La titularidad en el baloncesto no resulta demasiado significativa, como pueda serlo en el fútbol. Damien Inglis es el más claro ejemplo de la importancia de la segunda unidad en este arranque de curso del Granca. El francés está ofreciendo un rendimiento acorde a lo esperado a estas alturas de la película. El ala-pívot se ha convertido en un segundón de lujo para Jaka Lakovic, ya que saliendo desde el banquillo se convierte por el momento en el segundo máximo anotador con 11 puntos por partido -solo superado por los 14 que promedia su compañero de posición Shurna- y el segundo máximo reboteador con 5,5 capturas por choque -por detrás de los 6,5 de Brussino-.
El galo ha sido durante los dos primeros partidos oficiales de la temporada el quinto jugador más utilizado por el técnico esloveno, superando los 20 minutos en pista en cada choque.
Con un 10,5 de valoración se erige en el cuarto jugador más valorado de los claretianos, aunque cuenta con uno de los peores +/ - (puntos a favor o en contra mientras él está en cancha) del equipo amarillo. A pesar de todo, salvo en momentos puntuales, su presencia en cancha le otorga un cierto equilibrio entre defensa y ataque al juego amarillo.
«Somos un gran grupo y un buen equipo, pero hay que competir los 40 minutos», explica
Inglis volverá a ser una pieza clave en los esquemas de Jaka Lakovic en el regreso del equipo al Arena este sábado (19.45 horas), donde los amarillos intentarán demostrar ante el Casademont Zaragoza que la derrota frente al Unicaja en el Martín Carpena se trató de un mero accidente, en parte fruto del cansancio por el esfuerzo realizado 48 horas antes en su debut en casa ante el Barça.
El jugador se ha visto obligado a dar un paso al frente para ayudar en el cinco a sus jóvenes compañeros Khalifa Diop y Olek Balcerowski, cubriendo el vacío dejado en la rotación del juego interior la lesión del veterano Oliver Stevic.
A pesar de verse obligado a jugar parte de sus minutos fuera de su posición natural, el galo ha ofrecido un rendimiento más que aceptable, además de un compromiso con el grupo que acrecienta su integración en su nuevo club.
Trabajo y afición
El ala-pívot francés del Granca quiso romper una lanza en favor del grupo, declarando que «somos un buen equipo, tenemos un gran grupo de chicos», pero al mismo tiempo reconoció que «necesitamos seguir trabajando, mejorar en ciertos aspectos como equipo para ser mejores durante los 40 minutos». En su opinión, el Granca es capaz de «jugar juntos durante periodos de 30 minutos, pero debemos mejorar ciertas cosas para competir los 40». El principal problema, según el jugador claretiano, estriba en que «no estamos acostumbrados aún a jugar juntos, y eso se logra trabajando en cada entrenamiento».
En cuanto a su adaptación, Inglis afirma que sus compañeros «le hacen fácil jugar con ellos». «Todos los pívots que tenemos son inteligentes, leen muy bien mi juego, y yo leo bien el suyo, así que está siendo divertido», agregaba.
Por último, el interior galo quiso hacer un llamamiento a la afición amarilla: «Ojalá el ambiente sea igual de impresionante que contra el Barça y que nosotros, ante el Zaragoza, demos una buena imagen», siendo plenamente consciente de que el ambiente vivido en la primera jornada liguera ante el Barça, con una hinchada fielmente entregada a la causa claretiana, como en los mejores días del Centro Insular de Deportes de Gran Canaria, resultó decisivo para derrotar al cuadro blaugrana.
