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CB GRAN CANARIA

Los pecados del nuevo CB Gran Canaria

La escuadra de Jaka Lakovic suman dos victorias y dos derrotas en lo que va de temporada y no terminan de encontrar sensaciones positivas, algo que desde el cuerpo técnico achacan a la falta de «concentración e intensidad»

Kuath intenta una bandeja ante la intimidación de Lucas Dufeal.

Kuath intenta una bandeja ante la intimidación de Lucas Dufeal. / Andrés Cruz

Cristian Gil Fuentes

Cristian Gil Fuentes

Las Palmas de Gran Canaria

El nuevo Dreamland Gran Canaria no termina de coger velocidad de crucero. A pesar de que todavía es muy pronto, el proyecto claretiano no ha empezado el curso con las mejores sensaciones posibles, y eso se ha traducido en tres encuentros —quitando el del Benfica, debido a la sorprendente actuación del rival— en los que ha tenido que lidiar con una serie de problemas comunes. Esos inconvenientes han llevado a los insulares a no encontrar la continuidad necesaria para realizar actuaciones sólidas, un aspecto que ralentiza el proceso de acople de la plantilla y puede mermar la confianza. Si bien es cierto que los dos envites de la Liga Endesa han sido ante dos cocos como el Real Madrid, a domicilio, y el Unicaja de Málaga, la actuación de los amarillos frente al Le Mans en el debut del Arena en la Basketball Champions League deja entrever que todavía la maquinaria no encuentra el reglaje exacto para empezar a despegar.

Más allá del ritmo de juego —demasiado bajo para las pretensiones con las que se partía esta campaña—, de las pérdidas y hasta de los porcentajes de acierto, hay dos cuestiones que, en boca de Jaka Lakovic, técnico insular, resuenan con fuerza para explicar la situación del Granca en estos primeros compromisos: concentración e intensidad. «En la segunda mitad del tercer cuarto nuestra defensa… No digo que fuera sin esfuerzo, pero sí sin concentración. Recibimos un triple de su mejor base anotador con una falta por hacer, alejándonos de él. Esto no tiene nada que ver con táctica, sino con concentración», explicaba el técnico tras el triunfo ante los franceses en la segunda jornada de la BCL. Mientras tanto, después de la derrota ante el Unicaja, hizo alusión a que su equipo no tuvo «intensidad en la salida del tercer cuarto. No sé si hemos pensado que iba a ser fácil, pero Málaga ha salido con energía y decisión; les hemos dejado cambiar el momento del partido».

La falta de acople, clave

Por un lado, la concentración es una cuestión que se entiende en varios aspectos, como, por ejemplo, que muchos de los jugadores no cuentan todavía con los automatismos necesarios para poder ejecutar los sistemas con más velocidad, algo que ralentiza el juego y complica en ocasiones la obtención de ciertas ventajas. Además, esa falta de foco también afecta en defensa, ya que se observa que muchas de las nuevas piezas no tienen interiorizadas del todo las distintas normas defensivas y no se tienen en cuenta algunos apartados del juego, como las faltas por dar. Ante la ausencia de ese piloto automático, algo lógico, dado que ha habido muchos cambios en la plantilla, el paso adelante se tiene que dar mediante un mayor grado de conexión con lo que está sucediendo sobre la pista. La misma circunstancia puede relacionarse con el acierto, algo que se observa tanto en el tiro libre como en una serie de lanzamientos liberados que no deberían convertirse en una losa.

En cuanto a la intensidad, es más que evidente que a los grancanarios les está costando jugar con cierta dureza en muchos momentos de los encuentros. Ante el Le Mans, sobre todo cuando Albicy lideró las operaciones, el cuadro amarillo consiguió dar un plus en la parcela defensiva que le ayudó notablemente; el equipo de Lakovic fue a más en cuanto al uso de las manos y provocó dudas en su rival, pero no fue capaz de mantener esa regularidad y terminó apagándose tras ponerse 13 puntos arriba. También le ocurrió lo mismo ante el Unicaja, donde en la primera mitad sí logró dar ese paso al frente para crecer desde atrás, maniatando el ritmo de los malagueños, aunque luego perdió el norte y dejó de ser agresivo, permitiéndoles estar más cómodos. «Debemos ser humildes y bajar el culo para defender», señaló Lakovic en referencia a esa falta de energía de su equipo al finalizar el duelo con los andaluces.

Corregir con vistas al Nou Congost

Lo cierto es que el CB Gran Canaria cuenta con tiempo de sobra para mejorar en estas facetas del juego, ya que la temporada es larga y esto apenas es el comienzo. Sin embargo, este sábado (17.00 horas) los claretianos visitan una pista que no se les ha dado demasiado bien en los últimos años, como el Nou Congost, y a un rival que, ahora mismo, está dando señales de estar mucho más rodado, como el Baxi Manresa.

Los amarillos no ganan en tierras manresanas desde diciembre de 2020 y, en dos de los tres precedentes anteriores, perdieron con claridad (79-58 el curso pasado y 105-75 hace dos campañas). Asimismo, el conjunto de Diego Ocampo es el sexto que más rápido juega de toda la Liga Endesa y le imprime una intensidad altísima a sus partidos, rondando los 90 puntos por choque en tres de sus primeros compromisos entre Eurocup y la competición doméstica. Por lo tanto, será un contrincante incómodo y una prueba ideal para determinar si los isleños pueden comenzar su ascenso.

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