Olga Cerpa y Manuel González vuelven a encontrarse con el público grancanario en el concierto que este próximo día 29 ofrecen en el auditorio Alfredo Kraus, en el que interpretarán buena parte de los temas de ese disco que nos conecta con la tradición y la memoria musical de siempre. "Pequeño fado y otras canciones de amor" es un disco que aúna varios géneros musicales. El grupo trabaja en una nueva gira que prepara por Estados Unidos y Latinoamérica para otoño del año próximo.

- ¿Qué supone este nuevo trabajo en el contexto de su carrera como solista?

- Un reto y una aventura porque casi todo el disco requiere de un trabajo vocal muy comprometido por mi parte. Pero tengo que confesar que la grabación ha sido, a la vez, muy fácil, muy cómoda para mí. Creo que por dos razones: la primera, porque veníamos de una gira con este repertorio que nos llevó por más de veinte teatros y auditorios españoles. Eso hizo que ya tuviera muy interiorizado cómo quería cantar estos temas. Y en segundo lugar, éste era un disco soñado por mí hace muchos años. Creo que era el momento, y no antes, de poder atreverme a cantar estas canciones que he escuchado en casa, desde niña, en versiones maravillosas de Chelo Silva, de Toña la Negra y otras cantantes latinoamericanas. Estoy convencida de que hace falta algo que sólo te dan los años para cantar este repertorio.

- Si el amor es un producto imperecedero del alma humana, ¿qué hay de nuevo entonces en este disco?

- Espero que una de las cosas nuevas que haya en este disco sea la forma en la que interpreto estas canciones. Una nueva sonoridad, digamos. El tinerfeño Pancho Delgado y el portugués Bernardo Couto son dos músicos jóvenes, que nacen cada uno de ellos en dos mundos, el del bolero y el del fado, muy rígidos en cuanto a su evolución, pero que su propia juventud y su forma de escuchar y aprender de otras músicas les lleva a comportarse sin la ortodoxia de los practicantes del género que son ya más veteranos.

- ¿A qué cree que se debe que estas canciones tengan carácter de imperecederas?

- A que son excelentes. Canciones que llegan directo al corazón de la gente y canciones que forman parte de nuestra memoria cultural; como Elvis a la de la gente de cultura anglófona.

- ¿No se encuentra este tipo de música constreñida por la demanda del mercado?

- No sé a qué mercado se refiere. Si es al que supongo, le aseguro que hay vida más allá de los 40 principales. Es más complicada, pero muchas veces más rica en emociones. Es evidente que el bolero sólo puede aspirar a ser música de masas a través de las versiones de Luis Miguel. Pero existen minorías que suman muchos miles. Son gente interesada siempre por otras cosas, por otra forma de cantar y de interpretar. Ése es nuestro mercado natural.

- De la selección incluida en el disco, ¿cuál se afianza más en la concepción personal que tiene usted de sus relaciones?

- Bueno, uno de los éxitos del bolero como género es que cualquier persona puede encontrar en un bolero una experiencia personal, algo que le ha pasado a ella misma y que se ve narrado en forma de canción. Quizás me siento más identificada con Si te contara, un bolero no muy conocido de la vieja trova cubana; es una canción desgarradora, llena de verdad.

- El fado ha sido un recurso sonoro que Mestisay ha empleado en algunas propuestas anteriores. Hábleme de esa querencia íntima y afectuosa que se percibe en este género...

-Siempre hemos amado la música portuguesa, desde Amalia hasta Xeca Afonso. Después hemos tenido una experiencia personal y profesional, de amistad y trabajo, muy intensa con el país a través de Julio Pereira, que nos produjo dos discos hace años donde participaron músicos lusos. Nos gusta el cuidado por el detalle, la elegancia de la música de ese país, su forma de presentarla al mundo. Y después está que hay un trasfondo portugués, atlántico si se quiere, en Canarias.

- ¿La consigna de mirar siempre hacia delante en el caso de Mestisay ha encerrado de alguna manera el secreto de la supervivencia en estos más de 25 años de existencia?

- Ha habido muchas etapas del grupo. Yo, salvo los primeros años, he estado en casi todas ellas. Hemos pasado de ser un grupo de gente aficionada a vivir de la música, nuestra profesión. Y eso, que es una tremenda suerte, exige muchas renuncias, mucho compromiso y cierto talento para inventarse soluciones a los problemas que surgen todos los días. Nos vimos obligados a convertirnos en productores de nuestro trabajo, de nuestros discos, de los musicales y espectáculos que hemos hecho en estos últimos 10 años. Pero creo que porque nos hemos empeñado en pensar que lo mejor estaba siempre por venir. No nos podemos quejar: la vida nos ha devuelto esas esperanzas con creces.

- ¿Proyectos de futuro?

- Ahora toca defender este disco, Pequeño fado y otras canciones de amor, y el espectáculo en el que está basado, que hemos titulado Romántico. Lo presentamos en el Auditorio y giraremos por el Archipiélago. Después tendremos las presentaciones en la Península a partir del mes de febrero del año que viene.