Eurocup

Cuando Europa descubrió al Granca

«En 2015, cuando llegamos a la primera final, nadie nos conocía; ¿estos tíos de dónde son?», rememora Eulis Báez

Oliver en la ‘semi’ de 2016 ante el Galatasaray;

Oliver en la ‘semi’ de 2016 ante el Galatasaray; / MIGUEL HENRÍQUEZ

Manolo Ojeda

Manolo Ojeda

Las Palmas de Gran Canaria

La Eurocup es la competición que ha permitido al Granca labrarse un estatus en el ‘Viejo Continente’. La próxima semana afronta sus quintas semifinales. Las dos primeras (2015 y 2016) sirvieron para que su nombre sonara con fuerza a nivel continental. Dos de sus leyendas, Oliver y Báez, recuerdan lo que significaron aquellas gestas.

El sueño de luchar por un título continental se abre de nuevo en el horizonte más cercano del CB Gran Canaria con la disputa de sus quintas semifinales de la Eurocup. De las cuatro anteriores, un entorchado, el conquistado por los amarillos en el Arena en mayo de 2023. Ahora, el sueño de una tercera final -perdía la de 2015– pasa por superar al Bahcesehir al mejor de tres partidos: el primero el próximo martes en Turquía, el segundo el viernes en Siete Palmas y en caso de ser necesario un tercero el miércoles 2 de abril en tierras otomanas.

El segundo torneo de la Euroliga ha servido de trampolín para agrandar el prestigio del club claretiano a nivel continental. Y en aquel inicio de la consolidación del proyecto isleño en Europa dos nombres importantes, en la pista y en el vestuario, ayudaron a escribir esa leyenda, Albert Oliver y Eulis Báez, quienes siguen ligados a la entidad tras colgar las zapas. El primero en el staff técnico de la plantilla profesional y el segundo, en el del filial que milita en la tercera categoría nacional.

«Aquellos jugadores dimos un primero paso», asegura Oliver con respecto a las dos primeras semis, las de las temporadas 2014-15 y 2015-16. «El primer año fue quizás una sorpresa, pero el siguiente teníamos un gran equipo y fue el de nuestra confirmación, con la llegada de Pangos, un buen año de Pablo Aguilar... Ayudó al crecimiento del club, que todos nos vieran con un conjunto potente», señala el exbase catalán.

Cuando Europa descubrió al Granca | MIGUEL HENRÍQUEZ

Báez, en la de 2015 contra el Unics Kazán. | / MIGUEL HENRÍQUEZ

La primera semifinal continental del Granca, con Aíto García Reneses, le medía al poderoso Unics Kazán ruso. «Llegamos en un gran momento tras unos cuartos duros y era eliminatoria a ida y vuelta, con el segundo partido en casa. Ganamos los dos», rememora Albert Oliver. Luego, acabó el Granca sucumbiendo en la gran final frente a otro equipazo ruso, un Khimki inalcanzable que no le dio opción en los dos choques: 66-91 en Gran Canaria y 83-64 en Rusia

En la siguiente temporada, la 2015-16, el conjunto claretiano demostró que lo de la campaña anterior no había sido una anécdota. De nuevo se plantó en la penúltima ronda de la Eurocup, aunque esta vez no tuvo tanta suerte contra el Galatasaray: «En la ida, en Turquía no hicimos un buen partido y ellos fueron superiores. Nos costó encontrar el ritmo y tuvimos muchos problemas en ataque. Perdimos por 14 puntos allí (89-75). En la vuelta hicimos un partidazo y le dimos la vuelta al marcador con un triple de Pablo Aguilar restando poco, nos ponemos con +16. Pero nos forzaron la prórroga, que también estuvo de lo más igualada. Tuve la última bola para pasar a la final, me fui para dentro y me pusieron un tapón. Tengo la sensación de que si hubiésemos pasado habríamos ganado esa Eurocup –la acabaron ganado los turcos frente al Estrasburgo francés–».

Oliver: «De haber eliminado en 2016 al Galatasaray en ‘semis’, hubiésemos ganado el torneo»

Su compañero Eulis Báez también guarda en la memoria momentos de aquellas dos campañas europeas históricas en las que el Granca pisaba por primera vez las semifinales de la Eurocup. «En la primera, recuerdo como si fuera ahora la serie con el Unics Kazán, que venía con mucho nombre. Israel González –en aquel entonces asistente de Aíto–, en la previa, nos lo puso como si fuera el Dream Team de los Estados Unidos; mencionó a un jugador que actuaba de ala-pívot como el mejor de Europa. Y yo, como era mi posición, fui el primero al que se le encendió la mecha. ¿Este tío está loco, como va ser el mejor ala-pívot de Europa? Estando por aquella época gente como Doornekamp en el Valencia. Me di cuenta que Israel lo hizo para prendernos la mecha, porque sabía que en el equipo había gente como yo que esas cosas nos metían fuego por dentro. Salimos y nos los comimos a esos del Unics con dos partidazos para entrar en la final», señala el dominicano con su gracia caribeña. «Fue un movimiento de motivación muy interesante de nuestros entrenadores», recalca Eulis.

En aquel entonces, el Granca iba de tapado en aquella temporada continental mágica. «No nos conocía nadie. Salíamos allí con la camiseta amarilla y la gente se preguntaba ¿estos tíos de dónde son? Pero no pasó mucho tiempo en enterarse de dónde era la camiseta amarilla esa, por el juego que exhibíamos y por nuestra forma de actuar en la cancha. Éramos un equipo aguerrido que representábamos los valores de nuestro club, nuestra identidad. Después de esa primera temporada en Europa empezaron a conocernos. Estábamos contentos, porque ya teníamos un reconocimiento ganado a pulso».

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