CB Gran Canaria

El Granca se pierde en la tierra de las pesadillas merengue

Derrota sin paliativos del Dreamland Gran Canaria en su primer partido de cuartos de Playoff ante un Real Madrid superior en todos los frentes a los amarillos (95-68)

Santiago Icígar

Santiago Icígar

Comentaba Sitapha Savané en los prolegómenos del partido ante sus excompañeros de Movistar que "nos llamamos Dreamland Gran Canaria y por esa razón no podemos dejar nunca de soñar", en un juego de palabras relativo al estreno de su nuevo patrocinador principal, un estreno que se tornaba amargo y convertido en una nueva pesadilla para los claretianos en tierras merengues.

La buena puesta en escena del Granca, creciendo desde su identidad defensiva le duraba cinco minutos, los que tardaba el Real Madrid en calentar la muñeca y que Sergio el Chacho Rodríguez comenzase a dar su recital de juego desde la sala de máquinas. Los blancos metían la directa e imponían un ritmo imposible de seguir para los amarillos que llegaban al descanso sin ninguna opción de pelear por la victoria final que como era de esperar se quedaba en manos de su rival por 12ª vez en sus enfrentamientos directos en el Playoff (95-68).

Más allá de la derrota por 27 puntos de diferencia ante el mejor equipo de Europa, preocupa la actitud derrotista por momentos de un equipo que a pesar de los esfuerzos de su entrenador, parece que considera la temporada terminada desde que se proclamaron campeones de la Eurocup. Las tres últimas derrotas amarillas han sido especialmente dolorosas por la forma en que se ha caído, lo que no invitan al optimismo de cara al que puede ser el último partido de los amarillos esta temporada, el próximo miércoles en el Arena en el segundo choque de cuartos una vez más ante el conjunto blanco (20.00 horas).

Una canasta en suspensión de Nico Brussino servía para inaugurar el electrónico del WiZink Center en un arranque de partido en el que la buena circulación de balón por parte del Granca no venía acompañada del acierto de cara al aro rival, lo que aprovechaba el Real Madrid para responder con un 2+1 de Musa que aprovechaba un error de marca en el rebote para capturar el rechazo de su propio tiro y ponerse por primera vez por delante en el luminoso.

Pero los claretianos, muy intensos en defensa crecían desde la retaguardia, secando al campeón de la Euroliga y abriendo el campo para sacar fuera de su zona de confort a Edy Tavares, para minimizar el potencial del gigante caboverdiano criado en la fábrica amarilla.

Albicy y Balcerowski recuperaban el mando en el marcador para los claretianos, en un primer asalto marcado por las defensas que no permitían a ninguno de los dos equipos tener canastas fáciles.

Los merengues apretaban los dientes y se encomendaban a la muñeca caliente de Musa para dinamitar la ventaja de un Dreamland Gran Canaria que se veía obligado a congelar el partido con un 13-9 en el marcador, en un intento de Jaka Lakovic por volver a maniatar las transiciones letales del Real Madrid, como había conseguido hacer durante los primeros minutos del choque.

El trabajo de Damien Inglis en el poste bajo dificultaba el ataque del Madrid que veía como Nikolic se estrenaba desde fuera del perímetro con su primer triple como claretiano. Chus Mateo aplacaba las ilusiones del Granca con la entrada del Chacho Rodríguez a los mandos de la sala de máquinas merengue, dando de comer a Tavares y a Rudy para darle una marcha extra al equipo, en una exhibición del mago de La Laguna para cerrar el primer acto con un 22-13 para los blancos.

Apagón amarillo

El Granca atravesaba su peor momento del partido que se prolongaba durante el comienzo del segundo acto, con Fabien Causeur y Hezonja profanando el aro claretiano desde fuera del arco, castigando la falta de acierto de los amarillos que parecían desposeídos de la confianza necesaria para anotar ante un Madrid que amenazaba con finiquitar el choque por la vía rápida. Lakovic lo paraba con 28-13 en un nuevo intento de conseguir la reacción de sus hombres.

Los amarillos pecaban de falta de concentración ante un Madrid que sacaba la guadaña a la mínima oportunidad con un Chacho pletórico que metía la directa para superar los 20 puntos de diferencia mediado el segundo asalto con un 2+1 de Causeur (34-13).

Las pérdidas seguían desangrando a un Granca que seguía anclado en los 13 puntos con los que había acabado el primer cuarto, mientras la maquinaria merengue seguía facturando en caja. La primera canasta de los claretianos llegaba a tres minutos y medio para el descanso de manos de Inglis, que lideraba un atisbo de reacción con la colaboración de Benite, pero que no parecía suficiente para meterse en la lucha por el partido ante un Madrid que perdía a Ndiaye, que se lesionaba en el tobillo en un mal apoyo intentando puntear a Benite.

Llull ejercía del Increíble, convirtiéndose en el máximo anotador de la historia del Real Madrid con una más de sus legendarias mandarinas, y Musa seguía haciendo crecer sus guarismos ante un rival tocado al que no le salía nada de lo que intentaba y que llegaba al ecuador del choque herido de muerte con un 51-25 en el marcador tras cerrar la primera parte Inglis con un triple sobre la bocina.

El espíritu de Olek

Las impresiones no mejoraban para los grancanarios en el arranque del tercer acto a pesar del triple inicial de John Shurna que quedaba empañado por el martillo pilón del Real Madrid, con Musa, Yabusele y Tavares hurgando en la herida claretiana. Momento elegido por Olek Balcerowski para sacar a relucir su carácter, convirtiéndose en el mejor jugador de los insulares hasta el momento, que conseguían acercar posturas gracias a tres triples convertidos por Benite, Inglis y AJ Slaughter que evitaban un marcador de escándalo superado el ecuador del asalto (65-43).

Yabusele y Tavares ponían el cierre en la pintura blanca, obligando a los interiores del Granca a buscarse las castañas lejos de la zona, en un nuevo problema añadido para el equipo de un resignado Jaka Lakovic, sin respuesta para contrarrestar el arsenal ofensivo de un Real Madrid que seguía pasando el rodillo con el Chacho una vez más a los mandos, llegando a los 10 minutos finales con el partido totalmente decidido (70-47).

El último asalto arrancaba con AJ Slaughter, Olek Balcerowski y Damien Inglis intentando maquillar el marcador sin opciones de entrar en la pelea con un Real Madrid en el que Sergio Llull seguía dando un recital desde la larga distancia, para mantener la diferencia favorable al equipo de Chus Mateo, que no quería hacer sangre de la desgracia claretiana en la tierra de las pesadillas merengue.

El Madrid recuperaba a Ndiaye, aparentemente recuperado de sus molestias en el tobillo, volviendo afortunadamente a la cancha, repartiendo minutos entre sus hombres pensando ya en el duelo del miércoles en la Isla, consiguiendo que sus 12 jugadores anotasen en el aro claretiano, en un final doloroso para un Granca que caía con estrépito por tercer partido consecutivo con un 95-68 que cerraba Nigel Williams-Goss con un triple.

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Cara larga de Jaka Lakovic, el entrenador del Dreamland Gran Canaria, al aparecer en la sala de prensa para valorar el duro correctivo que había recibido su equipo en el primer partido del Playoff. En su análisis, el estratega claretiano expuso que los suyos iniciaron el duelo «correctamente, con agresividad e intensidad». «Pero con nuestro desacierto y su calidad, el Madrid ha resuelto el partido en la media parte», añadía. Para el técnico claretiano, «ha pasado solamente una cosa: el Real Madrid». «Hubo varias cosas que nos perjudicaron; primero nuestras pérdidas y su anotación al contraataque y desde la línea de tres en nuestras defensas y rotaciones de pick and roll», señaló. Lakovic lamentaba el que tuvieron «cuatro tiros abiertos y no los hemos aprovechado», lo que en su opinión les metió «en un agujero muy grande que ha sentenciado el partido». «Tenemos que recuperar nuestra frescura, la chispa y motivar a los chicos para jugar el segundo partido», reconoció. «Todo pasa por el esfuerzo y la energía que tenemos que mostrar el miércoles en el Arena», concluía. | S. I.

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