Desde que el pasado martes se conociera el alcance de la recaída de la lesión que sufría Andrew Albicy antes de acudir con la selección francesa para disputar las Ventanas, el Granca activó la búsqueda de un base que supla al galo durante el tiempo que va a estar de baja: dos meses, según defiende el club a través de su entrenador, para una rotura fibrilar en el bíceps femoral de Grado II.
Así, tal y como se encuentra el mercado, el rastreo llevado a cabo todavía no ofrece un sustituto que haya convencido al club y por lo tanto los tiempos marcan la decisión del base puro que se quiere contratar por el periodo que dure la lesión de Albicy.
De tal forma, el temporero que llegue a la Isla será o bien un base que tenga un contrato con fecha de caducidad temprana con otro club, o bien un jugador que lleve en búsqueda de un nuevo equipo y lleve parado desde mayo.
Por tanto, con la disponibilidad actual de contrataciones, y descartando por completo opciones de jugadores que se muevan en mercados al alza como el chino, el nombre que vista la camiseta amarilla a partir de la próxima semana como está previsto, será el de un base de perfil no muy caro, dejando una puerta abierta a un posible combo según los acuerdos que se vayan manejando en los siguientes días.
Salario cubierto
Otra de las incógnitas que se abrían tras la lesión de Albicy residía en el pago del salario del parisino. Según lo establecido, la selección francesa tiene la obligatoriedad de tener en vigor un seguro que cubra este tipo de bajas y por tanto el sueldo del activo del Granca –no así los gastos médicos y de recuperación– corren a cargo de la federación gala.
Asimismo, la entidad claretiana a través de su área jurídica está tramitando ampliar su reclamación para que la compensación monetaria sea mayor que la del salario, ya que tal y como lo entiende el club, el perjuicio es mayor que el económico.
Sobre todo, porque el Granca advirtió en todo momento a la selección francesa del estado médico del base y hasta el último momento intentó impedir la participación de Albicy. Una postura que fue obviada tanto por el propio jugador, convencido por los galenos franceses de que se había recuperado de su lesión tras realizarle un seguimiento de la evolución de sus dolencias con una recuperación activa –en sesiones de entrenamiento– así como una ecografía y una resonancia el día anterior al partido que supuso su recaída, ante Montenegro (viernes 26 de noviembre).
Unos hechos que no se pudieron tampoco evitar tan a la ligera, pues el protocolo firmado entre los clubes y las federaciones, obliga a los jugadores seleccionados a acudir a la llamada del entrenador nacional para que sean los médicos de las selecciones los que valoren finalmente las lesiones de los jugadores –en caso de que no sean de larga duración, pues sería evidente que sería reclamados– y así evitar sospechas de que los clubes utilicen excusas de mayor tiempo de recuperación de los efectivos que se encuentran en la enfermería.
