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Análisis

Al Granca no le salen las cuentas

La ACB recomienda a los equipos a renunciar a los ingresos por taquilla | La primera plantilla cobró con retraso la nómina de diciembre y la de enero no ha sido ingresada

Earl Clark, que fue cortado ayer, lanza a canasta en un partido del Granca de la actual temporada.

Ocurrió el 6 de octubre del año pasado. Entonces, el interventor del Instituto Insular de Deportes (IID), José Alberto Guedes, no se ahorró valoraciones a la hora de advertir a los miembros del consejo de administración del Club Baloncesto Gran Canaria: “no me creo el presupuesto de ingresos”. Ese fue, en términos generales, el reiterado aviso que lanzó el técnico de la administración pública –que figura como propietaria y accionista único del equipo–, minutos antes de que se aprobaran las cuentas del curso anterior y de la presente temporada de la entidad claretiana.

Solo uno de los consejeros, Marco Aurelio Pérez –representante del Partido Popular en el consejo de administración del Granca–, se opuso a los presupuestos presentados por el presidente del club, Enrique Moreno, para la actual campaña, un ejercicio marcado por la pandemia del coronavirus. El resto, el propio Moreno, Norberto Francisco Castellano (PSOE), Guacimara Medina (PSOE), Carmelo Ramírez (NC), Pedro Justo (NC), José Miguel Bravo de Laguna (UxGC /CC), Juan Ruiz (Cs), Pedro Bello, Jaime Cabrera, Rafael Carlos Rodríguez, Víctor Manuel Vega, José Cristóbal García y Santiago de Armas, dieron el visto bueno a unas cuentas que fijaban unos ingresos de 8,7 millones de euros.

Retrasos

Hoy, cuatro meses después de aquella junta del consejo de administración, al Granca no le cuadran las cuentas y ese desajuste ha comprometido su liquidez. La primera plantilla del equipo claretiano, que suele recibir su nómina entre los días 2 y 5 de cada mes, ha empezado a registrar retrasos en el cobro de sus sueldos. Al menos así ha sucedido con los dos últimos sueldos: en enero, el dinero llegó a las cuentas el día 25 y hasta ayer no había rastro del salario del pasado mes. Frente a esa realidad, el horizonte tampoco ofrece refugio para cobijarse del impacto generado por el covid en la economía mundial.

Ni abonos ni taquilla

La Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) ha recomendado a sus 19 integrantes que actualicen sus presupuestos y eliminen toda partida de ingresos relacionada con taquilla y abonados. Así lo publicó esta semana 2Playbook –portal especializado en la industria del deporte–. Esa sugerencia de la patronal sacude las previsiones del Granca, que había presupuestado el ingreso de 500.000 euros por la venta de abonos y 65.000 euros por la de localidades –15.000 euros menos que en el ejercicio pasado–. Sólo en este concepto, para el club claretiano el desfase ya asciende a 565.000 euros.

El problema para el Granca se multiplica por la compleja ejecución –en tiempos de pandemia– del presupuesto de ingresos aprobado en octubre, partidas que ya puso en solfa el interventor del IID en octubre. En ese apartado, hay dos conceptos que generan dudas sobre su realización: la previsión de obtener 550.000 euros en traspasos o incrementar el dinero por patrocinios privados –se fijó en 2,3 millones de euros, cuando el curso pasado fue de 2,1 millones de euros–.

Desfase

En el propio club admiten que el objetivo de ingresar 2,3 millones de euros por patrocinios privados es una meta inalcanzable. Algunas empresas que esponsorizaban al equipo ya se dieron de baja en verano. Otras han quebrado por el camino. Y la meta, en un escenario marcado por el crac económico generado por el coronavirus, es minimizar todo lo posible el impacto: retener contratos pasa por admitir una rebaja de la aportación. Así, en la zona noble del Granca ya se hacen cálculos sobre la cifra a la que ascenderá el desfase en el presupuesto: 1,2 millones –cifra en la que no entran las posibles indemnizaciones por los despidos de Fotis Katsikaris y Berdi Pérez–.

Fondos europeos

Para hacer frente a esa perturbación económica, en la entidad se manejaba como alternativa participar en un plan de rescate –solicitado en conjunto por la ACB– al Consejo Superior de Deportes (CSD) a través de los fondos europeos. Esa posibilidad, sin embargo, según apunta 2Playbook no se contempla dentro de la propia patronal del baloncesto profesional español. La web va más allá: Antonio Martín, presidente de la asociación, dejó claro en la última asamblea que en ningún caso la ACB pedirá un rescate para toda la competición al Gobierno, ni está coordinando ningún tipo de acción por el estilo.

La sugerencia de la patronal sacude las previsiones del Granca, que había presupuestado el ingreso de 500.000 euros por la venta de abonos y 65.000 euros por la de localidades.

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La negativa al rescate, a través de los fondos europeos, parte de varios clubes que forman la patronal, al considerar poco decoroso solicitar dinero público cuando otros sectores estratégicos del país pueden necesitar más ese tipo de ayudas. “No puedes ir al mercado de invierno, realizar tres fichajes”, como por ejemplo ha hecho el Granca, “y después pedir fondos públicos para cuadrar las cuentas”, recoge 2Playbook como crítica de uno de los equipos de las ACB.

47,8% de dinero público

El Granca, para la temporada 2020-21, ya tenía previsto cubrir un 47,8% de su presupuesto (8,7 millones de euros) con dinero público: 4,1 millones de euros, cantidad que se dividía entre los 3,2 millones de euros de subvención directa aportada por el Cabildo, los 12.897,20 euros entregados por la Dirección General de Deportes del Gobierno de Canarias y los 960.466,83 cobrados por patrocinios a administraciones públicas –un 43,7 % más que en la temporada anterior–. En 2018, como apunte, Enrique Moreno llegó a afirmar en este periódico, tras la clasificación del equipo para la Euroliga, que no iba a aceptar que “el grueso del incremento presupuestario llegue desde el Cabildo”.

División interna

La victoria del pasado fin de semana contra el Baxi Manresa (83-77) ha sido, con diferencia, la mejor noticia de las últimas semanas para un Granca que ha vivido tiempos crispados a nivel interno –ejemplos: la decisión de apartar a Beirán o renovar parte de la plantilla con la competición en marcha–. Ni siquiera la racha de victorias que firmó el equipo amarillo –entre el 13 de diciembre y el 10 de enero– ha calmado los ánimos. Parte de la plantilla ha optado por tragar con las Fisacadas –como se conocen algunas decisiones del entrenador– y sobrevivir de la mejor manera posible cada semana.

Pero los problemas van incluso más allá. La relación entre Enrique Moreno y Willy Villar no es ideal –por señalarlo de manera suave–. Al presidente, que en verano apostaba por la continuidad de Berdi Pérez en la dirección deportiva –pero tragó con el despido para continuar en el cargo– no le han gustado algunas decisiones en las que Villar ha elegido como compañero de viaje a BeoBasket: el fichaje de Oliver Stevic procedente del Fuenlabrada o el cambio de agencia de representación de Balcerowski son dos buenos ejemplos que retratan el conflicto entre ambos.

De la mano de BeoBasket, que ya fue referente en las operaciones de Villar en sus últimos años con Estudiantes, han llegado al Granca esta temporada piezas como Jacob Wiley, Amedeo Della Valle, Earl Clark, AJ Slaughter y el propio Stevic.

“Vamos a hacer un equipazo”. Esas palabras, en primera persona, eran habituales durante el pasado verano en boca de Moisés Cohen, representante de BeoBasket en España, al referirse al Granca. Ahora, varios meses después, al club claretiano no le cuadran las cuentas: ni las económicas ni las deportivas.

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