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La huella imborrable del ‘Doc’

Pedro Montesdeoca, médico del Granca durante casi tres décadas y fallecido en 2020, recibirá un homenaje tras el partido ante el Madrid

Pedro Montesdeoca, con un balón de baloncesto, en una imagen de archivo. La Provincia

El alma de Pedro Montesdeoca, médico del club durante casi tres décadas, estará presente hoy en el Gran Canaria Arena. Dos años y unos días después de su fallecimiento en plena pandemia recibirá un homenaje a la conclusión del partido. Jugadores de varias generaciones que convivieron con él elevan su figura. 

No hay nadie que no recuerde a Pedro Montesdeoca como lo que fue: una buena persona, en resumen. Otros muchos calificativos de quienes convivieron con él en las casi tres décadas que estuvo al frente de los servicios médicos del CB Gran Canaria confirman que era más que un galeno. Incluso, un compañero más. Seguramente por esa influencia en distintos grupos de jugadores y técnicos, y por el largo tiempo que estuvo vinculado, entre otras muchas actividades, al club de baloncesto representativo de la Isla, su persona será homenajeada esta noche, justo después del partido que enfrentará al Granca y al Real Madrid en el Arena.

Falleció el 7 de mayo de 2020, en plena pandemia, y la trágica noticia provocó de inmediato un aluvión de reacciones que no hicieron otra cosa que corroborar que su figura era muy grande. Algo más de dos años después, con una nueva temporada a punto de concluir, la sensación entre todos los que compartieron vida con él en el vestuario es que se le echa mucho de menos.

Por ejemplo Xavi Rabaseda, miembro del equipo entre 2015 y 2020, que le tuvo presente hace bien poco. «La semana pasada pensé mucho en él porque su Real Madrid ganó un partido en la Champions impensable y me hubiese llenado el móvil de fotos, memes y mensajes», garantiza el que fuera capitán amarillo, que le vio justo el día antes de morir víctima de un ictus.

 «Yo tengo que estarle siempre muy, muy agradecido por todo lo que hizo por mí y por mi familia. Me da mucha pena que mi hijo Luca no lo haya podido conocer. El día que volvamos a Gran Canaria tengo una cita pendiente en La Aldea -en cuyo cementerio municipal yacen sus restos-», añade el hoy jugador del Burgos.

No es el único que asegura que el Doc, como le conocían todos, cuidaba a cada uno tanto dentro como fuera del trabajo. También lo hace Albert Oliver, en el club entre 2013 y 2019 y que acaba de anunciar su retirada del baloncesto a la edad de 42 años.

De la misma forma, el catalán conserva en su memoria una retahíla de anécdotas con Montesdeoca como protagonista. «Ahora echo de menos sus wasaps de cuando el Madrid ganaba en fútbol. Se reía de mí y al revés: si el Barça ganaba lo hacía yo. Vivíamos en la misma calle y muchas veces cuando paseaba con el peque le cantábamos forza Barça y él se asomaba a la ventana y se reía. Nos traía tomates de La Aldea. Cuando se compró un coche nuevo y lo pillamos por la calle le decíamos que por qué iba con ese coche si no pasaba de 50 -kilómetros por hora-, que para eso se podía comprar uno sin carné».

Recuerdos muy vivos en la cabeza de Oliver que, en el caso del mito Berni Hernández, no lo son tanto por el paso del tiempo. Pero está acreditado para hablar del Doc, pues estuvo en el club durante ocho temporadas en distintas categorías (1993-2001). «Lo que más destacaría es su generosidad. Su mujer es de Cáceres y siempre que íbamos ahí a jugar nos llevaba a comprar jamón», asevera.

El gran capitán coincidió en su época con otro Berni, Tamames (1996-2000), que resalta una de las virtudes más reconocidas de Pedro Montesdeoca: «Siempre estaba a disposición no solamente del jugador, sino de la persona. Ante cualquier tipo de contratiempo que tuvieras tú o tu familia estaba disponible».

Da igual la generación, el Doc, tal y como sentencia Roberto Guerra (1999-2008 y 2012-13), era «más que un médico». Para nosotros era un consejero, un compañero, uno más del equipo. Un amigo», revela el isleño, agradecido, como otros muchos, por la ayuda prestada por el médico en el nacimiento de sus dos hijos. 

También tiene una anécdota.: «En el Centro Insular, en los partidos apretados, Pedro desaparecía y nos decíamos: ¿Dónde está Pedro? Lo veías al fondo del pasillo nervioso perdido, porque sentía y vivía tanto el equipo que se ponía de los nervios. Luego volvía y, si ganábamos, lo celebraba como uno más». Señales de una huella imborrable. La huella del Doc.

Berni Hernández Pablo Fuentes

«Su mujer es de Cáceres y siempre que íbamos ahí a jugar nos llevaba a comprar jamón»

Berni Hernández - Exjugador del Granca (93-01)

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Berni Tamames Pablo Fuentes

«Era una persona que estaba a disposición no sólo del jugador, sino también de la persona»

Berni Tamames - Exjugador del Granca (96-00)

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Roberto Guerra Pablo Fuentes

«En los partidos apretados desaparecía y lo veías allá al fondo nervioso perdido»

Roberto Guerra - Exjugador del Granca (99-08 y 13)

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Albert Oliver Pablo Fuentes

«Vivíamos en la misma calle y muchas veces le gritaba ‘força Barça’, se asomaba y se reía»

Albert Oliver - Exjugador del Granca (13-19)

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Xavi Rabaseda Pablo Fuentes

«Su Real Madrid ganó en la Champions y me hubiese llenado el móvil de fotos y memes»

Xavi Rabaseda - Exjugador del Granca (15-20)

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