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CB Gran Canaria

Un ‘churro’ que se entrena

Miguel Rodríguez, entrenador grancanario, coincidió con Chris Kramer en el EWE Oldenburg | «Ese tipo de tiro se lo he visto usar», apunta

Chris Kramer, en primer término, con Miguel Rodríguez –primero por la derecha– celebrando un triple con el EW Oldenburg. | | LP/DLP

«Puede que fuera un poco ‘churro’, pero una cosa sí que puedo decir: ese tipo de tiro lo entrena él. Esa bomba se la he visto hacer en partidos. El churro puede ser que entre limpia, con Michael Eric delante, pero ese tipo de lanzamiento no es casualidad. En ese sentido se puede decir que por el cúmulo de circunstancias sea un churro, pero si sabes que es un tiro que entrena y que hace otras veces, pues no tanto». Al habla está Miguel Rodríguez, probablemente el canario que más y mejor conoce a Chris Kramer, el autor de la segunda victoria del Gran Canaria esta temporada con su canasta sobre la bocina al Unicaja. En Oldemburgo los caminos de Rodríguez y Kramer se cruzaron; el primero, en el banquillo como asistente del EWE Oldenburg; el segundo, como principal ejecutor de puntos del equipo en la Bundesliga durante las tres campañas que pasó en el club alemán.

A Miguel Rodríguez se le abrió una ventana al baloncesto profesional en 2014 cuando llegó a Alemania desde Gran Canaria para completar unas prácticas del Grado Superior de Técnico en Animación de Actividades Físicas y Deportivas (TAFAD). Allí ligó su gran pasión, el baloncesto, con su formación. “Yo era de saberme las plantillas de la NBA con cinco años, un poco friki de esto. Me costaba menos eso que aprobar las matemáticas”, reconoce entre risas.

En el EWE Oldenburg completó las prácticas en la base y conoció a Maurico Parra, técnico español del primer equipo del club, que le ofreció ponerse a su lado como entrenador ayudante, encargado, entre otras cosas de ojear a los rivales en Europa y Alemania. “Fue una experiencia increíble, aprender de él y de todos en el club. La oportunidad que se me presentó al salir fue total porque yo no venía con esas pretensiones”, explica el entrenador grancanario, que tras pasar el último año como asistente en el Kirchheim Knights –de la segunda división alemana–, ha retomado los estudios en la Universidad de Oldemburgo.

Chris Kramer se convirtió en una fuente de conocimientos para Miguel Rodríguez. «Estuve con él dos temporadas y fue fantástico. Solo puedo tener palabras de agradecimiento con él. En el vestuario también, ya llevaba unos años y fue un auténtico integrador para el resto. Cuando se siente cómodo en el vestuario es de los que empuja, de los que anima, de los que echa una mano para sacar lo mejor de los demás compañeros», explica Miguel Rodríguez.

En esas dos campañas Kramer actúo tanto de base como de escolta, según las necesidades del equipo. Referente ofensivo del club, Rodríguez no duda de que el jugador de Indiana se adaptará a lo que le pida Porfi Fisac, entrenador del Granca, esta temporada. «Sabe sus limitaciones y lo que tiene que hacer. Aquí hacía de todo: desde remontarte un partido a defender a quién tuviera por delante. No ponía peros ni preguntaba por qué. Chris no es así», agrega el entrenador grancanario.

Su canasta en el Martín Carpena le hizo saltar del sofá. «Le felicité por la acción. Mantenemos cierto contacto, le recomendé cosas de la Isla y me alegré un montón cuando fichó por el Granca», asegura. Porque para Miguel Rodríguez haber conocido a Chris Kramer fue una enciclopedia de baloncesto. «Aprendí mucho de él y del capitán Rickey Paulding. Me marcó un punto de inflexión a la hora de ver el baloncesto, de la ética de trabajo y de cómo afrontar los retos que te vienen por delante», relata sobre el hombre de moda en el Granca.

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