.

Rigor defensivo

Toda la energía defensiva que demandó el técnico griego en la previa del duelo para tener todas consigo fue lo que puso en práctica su equipo nada mas salir a la pista. Desde el salto inicial la entrega en el aro propio fue máxima y mantuvieron a raya al Valencia en todo momento. Los taronja no estuvieron por delante del Granca ni un segundo del partido. En los seis primeros minutos los visitantes solo habían sumado dos puntos a su casillero, si bien el Granca tampoco gozaba de una renta excelsa por su falta de acierto en el tiro de tres.

La entrada de Alberto Abalde en cancha por parte del Valencia despertó a su equipo. Con el gallego en pista encadenaron un parcial 0-7 con el que poner las tablas en el luminoso (9-9) y Katsikaris decidía que no podía dejar que su equipo se desconectara de la intensidad mostrada hasta el momento y paró el partido.

Movimiento táctico, Beirán a la constucción de las jugadas y en el siguiente ataque llegó el primer triple del Herbalife con el madrileño desde la esquina, su zona favorita para martillear el aro desde lejos. Con la entrada de Javi al partido volvieron a reaccionar los claretianos para llegar 16-11 al final del primer cuarto.

La película continuó con el mismo guion establecido desde la caseta. Apretar en la pintura y jugadas largas en el campo contrario. El cerrojazo en el aro propio tenía contento a Katsikaris, que veía como después de quince minutos disputados el Valencia sumaba los mismos puntos, por los 26 amarillos.

Dobló en el tanteador el Herbalife y encendió a la grada Omar Cook con un triplazo desde el verso libre (31-15), para que en pleno jolgorio de la afición cambiaran las tornas de sus cánticos a las quejas después de que el trío arbitral comenzara a decretar algunas decisiones muy controvertidas en contra del Granca y en especial con una técnica a Burjanadze por protestar una falta en ataque de Marinkovic, quien anotó tres tiros libres para que el Valencia añadiera más puntos a su saco después de casi cuatro minutos seco.

Pero el final del cuarto fue rocambolesco gracias a un parcial 0-11 ayudado por los árbitros. Doornekamp metió uno de sus dos tiros libres de una antideportiva decretada en una lucha con Beirán tras perder el balón en un saque lateral, y acto seguido, sobre la bocina, Marinkovic anotaba un triple a la desesperada para dejar el 35-29 con el que se tenía que afrontar la segunda mitad del partido.

No tardó en poner la directa el Granca al regresar de la charla técnica y a base de triples volvieron a gozar de una ventaja de doce puntos (46-34) tras tres lanzamientos desde más allá del arco de Shurna, Harper y Rabaseda.

Como si en un duelodel lejano Oeste se tratase, John Shurna aceptó el duelo a Doornekamp y no solo es que afinara su punto de mira con tres triplazos, uno de ellos sacando un tiro adicional; sino que además levantó al público y los vitores de sus compañeros cuando lanzó un contraataque tras pérdida de Marinkovic y lo finalizó con un matazo entre Abalde y Labeyrie.

Este tercer periodo no se dibujó con el pincel defensivo. La velocidad con la que sumaba y sumaban los claretianos contagió a su rival para que les entrase el calor en sus muñecas y el Arena se convirtiese en un escenario del Far West entre los silbidos de los disparos entre las dos canastas.

Un pequeño parcial 4-10 para los de ponsarnau les dejó a diez de distancia (59-49) para encarar los diez ultimos minutos y tener alguna opción de rascar una victoria en una pista que en los últimos años se le ha dado mal -no ganan desde 2016 en la Isla-.

Con cierta temeridad se tantearon los dos conjuntos en el último tramo. Parciales de cuatro puntos entre ambos y siempre haciendo la goma sobre la decena de diferencia a favor del Granca.

Susto de Costello

Tanto miedo como el que sembró Matt Costello al solicitar el cambio después de colgarse del aro con un mate de highlight y dirigirse cojeando hacia el banquillo y estar un rato con los fisios del club. Una baja más entre los pívots sería lapidario para el equipo de cara a los siguientes partidos que le esperan en el calendario -Iberostar, Fuenlabrada, Burgos, Unicaja-. Aun así el pívot americano jugó los últimos segundos del partido disipando cualquier duda física.

Quiso apurar sus últimas opciones Ponsarnau a falta de tres minutos con trece abajo (73-60) y puso un quinteto bajito con Quino Colom y Guillem Vives compartiendo la dirección de juego y revolucionando por fuera a sus compañeros.

Le salió bien la jugada en el aspecto ofensivo, pero es que el Granca ayer estaba de dulce desde la línea de tres (48% con 13 acieros de 27 intentos) y entre Harper, Shurna y Beirán, al igual que en la primera mitad, anotaban sendos triples para controlar el tanteador en la recta final.

Entre tanto intercambio de canastas y llamadas a la línea de tiros libres se concluyó el partido con 87-77 en el marcador y con un triunfo balsámico para afrontar la siguiente visita, que no es otra que la del Iberostar Tenerife (sábado 19.30 horas) en la oportunidad de resarcirse de la paliza recibida en la primera vuelta en el derbi canario (100-79).