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Albert Oliver Base del Monbus Obradoiro y ex del Granca (2013-2019)

Albert Oliver: «Cuando me retire veré si puedo volver al Granca»

Albert Oliver, con la camiseta del Monbus Obradoiro, intenta un pase ante la defensa de Ludde Hakanson, del Bilbao. | | A. ARRIZABALAGA

El calendario de la ACB marca que el Obradoiro de Albert Oliver juegue mañana con el Granca, el equipo en el que compitió durante seis años y en el que consiguió sus mayores metas. Después de las lágrimas de 2019 en su adiós, vuelve a casa.

Tiene 43 años y dice que no piensa en la retirada. ¿Nos va a contar ya cuál es el secreto para mantener viva la llama de la competición después de 25 años jugando en la ACB?

De momento que el día a día me encanta. No me requiere ningún esfuerzo extra. Hay algunos días que me cuesta un poco más que antes, pero me sigue gustando entrenar y competir los partidos. Cada día que pasa queda menos, está más cerca el final, pero voy a disfrutar compitiendo hasta el último día y hasta que un club, como en este caso el Obradoiro, siga pensando que puedo ser útil.

En este cuarto de siglo ha pasado por varios perfiles. Titular, revulsivo, segundo base y ahora está de tercero. ¿Cómo lleva este rol?

Ahora tengo ese y bueno [suspira], me adapto a los minutos que tengo, que ahora son pocos. Con alguna lesión he tenido más protagonismo, como contra el Tenerife [19 minutos] o ante el Bilbao [10 puntos en 9 minutos]. A todos nos gusta estar en la pista. Yo preferiría estar más tiempo en cancha [ríe], pero entiendo el rol que tengo en el equipo. Lo acepté cuando firmé así que intento ayudar desde el banquillo. No es un rol sencillo para mí, pero las cosas van cayendo por su propio peso. Tengo este rol y por respeto a Mocho [Fernández] y a mis compañeros lo acepto.

El calendario marca que mañana tiene que jugar en Gran Canaria. ¿Qué siente?

Es mi segunda casa. Mi familia vive ahí. Ellos llevan nueve años porque se quedaron, y yo estuve seis. Siempre es especial. El año pasado no tuve la opción de ver a la afición, pero solo por volver a la pista y ver a la gente del club, desde el de mantenimiento hasta cualquier otro, para mí es especial. Siempre se han portado genial conmigo. En verano puedo usar las instalaciones para mantenerme en forma. Más ahora por cómo estamos con la pandemia. Es el club donde he estado más años y donde personalmente tengo mis mejores recuerdos y donde pude llegar más alto. Familiarmente, lo mismo te digo. Los niños son unos canarios más y junto a mi mujer vivimos los mejores éxitos.

Este año sí va a ver a la Marea Amarilla, salvo hecatombe.

Este año va a ser el bueno. Siempre me sentí muy querido por ellos. Y no solo conmigo, sino que ese amor fue trasladado a mi familia y se mantiene aun estando lejos de la Isla. Es algo especial.

El aficionado claretiano tiene en su mente la imagen del día de su despedida en el que los sentimientos se apoderaron de usted. ¿Qué recuerda ahora de aquel adiós?

Fue todo muy rápido. Me lo comunican y al día siguiente fue ese acto. Pensaba que lo tenía asumido, pero se vio que al final no [ríe]. Tarde o temprano tenía que pasar. Berdi [Pérez] me lo comentó y... bueno, si en años anteriores me quería renovar siempre, pues en el último se decidió que no. Con Berdi mantengo muy buena relación y de mucho respeto. Es otra parte del deporte. No cuadró con lo que quería el equipo en aquel momento porque prefirieron otras opciones. Me quedo con todo el trato que me dieron y me dan. Hasta pude entrenar con ellos hace dos años cuando no tenía equipo.

La temporada está claramente marcada por el coronavirus. El Obradoiro tiene cuatro jugadores contagiados. El Granca tiene ahora cinco casos dentro del equipo. ¿Qué opinión tiene sobre tener que combinar contagios y competición?

No sabría muy bien qué decir. Creo que si podemos jugar, pues deberíamos hacerlo porque estamos todos en las mismas condiciones. Con las normas que están aceptadas pues hay igualdad. Al menos que no pase como el año pasado en el que el Burgos tuvo que jugar un partido en el que se vio que medio forzaron y se demostró que no habían podido ni entrenar. Creo que eso ha cambiado y este año con la nueva normativa se vela por los buenos partidos. Vamos a cruzar los dedos. Por suerte este año no me ha tocado el virus y mira que es complicado estando rodeado de compañeros que sí lo han estado. En el equipo ahora tenemos unos cuantos y la semana ha sido extraña. Llevamos dos días pudiendo hacer cinco contra cinco y con muchos jugadores fuera de posición para poder hacerlo. Si al final se puede jugar este sábado, pues vamos a ver cómo llegamos ambos.

Hablando del futuro. Está claro que usted va a decidir hasta cuándo continuar jugando. ¿Pero ya tiene pensado algo?

Estoy sacándome el título de entrenador. A ver si como mucho lo termino a finales de este año o a principios del que viene. Me gustaría seguir ligado al basket porque me encanta. Me gusta entrenar, pero también ver muchos partidos. El día a día me encanta. Tal y como soy tengo que estar ocupado. No me gusta estar en casa sin hacer nada. ¡Ojo! Soy casero, eh, pero haciendo cosas [ríe]. Ya he tenido alguna opción de ser entrenador ayudante de algún equipo. Era una de las ideas que Berdi tenía en su día en cabeza, quería que estuviera en el cuerpo técnico del Granca, pero le dije que quería seguir jugando al baloncesto y lo aceptó. Una vez me retire veré si esas opciones siguen o hay otras.

¿Se ve entonces volviendo al Granca si depende de usted?

Pues no lo sé. Es posible que sí. Hubo esa opción al igual que han salido otras mientras. No sé si me retiraré este año, el que viene... o dentro de ocho. La familia va a estar más tiempo ahí. Todo puede cambiar rápido, pero la idea es que los niños acaben bachillerato. Al pequeño le queda este curso y tres más y esa es la idea. Hacer cábalas de cara al futuro es un poco absurdo con tanto cambio.

¿Que le pidió a los Reyes?

Pues salvarnos lo antes posible, que la liga está muy dura. Estamos muchos equipos en dos victorias de distancia por la parte de abajo. En lo personal, pues más o menos como ahora. Me gustaría estar mejor en algunas cosas, pero tampoco me quejo. 

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