A buen seguro, muchos seguidores del CB Gran Canaria, los más jóvenes, desconocían hasta ayer que hubo un día en el que un norteamericano llamado David Wood defendió la camiseta amarilla. Y los que sí mantenían ese recuerdo en la memoria, no tenían ni pajolera idea de lo que fue de aquel pívot rocoso que se daba de tortas en la pintura con quien se le pusiera por delante. Hasta ayer, cuando su imagen se relacionaba con los graves incidentes que se produjeron en el Capitolio, asalto incluido al templo de la democracia de Estado Unidos.

Fiel defensor de las tesis del todavía presidente Donald Trump, allí aparecía orgulloso el bueno de David con su cuerno para tomar parte en la protesta, exhibiendo sin pudor las imágenes en sus redes sociales. Gracias a ellas, los aficionados del baloncesto español se topaban de bruces con el presente de David.

Aquel pívot de 2,05 metros, con aspecto de leñador, siempre se confesó como un tipo muy religioso. En sus apariciones públicas en España se declaraba como miembro activo de la Iglesia Evangélica. Pero dentro de la cancha, algunos de esos preceptos cristianos los aparcaba para dar palos y empujones a los rivales. Era un hombre de equipo, de sacrificio y no exento de calidad, no en vano su carrera deportiva le llevó a militar a finales de los 80 y principios de los 90 en equipos con solera dentro de la NBA, como Chicago Bulls, Detroit Pistons, San Antonio Spurs, Phoenix Suns o Dallas Mavericks.

Y también sus cualidades sobre el parqué le abrieron las puertas del basket europeo a este temporero, que también estuvo en Italia y Francia. Llegaba a la ACB por la puerta grande en el curso 1989-90 para sustituir momentáneamente a Audie Norris en el FC Barcelona. Levantó el título de Liga y se proclamó subcampeón de Europa como azulgrana. En la temporada 1991-92, su destino fue el Taugrés de Vitoria.

Tras exhibir en redes sociales imágenes suyas en la revuelta, pidió disculpas

Regresó a la NBA y la ACB le volvía a recibir con los brazos abiertos a finales de los 90. Pasó por Málaga y Murcia. Emigró a Francia para retornar rápido a España. Esta vez, para vestir el amarillo del por aquel entonces denominado Canarias Telecom.

El conjunto claretiano, dirigido por Manolo Hussein, le elegía como el jugador encargado de suplir al lesionado Kenny Miller. Corría el mes de marzo del año 2000 y tenía 35 años. Jugó 11 encuentros con la camiseta del Granca. Luego firmó por el Fuenlabrada, donde sí tuvo más continuidad durante tres temporadas.

Ahora, ya con 56 años de edad, David Wood vuelve a aparecer en la memoria de los aficionados del CB Gran Canaria, pero en una versión menos agradable que aquella que dejó con su entrega en la cancha, con aquellos duelos titánicos contra hombres más altos cargados de épica.

Aparece David en su versión de fanático defensor de Trump. Al menos, queda el consuelo de su arrepentimiento. Tras lo sucedido, el exjugador del Granca eliminaba de sus cuentas en redes sociales las pistas que le colocaban en la manifestación del Capitolio.

“He borrado la mayoría de mis publicaciones hoy -por ayer-. Fui a la manifestación del Capitolio y del presidente Trump para rezar. Muchas personas me enviaron mensajes para mantenerlos informados, así que lo viví en streaming porque pensaba que la gente quería ver lo que estaba pasando”, decía en su Facebook.

Antes había escrito lo siguiente: “Lo encontré extremadamente seguro y rodeado de personas que aman nuestro país. Sin embargo, vi a 10 gritones enojados que podrían ser problemáticos. La gente está enojada porque sus votos no contarán porque los votos ilegales no se echan y no los culpo por eso. No apoyo mucha energía enfadada y no conocía a nadie de los que vi en el Capitolio. No estaba allí para protestar sino para orar y ver”. Dicen que de buen cristiano es arrepentirse de los errores. Y Wood, como persona ultrareligiosa que es, o así se confiesa, supo pedir perdón.