"Tengo fama de ser muy trending, de estar muy al día de moda y las tendencias pero no es tanto como se dice", cuenta Dulce Xerach Pérez antes de pasar a reconocer en esta entrevista sus debilidades confesables, tanto en viajes como en gastronomía y, también, en moda. Ni hablar de sus polémicas botas de agua Moschino.
"Adoro los diseños de Miucca Prada, y alguna cosita de esta marca tengo, pero las combino con muchas prendas de Zara o H&M. Soy muy de pocas prendas pero buenas, y si me debo decantar por un color elijo el negro, que siempre es un acierto", cuenta la actual presidenta del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife y profesora en la Universidad Europea de La Orotava, además de autora de la novela negra Robo en São Paulo, su primer libro, que acaba de presentar. Se reconoce "buena cafetera; sobre todo por las mañanas". Y "por cómodas y limpias" elige las cápsulas de Nespresso. "Aunque me llamo Dulce no soy nada de postres", bromea antes de reconocer que "la comida asiática" es su perdición, "aunque no le hago feos a unas buenas costillas dulces con papas". Para beber, eso sí, opta por "un buen gin-tonic de Tanqueray, con mandarina y pimienta. La ginebra London también la pido habitualmente", dice Pérez antes de confesar: "Durante Carnaval me gusta beber whisky con Coca Cola".
Cuenta que no es de mucha crema de belleza: "He heredado de mis padres una piel excelente y compro algún producto de Lancôme". Y su perfume de cabecera la tiene molesta: "Han cambiado la composición de Chic, de Carolina Herrera. Me gusta el antiguo, no el actual. Tengo tres botitos que he conseguido de la primera versión", explica sobre una fragancia que utiliza "desde hace 15 años porque queda muy bien con mi tipo de piel".
Para una escapada "nostálgica" se iría a Venecia, "aunque Singapur también me gusta. Es más chiquita que Lanzarote y viven 5 millones de habitantes. Es todo un espectáculo", concluye.