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CB GRAN CANARIA

La historia de superación de Kur Kuath: de refugiado a jugar en la élite con el CB Gran Canaria

La situación bélica que derivó en una guerra civil en Sudán del Sur obligó a su familia, cuando era un bebé, a tener que abandonar su ciudad natal Jartum, teniendo que refugiarse en Egipto, de donde posteriormente emigró a Estados Unidos, donde gracias al baloncesto ha podido darle una buena vida a su familia

Kur Kuath, sonriente durante el calentamiento de un partido con el Granca en el Arena.

Kur Kuath, sonriente durante el calentamiento de un partido con el Granca en el Arena. / M. Henríquez / CB Gran Canaria

Santiago Icígar

Santiago Icígar

Las Palmas de Gran Canaria

La de Kur Kuath es una de esas historias de superación digna de ser llevada en una producción hollywoodiense. Siendo todavía un bebé la situación bélica que derivó en una guerra civil en su país, Sudán del Sur, entre las fuerzas gubernamentales y los opositores de Salva Kiir y que todavía hoy en día se encuentra en un proceso de estancamiento para cerrar un acuerdo de paz, le obligó a tener que abandonar su ciudad natal, Jartum, para refugiarse en Egipto.

En el país de los faraones su familia se vio obligada a compartir un piso de dos habitaciones con unas 30 personas, entre los que se encontraban 25 niños y niñas, todos ellos familiares, en unas condiciones infrahumanas en las que se desarrollaron sus primeros años de vida.

«Nací en Jartum, capital de Sudán», relata el pívot del Granca, quien reconoce no tener «muchos recuerdos, ya que huímos del país a Egipto cuando yo era todavía un bebé». De sus primeros años de vida en el país norteafricano, rememora que «estaba en aquel apartamento de solo dos habitaciones con unos 25 niños y niñas, la mayoría eran mis primos y primas, que no paraban de correr de un lado para otro», fue una época que considera que «moldeó mi manera de ver la vida y de lo que significa no dar nada por sentado y vivir día a día».

Un visado de refugiado les permitió emigrar a Estados Unidos gracias a la intermediación de las Naciones Unidas, instalándose en Salt Lake City: «Gracias a Dios pudimos solicitar la visa de categoría de refugiado a las Naciones Unidas, que fue aceptada y eso nos permitió trasladarnos a Estados Unidos a principios de los años 2.000. La adaptación para mis padres fue dura, aunque tanto para mis hermanos como para mí no lo fue tanto, porque éramos pequeños». Con cuatro o cinco años iniciaba una nueva vida en la tierra de las oportunidades y de la libertad; pero no fue hasta los 10 años cuando Kur Kuath comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo del baloncesto organizado.

Los cerca de 22 años que vivió en Estados Unidos hacen que sienta el país como suyo, considerándose un norteamericano más, pero sin renunciar a sus raíces sursudanesas, que le han llevado con el tiempo a convertirse en el primer jugador de su país en lucir la elástica amarilla.

La importancia de sus padres

Kuath tiene claro que en este camino hasta Gran Canaria ha sido clave el ejemplo de sus padres, que se encargaron de transmitirle sus raíces y el ejemplo del trabajo y de la superación personal para poder cumplir su sueño de llegar a ser un jugador profesional de baloncesto.

En su hoja de ruta, no faltó su etapa universitaria, en la NCAA donde defendió los colores de las Universidades de Oklahoma y de Marquette, donde consiguió despuntar por su potencia física y su gran envergadura, sin embargo en el drafft de la NBA de 2022 no consiguió despertar el interés de ninguna franquicia, a pesar de disputar aquel año la Summer League con los Dallas Mavericks, por lo que decidió iniciar su carrera profesional en Europa, en el conjunto heleno del Lavrio, en la campaña 2022-23.

Curtido en la LEB Oro

Tras seis partidos , en los que le costó canalizar su fogosidad en defensa, lo que le generaba algunos problemas al cargarse de faltas demasiado pronto, le llevó a abandonar el conjunto heleno tras ser cortado, para probar fortuna en la LEB Oro, de la mano del CB Ourense.

En el conjunto gallego se convirtió en un pilar básico en el esquema de juego del equipo, promediando 7,6 puntos y 5,5 rebotes, que despertaron el interés del Movistar Estudiantes, si bien al final fue el Força Lleida quien le reclutó en la temporada 2023-24. A las órdenes de Gerard Encuentra, Kuath disfrutó del ascenso a la ACB, siendo un jugador clave en el equipo como demuestran sus estadísticas por partido: 16 puntos, 8 rebotes y 1,4 tapones. Además de consagrarse como el MVP de la Final a Cuatro que le dio la gloria a los ilerdenses.

Su enorme temporada le llevó a fichar la siguiente temporada por el Hamburg Towers alemán, club con el que debutó en competición europea, en la Eurocup, disputando 16 partidos con una media en pista de poco menos que 24 minutos, en los que promedió una valoración media de 17 créditos, 10,6 puntos, 7,1 rebotes y 1,6 asistencias; siendo el mejor jugador valorado del conjunto alemás en la competición.

A pesar de no coincidir en el mismo grupo que el Granca, su presencia no pasó desapercibida para Willy Villar, director deportivo de los grancanarios, que vio en el sursudanés un nuevo Khalifa Diop, que podía complementarse a la perfección con la presencia de un cinco moderno como es Mike Tobey.

En su estreno en la ACB como jugador claretiano ha jugado en los tres partidos disputados por los amarillos hasta el momento, con una media de casi 10 minutos por encuentro, que no han podido ser más por su problema con las faltas personales, su gran asignatura pendiente y que le ha llevado a ser expulsado con acumulación de faltas en dos partidos oficiales en lo que va de temporada -ante el Unicaja y el Le Mans-. En la Liga Endesa promedia 4,3 créditos de valoración, gracias a sus 4,3 puntos y 1,7 rebotes. En su debut en la Basketball Champions League a punto estuvo también de ser expulsado con cinco faltas ante el Benfica, se quedó con cuatro, condicionando el juego interior de los claretianos, siendo el jugador descartado el martes para el encuentro ante el KK Spartak. En los dos partidos que ha jugado en la BCL ha promediado casi 20 minutos por partido, con una valoración media de 9,5 créditos, 8,5 puntos y 4,5 rebotes.

Corregir sus problemas con las faltas es la asignatura pendiente de un jugador acostumbrado a superar todas las piedras del camino.

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