El Granca más sonrojante apareció en Burgos. Cuando el nuevo proyecto del Herbalife, liderado desde el banquillo por Porfi Fisac, sólo había acaparado elogios desde su puesta en marcha, ayer dejó al descubierto sus miserias en el duelo que el midió al San Pablo en la capital burgalesa. En tierras castellanas, el Herbalife caía de forma vergonzosa (92-60), dando una imagen muy distante, por ejemplo, de la ofrecida en el estreno liguero de hace una semana en el Arena contra el Bilbao Basket, al que se le ganó en la prórroga con un baloncesto dinámico y atractivo de ver.

La ilusión que había despertado el cuadro claretiano se convierte, de golpe, en incertidumbre. Aunque aún es muy pronto para sacar conclusiones, este directo al mentón hace aflorar en los aficionados fantasmas de un pasado reciente.

El Granca evidenció las carencias defensivas que se atisbaron también en su debut liguero, pero ayer estas se vieron acrecentadas hasta límites insospechados. Además, ese hándicap no consiguió equilibrarse con la solvencia en ataque, con unos porcentajes horrendos que pudieron maquillarse en los instantes finales con ya todo el pescado vendido.

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Liga Endesa: San Pablo Burgos - Herbalife Gran Canaria

El San Pablo Burgos vapuleó a los amarillos, que sólo mantuvieron el tipo en el primer cuarto del choque (16-11). A partir de ahí, todo fue a peor conforme avanzaban los minutos. Al descanso, el electrónico reflejaba ya un muy esclarecedor 42-21 para los locales. Con esa diferencia, la segunda parte pues casi que sobraba.

Y así fue. No hubo reacción, sino todo lo contrario. La escuadra burgalesa galopaba en el marcador, con diferencias que se situaron por encima de la treintena (68-34 al terminar el tercer acto) ante un rival sin alma y muy escaso de recursos. Incluso, el conjunto castellano rozó los 40 puntos de distancia en el último periodo (86-47).

El cuadro burgalés, incluso, roza los 40 puntos de diferencia en el último cuarto

El Herbalife sembraba dudas desde el salto inicial. El conjunto local vivía de un Dejan Kravic que desarmaba una y otra vez a los interiores amarillos -esta vez salieron de inicio Shurna y Wiley-. Él solito se encargaba de mantener a los suyos. Por su parte, el Granca, con su juego veloz característico, no veía aro. Un triple de Salvó ponía el 14-6 y Porfi Fisac pedía tiempo muerto.

Con la canasta de tres de Costello en la vuelta pareció que la arenga había dado resultados, pero el San Pablo conseguía plantarse en el segundo acto con ventaja (16-11). Y a partir de ahí empezó a cimentarse la paliza. Un parcial de 21-8 puso la puntilla a los amarillos, que se presentaban en el descanso con un 42-21 demoledor.

Ni los cambios defensivos a los que acudió Porfi Fisac permitieron a los suyos reaccionar, aturdidos por el martillo pilón en que se convertía su rival, desatado. En el ecuador de este tercer acto, el triple de Benite ponía el 56-27.

La cosa, en vez de mejorar, empeoraba para el Herbalife, que cerraba el tercer acto con un triple de Stan Okoye que dejaba el 68-34 en el coliseo burgalés. Con ese marcador clarificador, el encuentro se tornaba en intrascendente, si no lo era desde mucho antes. Con un San Pablo más relajado, el Herbalife tuvo alguna opción de maquillar su imagen, pero la debacle ya era imperdonable.

Este último cuarto fue un mero trámite para los burgaleses con la tranquilidad de una amplia ventaja en el electrónico. La defensa bajó en intensidad, aunque Ken Horton seguía en la línea de los cuartos anteriores, acompañado este vez de McFadden.

Un pequeño arreón por parte del Herbalife de 0-7 redujo la distancia a los 30 puntos (77-47), aunque tres triples seguidos del San Pablo propiciaron un +39 para los de Peñarroya (86-47). Jacob Wiley, con 12 puntos en el último cuarto, fue lo más destacado de un Granca que hizo un partido para olvidar.

A la plantilla y al cuerpo técnico sólo les queda conjurarse para intentar olvidar pronto esta afrenta. Por suerte, no habrá demasiado tiempo para mascullar la derrota. Mañana, en Zaragoza, el baloncesto les da otra opción para desquitarse del batacazo.

Visto lo visto ayer, está claro que al nuevo Herbalife le queda mucho para llegar a convertirse en un equipo fiable. Y habrá que hacerlo a base de jugar encuentros, porque esta semana empiezan los amarillos su periplo en la competición europea -el miércoles en Grecia-. Esto ya no para y hay que espabilar; otro partido como el de ayer...