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Pullen deshace el milagro de la remontada con dos tiros libres

El Granca iguala diez puntos de desventaja en el último minuto, pero cae con el Mornar (100-102)

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Partido de Eurocup entre el Granca y el Mornar Bar EFE / CB Gran Canaria

Derrota dura del Granca en el estreno en el Top-16 de la Eurocup ante el Mornar Bar (100-102). Sobre todo por la forma en la que la encajó, después de igualar una diferencia de 10 puntos en el último minuto. El triunfo se le escapó en los nueve segundos finales con dos tiros libres de Jacob Pullen y después de que Earl Clark desaprovechara un balón para intentar ganar o forzar la prórroga.

Una de las consignas que Fisac iba a dar a sus jugadores se centraba en parar a Jacob Pullen. El ex jugador del Barça, poseedor del récord de triples anotados en un partido de la ACB, con 12, líder en puntos por encuentro vistiendo la camiseta del Mornar con 15,4 de media, fue el epicentro de la defensa amarilla.

El encargado de frenar al norteamericano, Andrew Albicy, que te da una de cal y otra de arena. El francés es un jugador de esos a los que cuesta definir. No es un especialista en casi nada, pero siempre suma números. En ataque, en el primer cuarto sumó 7 puntos, pero concedió demasiado en la parcela defensiva a sus pares.

Entre Needham y Smith, dos de los pequeños en los que se basa el juego ofensivo que implanta Pavicevic a su equipo, trituraron el entramado que intentó construir Fisac para controlar el ritmo de juego de los montenegrinos. Ocho y siete puntos respectivamente de los 27 del Mornar en el primer cuarto, por 23 del Herbalife.

Marcador pegado gracias a la reacción que provocó la entrada de AJ Slaughter a pista. Supo responder con sus norteamericanos también el entrenador segoviano. La apuesta por el partido estaba casi decidida a ver a quien metería más canastas, no por las que impedirían a su rival.

Olek Balcerowski fue expulsado tras golpear con el hombro a Lukovic al luchar un rebote

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Y eso que el Mornar en sus cinco derrotas en la fase regular las sufrió desde la inoperancia en ataque. No consiguió meter más de 76 puntos en esos encuentros en los que no consiguió encontrar el camino de la victoria. Una pista que bien podía servirle a los asistentes claretianos para afrontar el primer partido del Top-16.

Consiguió igualar la contienda el Herbalife después de 14 minutos. Kilpatrick se puso las pilas en el segundo cuarto y después del 34-34 el entrenador del cuadro de Bar paró la reacción amarilla. Por contra, Fisac se veía en una postura tranquila, sentado en la silla a diferencia de cómo lo suele hacer.

Olek, ‘on fire’

Quién no se mostraba parsimonioso era Olek Balcerowski. Receptor de la ovación de los pocos presentes en el Arena mientras se marchaba al banquillo con 8 puntos y 3 rebotes. La progresión del polaco día a día después de que tuviera que parar casi un mes por culpa del coronavirus es imparable. Más aún si de socio tiene a un Slaughter que no son solo canastas, sino que reparte con criterio la bola, aunque sea sin cumplir con las funciones clásicas de un playmaker. Seis regalos de AJ en la primera parte –10 en total–.

Quiso terminar el cuarto Pavicevic con un quinteto completamente de norteamericanos. Las barras y estrellas de Whitehead, Pullen, Smith, Needham y Gabriel intentaron cerraron los 20 primeros minutos hasta un encontronazo de este último por el que se marchó al fondo del banquillo.

Entre tanto talento y la permisividad de las reglas de la Eurocup, que no pone restricciones de jugadores estadounidenses, el luminoso llegó al descanso con 43-47 y con el equipo visitante subido a una ola de positividad tras el 1-6 de parcial previo al camino a los vestuarios.

Triples y muchas faltas

Tomó la senda del triple el Mornar al regresar a pista. La trashumancia de lanzamientos exteriores fue una constante en los primeros compases de la segunda mitad. 10 de 20 intentos misiles ejecutados desde más allá del arco mortificaban a la moral claretiana, que no conseguía encontrar un segundo de respiro ante el ritmo que implementaba el equipo balcánico.

Ese correcalles termina contagiando a los jugadores por mucho que desde la pizarra se marque la pausa. Indicaciones a las que va a hacer caso omiso AJ Slaughter, porque él se gobierna por el verso libre. Es un jugón y los puntos se le can de las manos, se los fabrica él solo y que le dejen espacio es una invitación a que en su estadística suene clink, clink, caja –23–.

Whitehead, con 28 puntos, resulta clave en la primera derrota amarilla en el ‘Top-16’

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El choque transcurría a toda pastilla. Constantes uno contra uno, y las penetraciones como forma de vida en el Mornar les había mandado a la línea de tiros libres doce veces para ejecutar 23 tiros libres hasta el tercer cuarto –39 lanzaron durante los 40 minutos–. Los puntos desde el 4,60 y el triple se habían consolidado como el vehículo balcánico con el que dirigirse al último episodio de la película con 67-72.

Quedaba por comprobar si el tanque de gasolina del adversario aguantaba hasta el final. El sudor en las caras visitantes no cesaba y, mientras, el Granca jugando sobre el alambre con sus opciones de abrir el Top-16 con un triunfo.

Continuaron los tiros libres entre ambos contendientes como vía para sumar puntos en su saco. Kilpatrick volvía a acción y mantenía al Herbalife tras la estela montenegrina, que no soltaba la delantera en el tanteador por mucho que lucharan los insulares.

Pero en eso, Whitehead dijo: “Dadme el balón que esto es cosa mía”. Siete puntos consecutivos del americano sacaban de quicio a Fisac y le pitaban técnica al protestar una posible falta al salir de un bloqueo del escolta rival. 28 puntos en total para el norteamericano, que fue el martirio de los jugadores insulares, incapaces de frenarlo a cada penetración a la canasta propia.

Los nervios se cernían en el conjunto insular. Muestra de ello lo protagonizó Balcerowski. El polaco no controló su ímpetu y golpeó con el hombro a Lukovic tras una lucha en un rebote y le costó una antideportiva y la quinta falta para irse al banco cuando más daño estaba haciendo en cancha.

Llegó a los 100 puntos el Mornar a falta de dos minutos por concluir el duelo. Kenny Gabriel desde la esquina golpeaba los intentos de Slaughter y Kilpatrick por remar contracorriente y restar los diez de diferencia. No era imposible la remontada, pero casi dependía de errores rivales que del acierto propio.

Y llegaron… Entre Shurna, jugando como pívot, y Albicy encadenaron un parcial 10-0 para hacer soñar con llevar el partido a la prórroga. Los nervios se habían trasladado al barrio de Bar. 100-100 en el marcador y 9 segundos por jugar, los que tardó Pullen en meter dos tiros libres y que Earl Clark se quedara con el balón sin tirar en la última jugada con 4 segundos para haberlo tenido claro.

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