"La Consejería aceptará la decisión que tome el Consejo Escolar del IES Pérez Galdós al respecto. El Consejo es soberano para decidir sobre la ubicación del busto", señala el director territorial de Educación, Julio Gutiérrez. Es la reacción a la petición de los herederos del escritor Juan Millares Carló, que piden la retirada del IES Pérez Galdós de un busto del presbítero Manuel Socorro Pérez. Según esgrimen, el sacerdote aprovechó su puesto en la dirección del centro educativo para iniciar, a partir del golpe de Estado de 1936 por Franco, una persecución contra el poeta que culminó con su separación de la cátedra.

Los herederos destacan que la reciente Ley de Memoria Histórica ampara la retirada de dicho busto, un procedimiento, subraya la Consejería, que debe comenzar con "el trámite de que los familiares presenten a la presidenta del Consejo Escolar un escrito formulando su inquietud. Una vez que se debata el tema y decidan qué hacer lo comunicarán a la Dirección Territorial de Educación de Las Palmas, para llevar a cabo lo que ellos consideren oportuno".

La publicación de las Obras Completas por el Gobierno y el Cabildo de Juan Millares Carló, coordinadas por su nieta, la profesora Selena Millares, ha reabierto la etapa más oscura de la depuración franquista contra los catedráticos de instituto. Allí se recogen las pruebas de las maquinaciones de Manuel Socorro, extraídas del Archivo de Alcalá de Henares, depósito de sus cartas contra Millares Carló. También están las que la correspondiente comisión de depuración recibió contra Agustín Espinosa y Gonzalo Pérez Casanova, cuyas carreras profesionales como catedráticos también se vieron cercenadas por el aparato del nacionalcatolicismo.

"Yo creo que hay una ley que deja claro lo que hay que hacer. Este hombre [Socorro Pérez] podría estar dentro". Son las palabras de Joaquín Espinosa, decano del Colegio de Abogados, que muestra su "apoyo pleno" a los herederos de Millares Carló. El abogado recuerda que hace unos cuatro años conoció las interioridades del expediente de su padre, el escritor Agustín Espinosa (1897-1939), a través de su hermano, profesor de la UNED en Madrid, que recibió unas fotocopias por medio de un amigo que escribía un libro sobre la represión en España.

El hijo de uno de los intelectuales que más divulgó, desde el movimiento Gaceta de Arte de Tenerife, las vanguardias en España, relata las incoherencias de la depuración. "Se llega a decir que era el director de La edad de oro, la película de Luis Buñuel y Dalí". Pero lo que más le llamó la atención era la ironía siniestra de que su padre ya no era el autor de la condenada novela Crimen, sino que ya era "el crimen de Agustín".