Se trata del Museo de Calcos y Escultura Comparada, que se propone como el más importante de América Latina en su género y cuenta con ejemplares de arte griego, egipcio, medieval, románico, renacentista, gótico y hasta oriental, además de una colección de grabados y libros de arte.

"En 1908 llegó una gran donación de Alemania con numerosas copias que habían sido elaboradas para la Exposición del Centenario y posteriormente nos fueron cedidas", explicó a Efe Carlos Molina, director ejecutivo del museo, dependiente del Instituto Universitario Nacional de Arte (IUNA).

Así fue como llegaron a Argentina réplicas de obras como el imponente "David" de Miguel Ángel Buonarroti, con su tamaño natural de más de cuatro metros que, situado en el centro de la sala uno del museo, concentra las miradas de los centenares de visitantes que se acercan al lugar cada mes.

A un costado del coloso se ubican otras dos copias de esculturas de Miguel Ángel, "Moisés" y "Il pensieroso", cuyo original se encuentra en la Basílica de San Lorenzo, en Florencia.

Del otro lado, el visitante se topa con un "calco" de La Piedad, un reconocido testimonio del arte de Miguel Ángel, cuyo original se destaca en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

"Las obras -realizadas en yeso- son exactamente iguales a los originales. Y la mayor parte son copias de primera colada, es decir, de la primera vez que se hacía calco de los originales. Este es el caso del David y de La Piedad, entre otros", explicó Molina.

El asombroso parecido también se vislumbra con la Venus de Milo, una de las obras más preciadas del Louvre de París, al igual que Victoria de Samotracia, cuyo original también se encuentra en el museo francés.

"Este es el museo de mayor importancia de América Latina por la cantidad de piezas y la calidad de material. Además, tienen un gran valor simbólico porque algunas obras están en mejor estado que las originales", resaltó Molina.

Este es el caso de la colección de calcos de las culturas de América Central ya que uno de ellos se convirtió en único en el mundo luego de que el original resultara prácticamente destruido y que otra réplica que se conservaba en el Museo de Berlín se perdiera en la segunda guerra mundial.

Esta colección se ubica en la sala tres del museo, que reúne arte de Oriente y de la América Prehispánica, como el calco del "Escriba Dersenez" del siglo XV (a.c) o el "Cabeza de Buda", copia del que se encuentra en el Museo Guimet de París.

En otra de sus paredes se destaca la "Reina de Uxmal", una atractiva representación del arte maya, y enfrente, "El Jaguar Rojo", una réplica del que en la actualidad se emplaza en el Museo Nacional de Antropología de México.

"El museo -inaugurado en 1928- permite ver distintos momentos de la cultura en un mismo lugar, con obras ubicadas una al lado de la otra. Por eso, cumple un rol didáctico para los estudiantes de arte y también es objeto de investigación de varias universidades", señaló Molina.

El visitante puede apreciar las obras sin pausa ni respiro ya que cada sala, de reducidas dimensiones, está atestada de piezas hasta el punto de que sólo se exhiben menos de la mitad de las esculturas que integran el patrimonio del museo por falta de espacio.

"Existen planes de agrandar el edificio, pero las autoridades del IUNA todavía no cuentan con los recursos necesarios. Pertenecer a la universidad hace que el presupuesto se destine principalmente a sueldos. Pero necesitamos la puesta en valor del edificio por el patrimonio que existe dentro", sostuvo el director del museo.

De hecho, Molina reveló que más de un visitante "se confunde y cree que es el original".

"Muchas personas que visitan este museo no podrían acceder a estas esculturas más que en este lugar. Y se sorprenden de forma tal frente a la producción, que han preguntado en más de una ocasión si no es la verdadera", indicó.