Si el Gran Canaria tiene unas opciones muy escasas, aunque las matemáticas aun le mantengan vivo, de conseguir un billete para la Copa del Rey in extremis, ahora el milagro se le pone aun más cuesta arriba. La ACB ha aplazado por segunda vez el Valencia-Granca, aunque esta vez no por responsabilidad directa del conjunto insular, sino por los cinco casos de covid que se han detectado en las filas taronjas.

El calendario se comprime un poquito más para el equipo de Porfirio Fisac, que tendrá que visitar La Fonteta de San Luis el próximo viernes día 28 del presente mes, a las 20.30 horas. De esta forma el equipo amarillo gana, entre comillas, seis días más de recuperación física tras el parón que ha tenido que asumir tras el impacto de la variante ómicron en sus entrañas y que le dejó sin competir durante 20 días.

Con este cambio, del 22 al 28 de enero, y teniendo en cuenta que los 18 equipos de la ACB habían acordado fijar el 30 de enero como la fecha límite para intentar completar la primera vuelta liguera y obtener una clasificación de cara a la Copa del Rey lo más justa posible, al Granca le falta por jugar otro de los partidos que también tuvo que suspender, el del Monbus Obradoiro.

Frente al conjunto gallego ahora tendrán que jugar dos días después de hacerlo en la pista valencianista, fijando el choque de la jornada 17 para el domingo 30, justo en el último día habilitado para tener en cuenta el registro clasificatorio en cuestión copera. El horario de la disputa del encuentro está a la espera de que la ACB la designe.

La afición del Arena, pues, tendrá que esperar un día más para saber si puede recibir a uno de los estandartes de la última época exitosa del Granca, Albert Oliver, que el pasado día 13 dio positivo por coronavirus y tendrá que apurar sus opciones para superar el contagio y reencontrarse con la Marea Amarilla.