Especialista en tradición oral de África, Djibril Tamsir Niane es miembro del Comité Científico Internacional para la redacción de la Historia General de África (Unesco) y fue director de publicación del volumen IV: Historia General de África. África del siglo XII al XVI.

- ¿Qué peso tiene la tradición oral en la construcción de la historia de África?

- Para Europa la historia sólo empieza con la escritura y como África ha vivido en la historia oral, que está formada por relatos y mitos que no siempre tienen valor histórico, para los europeos carecía de historia. Con la independencia de los países africanos las cosas han empezado a cambiar. Al principio no había manuales ni especialistas en historia africana, y los africanos tuvieron que investigar para escribir su propia historia. Hay que subrayar que la comunidad internacional ha ayudado a los africanos en este empeño, y que la Unesco, concretamente, creó las condiciones para que se pudiera escribir una Historia General de África. Hubo que buscar las fuentes escritas y como la mayoría de ellas se encuentran fuera del continente, hubo que investigar en los archivos franceses, ingleses, portugueses, del Vaticano y en los archivos árabes. Pero todas estas fuentes son externas a África y había que tomar en cuenta la tradición oral africana puesto que habla de África. Investigando comprendimos que la tradición oral no es un vago relato sino un relato estructurado por especialistas de la palabra, llamados griots en África occidental, expertos en la conservación y transmisión de los asuntos del pasado, y vimos entonces que la tradición oral permite remontar en el pasado hasta diez y quince siglos atrás.

- ¿Antes de la colonización europea los africanos se veían a sí mismos insertos en un tiempo mítico o en un tiempo histórico?

- Por el hecho de que no hubiese existido escritura en África los europeos han concluido que no había habido historia y han creado teorías para explicar al hombre africano, la teoría del buen salvaje, del hombre que vive fuera del tiempo. Este buen salvaje nunca existió. El hombre africano vivió en el marco de reinos e imperios y esta historia mítica sólo existió en la mente de los europeos.

- ¿La separación de Egipto de la historia de África ha sido una de las grandes perversiones de Occidente?

- Es la más grande de las perversiones históricas. El europeo estudió a Egipto como si estuviera fuera del continente africano, falsificó la historia como si Egipto no tuviera nada que ver con África negra, cómo si Egipto sólo hubiese ido a África negra a buscar esclavos. Basta con investigar en las fuentes egipcias y de los pueblos de Oriente para saber que Egipto es la cuna de la civilización y que es una cuna esencialmente africana. Los egipcios mismos decían que sus antepasados venían de Etiopía, que todo lo que sabían venía de Etiopía y Etiopía significa país de los negros. Cheikh Anta Diop y otros han demostrado las relaciones entre Egipto y el África profunda y ahora sabemos también que hubo faraones negros.

- ¿Como unidad histórica África es una construcción occidental?, ¿qué bases hay para considerar a África desde Marruecos a Sudáfrica como una unidad histórica?

- África es una continuidad geográfica e histórica. En lo geográfico es claro, sólo está vinculada al resto del mundo por el istmo de Suez y está separada de Europa por el estrecho de Gibraltar. Históricamente, y ya que hemos establecido que la cuna de la humanidad estaba en alguna parte de África oriental, en Kenia o Tanzania y que desde ahí descendió a Egipto, podemos concluir que el periodo de la historia más largo de la humanidad está en África. Las regiones históricas de África se van dibujando poco a poco, expandiéndose a través del continente, las religiones se individualizan y se entremezclan. Los europeos afirman que si África tiene un retraso importante es por su separación del Mediterráneo, pero esto es falso. El Sahara fue verde, los últimos cocodrilos del Sahara murieron en el XIX. Había vida en el Sahara. Y también se ha demostrado que las grandes caravanas transaharianas vinculaban África del norte con África del sur. Hubo reyes y soberanos que atravesaban el Sahara para hacer el peregrinaje a La Meca. África del Norte y del Sur estaban entremezcladas. Había africanos del sur instalados en El Cairo y en Marrakech y también embajadas árabes en Tombuctú, al sur del Sahara.

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