Mal enemigo para empezar a enderezar el rumbo perdido. Al Herbalife Gran Canaria, hundido en la tabla clasificatoria de la Liga Endesa, le toca visitar hoy (19.00 horas, Movistar Deportes) a uno de los trasatlánticos del baloncesto nacional, el Barça. El equipo amarillo se presenta en el Palau Blaugrana con caras nuevas, pero en una situación nada apacible tanto en el aspecto deportivo como en lo extradeportivo.

Es el día señalado para los estrenos como jugadores amarillos de AJ Slaughter y Oliver Stevic. Las dos últimas incorporaciones realizadas por la escuadra claretiana para intentar subsanar sus carencias, que no son pocas. En el caso del primero, la tregua propiciada por la primera ventana FIBA de la temporada le ha permitido al exterior del Granca avanzar en su puesta a punto después de muchos meses sin competir.

Por su parte, el pívot serbio ha tenido apenas un par de días para empaparse de las directrices de juego de Porfi Fisac, después de su polémica llegada por el conflicto surgido con su anterior club, el Fuenlabrada.

Su pronto estreno con la camiseta del Herbalife se trata de una cuestión de supervivencia. El cuadro isleño le necesita con mucha urgencia debido al boquete abierto en su juego interior por las bajas de Khalifa Diop, con la selección de Senegal, y el positivo en coronavirus de Jacob Wiley en su estancia con el combinado nacional de Macedonia del Norte.

Con el propio Stevic y Matt Costello como principales, y casi únicas referencias en el puesto de cinco -también está la opción de Olek Balcerowski-, el Granca debe lidiar con un rival, el Barça, con un potencial estratosférico en la pintura -es el mejor reboteador de la competición con 31,8 de media por encuentro-; y también en el resto de líneas, porque el cuadro azulgrana necesita urgentemente acabar con una etapa poca fructífera en títulos. Esta misión ha sido encomendada al lituano Sarunas Jasikevicius, quien con su carisma desde el banquillo está obligado a sacar el máximo rendimiento a un plantel cinco estrellas.

Desde 2017

Si nos guiamos por los números que presentan uno y otro equipo, y también por las sensaciones, el Herbalife no saltaría esta tarde a la pista. Con un paupérrimo registro de dos victorias y nueve derrotas, el conjunto claretiano debe encomendarse a todo el santoral para intentar sorprender a un adversario al que no gana desde diciembre de 2017, precisamente en el Palau Blaugrana con Luis Casimiro en el banquillo.

El Barça, que suma hasta el momento nueve triunfos y tres derrotas en el presente curso de la Liga Endesa, ha vivido una semana ajetreada. El pasado martes, en partido adelantado de la decimoséptima jornada liguera, caía en su feudo ante el Valencia por 90-100, un resultado sorprendente por la cantidad de puntos encajados por la escuadra que prepara Jasikevicius, que pasa por ser una de las más poderosas defensivamente de todo el continente.

El Barça se resarcía de esta derrota el viernes con un triunfo en la Euroliga en la cancha del Zalgiris, en el regreso del técnico blaugrana a la que fue su casa antes de dirigir la nave culé.