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Danza

'En este país es muy fácil ser coreógrafa, pero muy difícil ganarse la vida siéndolo'

Mónica Rude, coreógra y bailarina: Premio Nacional de Danza

Mónica Rude, bailarina Nohelia Velo

La coreógrafa y bailarina -por nombrar dos de sus disciplinas- Mónica Runde (Madrid. 1961), visitó Fuerteventura con motivo de las ´I Jornadas de Danza´ organizadas por Aula3 Plataforma de Creación, que culminaron con la representación de ´EscenA3´, junto a Juan Cabrera, Denislav Valentinov e Inés Narváez. Esta artista multidisciplinar ha creado más de 50 obras con su compañía 10&10. También ha realizado varias incursiones en el cine, (´El laberinto griego. Rafael Alcázar. 1991; ´Pasos de baile´. John Malkovich. 2010). Además de concebir y producir sus obras, programarlas y distribuirlas, "profesiones todas estas adjuntas a la labor de una coreógrafa", como ella mismo dice, la Premio Nacional de Danza del año 2000 también ejerce la labor de docente. Activa, reivindicativa y con pocos pelos en la lengua, Mónica Runde es una mujer de tablas.

Son tantas las obras que has creado, que será difícil elegir alguna en particular. ¿Me podrías decir con qué tres obras te quedas?

Es muy difícil, pero me quedaría con mi última obra ´Olvido€ de hilo blanco´ que he elaborado junto a Inés Narváez; ´Años aguardando un gesto´, que ya tiene casi 400 representaciones en el mundo entero y le tengo mucho cariño; y por último, ´Hebras de mujer´, por el tema que trata.

¿Es sencillo dedicarse a la coreografía y a la danza en España?

En este país es muy fácil ser coreógrafa, pero es muy difícil ganarse la vida siéndolo. Es muy complicado. Aunque nosotros lo tuvimos más fácil, ya que cuando empezamos éramos muy poquitos, había bienestar económico y se nos quería programar. Pero la gente que viene ahora detrás lo tiene mucho más difícil porque la crisis ha hecho estragos.

Teniéndolo tan difícil entonces, ¿qué le dirías a las personas que en este país se están iniciando en las artes escénicas?

Yo les recomiendo que emigren. Yo apoyo a la gente joven porque me encanta, y porque hay que impulsar a los nuevos valores. Cuando me preguntan ¿qué hacemos?, yo les respondo que son unos grandes bailarines y que se tienen que marchar. Y que si de verdad son coreógrafos, que hagan coreografías, y si son bailarines, que bailen.

Como muchas actividades artísticas, la danza también refleja en sus obras un marcado sentido crítico y reivindicativo, ¿verdad?

Sí, claro. Obras como ´Hebras de mujer´, ´Datura sanguínea´, ´Hasta mañana´ u ´Olvido€ de hilo blanco´, entre otras, tienen todas ellas un componente crítico. Emigración, drogas, la situación de la mujer, la homosexualidad, son temas con los que convivimos todos los días. Es más, creo que nosotros, el teatro, la danza y el resto de disciplinas artísticas somos la plataforma que debe reivindicar, denunciar y expresar estas realidades.

Cambiando de modalidad, ¿cómo fue tu incursión en el cine? La primera con Rafael Alcázar y la segunda, nada más y nada menos, que con John Malkovich.

Pues con Rafael Alcázar fue más complicado porque el rodaje de la danza era de noche, y la película no contaba con mucho presupuesto. Pero con John Malkovich fue muy divertido. Es un hombre que escucha; al que le puedes hacer todas las propuestas que quieras, en cualquier momento. Era muy cómodo trabajar con él.

Por último, ¿con qué disciplina te sientes más cómoda?

Me quedo con la danza. Para mí, y más en los últimos tiempos, la danza va unida al vídeo y a la música. Componer, grabar, editar vídeos y música es lo que me apetece hacer ahora mismo.

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