En la pretemporada, cuando las victorias son de fogueo, las conclusiones son más bien de cartón:poseen cierta consistencia, pero se pueden desarmar pronto.El Herbalife de Porfi Fisac tiene algunas cuestiones sólidas, como su alegría con el balón, su buena vitalidad para correr o la energía que desprende un grupo con nuevas caras. Pero también que aún le queda un trecho notable para asegurarse la fiabilidad y resistencia que otorga victorias, un dato menor en el verano, pero clave cuando el balón salte al aire dentro de un par de semanas en competición oficial.

El Herbalife firmó ayer su segunda derrota en pretemporada ante un Urbas Fuenlabrada que pinta bien (90-87).Los amarillos firmaron una primera parte notable, pero se descompusieron en los 20 minutos restantes.Y eso que casi levanta el partido gracias al arrojo de Amadeo Della Valle(22 puntos y 21 de valoración), que apunta la proyección que se hizo con él: debe ser líder.

El Granca salió a la pista con elrimo que marcó Frankie Ferrari. El californiano mandó y anotó. Un ritmo rápido en sus pies le valió al Herbalife para correr cuando lo precisó, pero también para buscar en sus propias manos una solución cuando el asunto se empantana. Él fue el encargado de poner la primera canasta y también de asistir en las dos siguientes: un triple para Matt Costello y otro para Stan Okoye (4-8).

Porfi Fisac, en la naveja suiza en la que intenta convertir a su plantilla, repitió con John Shurna como alero, en la búsqueda de una rotación exterior amplia que le permita distintas opciones según el partido, según el rival, según el momento del duelo. Cuando removió el banquillo por primera vez, Amadeo Della Valle salió a escena. Le basta poquísimo al internacional italiano para demostrar que es un tipo que esconde caviar entre sus dedos. Deslizó el balón para fabricarse un triple nada más salir, hizo bailar a su par con otra canasta rápida y tiró de piernas para dejar una bandeja entre una maraña de brazos del Urbas Fuenlabrada (11-16).

Incluso le dio tiempo en un puñado de minutos en intercambiar su rol con Jacob Wiley. Cortó el italiano a canasta y el pívot asistió como base para clavar otra canasta más con la rúbrica de Della Valle (13-20). Todo un arreón ofensivo que demuestra las posibilidades que esconde este Granca, capaz de volar al aro contrario, pero también paciente para mover el balón y desarbolar defensas, como demotró Olek Balcerowski para culminar por encima del aro una jugada donde el Herbalife pasó y pasó hasta encontrar un hueco a canasta. Fue le final de un primer cuarto donde el Granca lo bordó (13-22).

El Herbalife, de entrada en el segundo acto, siguió exprimiendo su fiabilidad desde la línea de tres. Todo con lanzamientos bien fabricados, en conjunto o de manera individual; capaz de hacer lo primero para liberar a Beirán en un tiro cómodo en la esquina o de bailar sobre los pies de Andrew Albicy -formidable en la dirección durante este tiempo-. Un equilibrio que se echaba de menos (21-34).

El Urbas Fuenlabrada veía como el Herbalife cogía demasiada carrerilla en el marcador. Quizá por eso se afanó más en defender y cerrar huecos, en ir echándole el candado a su aro. Sumó a eso más efectividad y a un Granca en tránsito. Suficiente para que se arrancara con un parcial que tenía pinta de revirar el marcador.

Algo que no fue posible gracias a la intervención de Stan Okoye. El internacional nigeriano es una prueba para Porfi Fisac. Pero sobre todo, si hay alguien que tiene afán por reivindicarse es él mismo. Entré él y un pillo Jovan Kljajic, el Herbalife se recuperó para marcharse al descanso con una ventaja de dos dígitos en el electrónico del Fernando Martín (34-45).

El paso por vestuarios dejó otro quinteto nuevo de Fisac, con Fabio Santana, Andrew Albicy, Stan Okoye y la pareja Costello-Wiley en pista. Y ahí, el Herbalife, con su pareja de interiores más contundente a priori, fue donde encontró más problemas ante la corpulencia de Upshaw.

De nuevo fue Stan Okoye -acabó con 17 puntos y 4/6 en triples- quien se afanó en desatascar al Granca con un triple salvador sobre la bocina (44-50). Lo que era una evidencia es que el Herbalife no se sentía cómodo con el traje propuesto por Fisac en ese momento. Se atragantó el cuadro amarillo entre pérdidas y echó a perder gran parte de su renta. De nuevo, a remover a banda y a otra cosa.

Perdió el rumbo el Granca hasta terminar por reventar su ventaja y ver al Fuenlabrada por delante, algo que no pasaba desde los primeros minutos del partido (58-57). El ciclón en el que se convirtió el equipo madrileño superó al Herbalife, incapaz de salir de su bucle, obcecado en no cambiar su pauta. Al término del cuarto, el Fuenla iba dos arriba (64-62).

La ansiedad se apoderó del Herbalife que mantuvo su línea imprecisa en el último cuarto. Se atascó en ataque un poco más y el Fuenlabrada, espoleado por Obi Emegano y Marc García, puso un trecho de diez puntos de ventaja (79-69).

Entró el Granca en los últimos cinco minutos de partido con la obligación de levantar diez puntos. Algo que, vista la tendencia del choque se antojaba casi imposible, con un Fuenlabrada al alza, superior en argumentos en ese momento al Herbalife, mucho más intenso y aplicado.Della Valle y Okoye salieron al rescate, pero Melo Trimble rebajó al Granca para demostrarle que aún le queda para terminar de conjugarse.