De don Alejandro a Jaka

Dos fechas de calado histórico en el CB Gran Canaria: 8 de abril de 2015 y 26 de abril de 2023. Ocho años y 18 días entre una y otra. El final, grandioso y feliz para la familia claretiana. El Granca conseguía su clasificación para la final de la Eurocup, la segunda competición de clubes más importante del continente. En un palmarés modesto como el de un club nacido en el patio de un colegio, estos logros se saborean como si se tratase de levantar un trofeo. Y es que eso ya son palabras mayores. Solo una vez se ha conseguido en la andadura de la entidad en el baloncesto profesional de élite: la Supercopa de 2016. Además, una final de la Copa del Rey (2016) y una clasificación para disputar la Euroliga (2018), el gran torneo europeo por excelencia.

Hasta el pasado miércoles, solo dos técnicos podían colgarse la medalla de llevar al Gran Canaria a las cotas más altas a nivel nacional e internacional. Dos históricos en el baloncesto español: Aíto García Reneses –don Alejandro como lo bautizó el gran Andrés Montes– y Luis Casimiro. Ahora, en ese listado exitoso se cuela Jaka Lakovic. Al contrario de los dos anteriores, no se trata de un técnico consolidado en la ACB. De hecho, el banquillo del Granca, al que llegó el pasado verano, es el primero que comanda como entrenador principal una temporada completa en España –sí lo hizo en Alemania–.

García Reneses se topó en una eliminatoria a doble partido con el poderoso Khimki

En poco tiempo, el entrenador esloveno ha hecho florecer, después de muchos años en barbecho, el orgullo de antaño de una afición que en la Eurocup de la campaña 2014-15 con Aíto dirigiendo al equipo vio a su equipo aparecer por primera vez en finales de alta alcurnia, aunque hasta ahora solo haya sido capaz de ganar una, la de la Supercopa.

El Granca de Lakovic ha repetido ahora aquella gesta. Y las opciones de conseguir que la escuadra grancanaria consiga por fin la gloria continental aumentan por el formato actual de la competición y también por el rival.

El rodillo del Khimki

Si echásemos la vista atrás, hasta aquel año 2015, el Gran Canaria de Aíto se presentaba en la finalísima como víctima, a pesar de haber apeado en la semifinal a todo un Unics Kazán. No había otra posibilidad viendo el potencial desmesurado del adversario en esa cita histórica: el Khimki de Moscú. Un equipo de muchos quilates dirigido desde el banquillo por el histórico Rimas Kurtinaitis, que contaba con jugadores de la talla de Rice, Koponen, Augustine o Popovic. Demasiado para los Tomás Bellas, Edy Tavares, Kyle Kuric, Eulis Báez, Brad Newley, Txemi Urtasun, Ian O’Leary, Oriol Paulí, Levon Kendall o Albert Oliver, entre otros.

Tampoco ayudaba al Gran Canaria el formato por el que se regía la Eurocup de aquel entonces, con las eliminatorias finales a ida y vuelta, lo que mermaba las opciones de sorpresa para conjunto menos pujante, en este caso el Granca. Los claretianos se marchaban a Moscú a cerrar la final ya con un losa muy pesada sobre sus hombros, los 25 puntos de desventaja del partido de ida disputado en un Arena lleno.

El equipo dirigido por el lituano Rimas Kurtinaitis no dio opción al grancanario tampoco en la vuelta. Volvía a perder por otro marcador abultado (83-64), con el pívot estadounidense James Augustine, ex de los amarillos, como máximo anotador. Rice se proclamaba el MVP de la final.

Panorama muy distinto

Ocho años después, el panorama cambia y mucho. Primero, y un aspecto de suma importancia, la final de la Eurocup se decide a un solo encuentro, a vida o muerte, tras el cambio de formato en el segundo torneo continental ejecutado la pasada campaña. Pero a pesar de ser un todo o nada, el Gran Canaria cuenta con la ventaja de jugársela en su feudo, un Arena que presumiblemente estará a reventar el próximo miércoles, a partir de las 20.00 horas, para festejar la mayor gloria de la historia del club en caso de ganar. Ese es el premio extra que tiene el mejor conjunto de los dos grupos en el que se dividían los participantes en la primera fase de la Eurocup.

El esloveno se la juega en casa y ante un rival al que ya ha derrotado dos veces esta temporada

La segunda circunstancia en principio favorable para el Granca es la entidad del rival. Ni de lejos, el Turk Telekom de Ankara (Turquía) tiene la entidad del aquel Khimki, aunque para nada eso quiera decir que a un partido no sea capaz de lograr la hazaña de tumbar al favorito a domicilio.

Como ocurriera en cuartos frente al París y en semifinales contra el Joventut, el Gran Canaria salía vencedor ante el cuadro otomano en los dos duelos que han jugado en este mismo curso. En la primera fase del grupo B, los de Lakovic vencían por 81-88 en la cancha del Turk Telekom en la ida y en la vuelta se imponía en el Arena por 89-70, de eso hace ahora poco más de un mes.

Suscríbete para seguir leyendo