El impacto de la variante ómicron no hace ascos a ninguna persona, desde los más bajos hasta los más altos en el mundo del deporte, el covid-19 vuelve a golpear con fuerza a la competición nacional y ya este fin de semana se ha quedado en un solar de emoción baloncestística. Tan solo se producirá un balón al aire de los nueve que estaban previstos en esta jornada 16 en circunstancias normales. El Valencia-Granca de mañana (20.30 horas, Movistar Deportes 1) se ha convertido en el único superviviente al virus tras los últimos aplazamientos anunciados ayer por parte de la ACB.
Llegada la penúltima jornada de la primera vuelta y con uno de los platos estrellas –sino el que más– de la Liga Endesa en ciernes de disputarse, el esperado Real Madrid-Barça, el covid arrasó el primer Clásico de la ACB. En vísperas de la Noche Vieja el cuadro azulgrana anunciaba los contagios del técnico Sarunas Jasikevicius, además de Brandon Davies y Nico Laprovittola y tres miembros del staff técnico, todos ellos «en buen estado de salud».
Así pues, y unido a la larga lista de contagiados entre los dos clubes, la ACB daba por aplazado los últimos encuentro de la jornada vivos, el Clásico y el Unicaja-Casademont Zaragoza, por lo que el choque a disputar mañana en la Fonteta entre el conjunto taronja y los claretianos será el único resquicio de baloncesto que los amantes de la canasta podrán disfrutar en este primer fin de semana del 2022 tan atípico.
Un encuentro en la cancha valencianista que si bien no ha sido suspendido por que se haya decretado la existencia de un brote de covid en ninguno de los dos contendientes, sí que habrá que tener puesta la vista en los jugadores lesionados del Granca.
Porfirio Fisac no podrá contar un partido más con Khalifa Diop después de que el pívot senegalés diera positivo hace justo una semana y tenga que esperar tres días más para saber si puede regresar a los entrenamientos con el grupo claretiano –se encuentra asintomático en su hogar–.
Y hasta última hora no se tomará una decisión en cuanto al estado físico de Oliver Stevic y John Shurna. El primero, aquejado de una pequeña microrrotura en su gemelo derecho y que le mantiene entre algodones desde el último partido ante el UCAM Murcia; mientras que el segundo, también fue uno de los damnificado del último Pearl Harbour amarillo ante el conjunto murciano, cuando Jordan Davis le propinó un rodillazo fortuito en su ingle derecha y le dejó maltrecho. Aun así, el Teniente Shurna es de hierro.
