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Eurocup

El Granca llega al derbi con cara de ganador tras sumar su cuarta victoria europea (74-85)

Los amarillos suman su cuarta victoria en la Eurocup, con 20 puntos para Shurna y otros 20 de Pustovyi

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Frutti Extra Bursaspor (74) - CB Gran Canaria (85) Frutti Extra Bursaspor

Las dinámicas son la vida en el deporte. Eso y las actitudes. Y este Granca demuestra en cada partido de la temporada que tiene cara de ganador. Así llegará al derbi canario del sábado después de otra demostración de que el equipo amarillo tiene ambición, hambre, talento y entereza. Una mezcla que suele cuajar bien, como evidenció en el aperitivo que tenía antes de su visita al Santiago Martín. Porque el CB Gran Canaria tumbó al Frutti Extra Bursaspor por 74-81 en un partido que dominó siempre, que se le pudo complicar en el tramo final, pero que domó para sumar su cuarta victoria en la Eurocup, undécima en la temporada en 15 partidos. No está mal.

Cuando el balón saltó al aire el Granca se olvidó del derbi durante 40 minutos. Al menos los jugadores. Quedaba ver cómo iba a gestionar Porfi Fisac una rotación tan corta con un partido tan importante al fondo de la semana. 

Para empezar, el Granca se encontró un Bursaspor frío al que morderle gracias a los Diop, que volvieron a ser titulares. Ilimane se movió bien por fuera y por dentro para enganchar cinco puntos y un tapón, mientras que Khalifa demostró que tiene más que músculo (2-7, min. 3). No son hermanos aunque compartan apellido y procedencia, pero podrían serlo. Poder senegalés.

Los amarillos se manejaban con solvencia ante el quinteto estadounidense del Frutti Extra Bursaspor. En parte por el gran concepto de equipo que está asimilando el grupo de Fisac. Dylan Ennis apareció con sus puntos, pero también con sus manos atrás y Chris Kramer, que empezó a dejar sus fundamentos sobre el parqué (9-16, min. 5). La defensa del Bursaspor también le daba alas a un Granca que jugó fácil y que no se marchó diez arriba al descanso porque Andrews clavó un triple en la última posesión (19-26).

Una barrera que cruzó nada más empezar el segundo acto con un parcial de 0-6 donde Artem Pustovyi se erigió como protagonista con sus ganchos (19-32, min. 11). Paró el asunto Dusan Alimpijevic y la solución fue mirar a Allerik Freeman, que afinó su puntería para meter al Bursaspor de lleno en la pelea: 6-0 y vuelta al mismo lugar (25-32, min. 15). Como si nada hubiera pasado.

El Granca se resintió algo con el cambio de piezas, pero la estampa de Pustovyi era suficiente para seguir al mando (25-35, min. 15). Una tarea a la que se sumó John Shurna, en sus primeros minutos notables tras pasar una semana horrible por su estómago. El hombre le cogió el punto al partido y en racha, en plena ebullición. Como si fuera una calculadora: sumar y sumar. Doce puntos (3/3 en triples) que dejaron al equipo claretiano con una distancia de siete puntos al descanso (38-45). 

"Tenemos que empezar fuertes el tercer cuarto", decía Shurna en la entrevista televisiva del descanso. Y es que la manera en la que crecía el Bursaspor indicaba que la segunda parte iba a ser de perros, un dolor. Lo demostró pronto el cuadro turco con un tapón de David Dudzinski que significó el inicio de un parcial de 5-0 que dejaba el partido en un puño (43-45, min. 22).

El duelo estaba en un lugar peligroso para el Granca, con demasiados jugadores del Bursaspor al alza que dejaba el partido a un mordisco para los otomanos. Y ahí contrarrestó el equipo amarillo gracias a Slaughter, pero sobre todo al ‘pistolero’ John. Porque Shurna estaba con la aureola sobre la cabeza.

Entre las canastas de Shurna –llegó a los 20 puntos– y el ánimo de Slaughter, el Granca entró en trance para cerrar el partido. Se sumó a la fiesta Artem Pustovyi y alcanzó los 18 de ventaja en una muestra de calidad y oficio, con un baloncesto práctico y también precioso.

Una renta que tocó los 20 puntos de ventaja de la mano del pívot ucraniano. El Granca había encontrado la ruta en el mapa y tenía el partido prácticamente hecho. Eso sí, no se iba a dejar ir. La muestra, el último tapón de Pustovyi para cerrar el cuarto. Un cachetón al balón que retumbó hasta en Siete Palmas. El parcial para cerrar el cuarto era de 2-20 (49-69).

Con diez minutos por delante, el Granca tenía el día ya cuesta abajo, fácil. Era montar en bici sin pedalear, solo tenía que llevar el manillar, sin escaladas, sin cumbres. Pustovyi siguió con su recital y encontró en Slaughter y Ennis un par de aliados para que la diferencia siguiera en esos 20 puntos (58-78, min. 35).

El lío final

Quedaban cinco minutos y Fisac no quería ni relajos ni sustos. Por eso se sacó un tiempo muerto con un parcial de 5-0, más inquietante cuando se convirtió en 8-0 tras esa llamada de atención (66-78, min. 36). Los problemas siguieron para el Granca, inerte, despistado. La alarma se encendió cuando incluso los turcos consiguieron bajar la distancia en diez puntos (70-79, min. 38). 

Pero el Granca supo manejar esos minutos complicados con las manos de Pustovyi, la pausa de Slaughter y entró en un par de minutos finales con la tranquilidad de saber que, salvo milagro o disparate, tenía la cuarta victoria en la Eurocup en el bolsillo. Ahora solo le quedaba volver a casa –que no es poca cosa– y completar otra semana perfecta el sábado en Tenerife contra el Lenovo.  

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