Primero, comenzó como dos jornadas a puerta cerrada. Un día después, como un aplazamiento de ese par de fechas. Y, por último, el 16 de marzo, ante el avance de la pandemia del coronavirus el asunto quedó como una suspensión de la Liga Endesa, como mínimo, hasta el 24 de abril. Un acuerdo fijado por los 18 equipos que forman la élite del baloncesto español, incluido el CB Gran Canaria.

Algo que dejó en el aire la competición, con un calendario más comprimido que se debe conjugar con las competiciones europeas -la Euroliga y la Eurocup apuestan por acabar el curso-. Pero no solo eso, también las cuentas de la gran mayoría de los equipos ACB. Mientras el fútbol ha resistido, el baloncesto ha empezado a resquebrajarse y encomendarse a los ERTE. Y ahí, el Herbalife Gran Canaria también dibuja un plan para sobrevivir si la competición no se reanuda.

En las oficinas del club grancanario se trabaja con ese escenario, el más pesimista, pero también bastante probable. Por ello, en la entidad hacen números, revisan cuentas y ajustan su margen de movimiento ante un cierre de la competición. Dentro de ese estudio, el ERTE, aplicable a la primera plantilla y cuerpo técnico, está en las cábalas.

De momento, el planteamiento ante ese escenario sería aplicar el ERTE a jugadores y entrenadores del primer equipo, pero no al resto del personal del club, tanto de oficina y parte técnica como en el baloncesto formativo. El Granca cuenta, aproximadamente, con medio centenar de preparadores y monitores de la base. Todos están dados de alta en la seguridad social.

El presupuesto del club para esta temporada alcanzó los 8,4 millones de euros. En el desglose presentado ante el consejo de administración, jugadores y cuerpo técnico del primer equipo se llevan 5,2 millones, es decir algo más del 60% del mismo.

De momento, la entidad aguarda a la próxima Asamblea Extraordinaria del día 24 de abril. Otros clubes no ha resistido. Ayer, el Baxi Manresa dirigido por Pedro Martínez y con el excapitán amarillo Eulis Báez en sus filas, anunció un ERTE que afecta a todos los trabajadores del club sin excepción: desde la primera plantilla hasta el personal de las oficinas de la entidad. "Con el objetivo de poder seguir adelante después de esta parada forzosa de la competición, el Bàsquet Manresa ha puesto en marcha un ERTE para jugadores, técnicos y personal del club. Esta medida se aplicará de manera proporcionada entre los diferentes departamentos, de manera pactada y adaptada. Este ERTE aplica con efecto inmediato", aseguró el club en su comunicado.

El Manresa no está solo en la Liga Endesa en este aspecto. Otros clubes se acogieron antes a este salvavidas para cuadrar sus números en esta temporada marcada por el Covid-19. El Movistar Estudiantes ya empezó a tramitar un ERTE que afectará a todos sus trabajadores, desde el primer equipo a la base, donde cuenta con 2.000 jugadores. También hizo lo propio el Fuenlabrada y el equipo revelación de la temporada: Casademont Zaragoza. Por causa de "fuerza mayor", el club maño acudirá a un ERTE donde afectará a la Fundación, la estructura deportiva y la administrativa de la sociedad aragonesa. Otros equipos de LEB Oro como Ourense y Lucentum también han tomado este camino. La Federación Española de Baloncesto (FEB) ha prorrogado la suspensión de sus competiciones hasta el 12 de abril, pero no las han echado el cierre final.

Con la cancelación de los Juegos Olímpicos, programados para este verano, el calendario ha ganado algo de margen. Los cuatro torneos para la clasificación de Tokio 2020 se debían celebrar a finales de junio. La Euroliga y la Eurocup abogan por continuar, mientras que la FIBA Champions League, no se ha pronunciado. Sin embargo, el día 24 de abril todo quedará decidido en ACB. Será entonces cuando el panorama se esclarezca y el Granca maniobre. Otras competiciones nacionales como las de Ucrania, Lituania, o Bélgica ya han cancelado sus ligas para proclamar al campeón líder.