Chema Madoz reconoce que el objetivo de su obra ha sido siempre "buscar la reflexión en la realidad más inmediata a través del arte de lo paradójico". Así lo señaló ayer durante su conferencia La Naturaleza de los objetos que, dentro de las jornadas Hablamos de diseño se celebran en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Gran Canaria, hasta el 16 de noviembre.

El artista madrileño, Premio Nacional de Fotografía en 2000, señaló, ante un salón de actos repleto de estudiantes, que "hay una serie de elementos que tienen una importancia capital en mis fotos" y que "siempre que arranco a hacer este trabajo lo hago desde un punto de vista muy concreto que es el límite, que es la idea de intentar trabajar con los mínimos elementos posibles, tanto con el propio equipo como los visuales que aparecen en la fotografía". Según Madoz esto provoca un efecto paradójico ya que, "a pesar de que te estás limitando a ese universo, el efecto final es como utilizar un microscopio y entrar en un universo mucho más amplio de juegos de relaciones".

De este modo, el fotógrafo reconoció que a la hora de construir un lenguaje visual, esas ideas se amplían de una manera vertiginosa. "Entiendo que hay una mirada en mi propio trabajo que puede parecer muy concreta en cuanto se limita a centrarse en el propio objeto", señaló, "pero también creo que, por otro lado, es un lenguaje que permite tocar todo tipo de aspectos y temas a partir de un elemento común, y yo creo que es ahí desde donde puede radicar su posible atractivo o riqueza".

El fotógrafo madrileño es muy conocido internacionalmente, pero reconoce que no tiene la sensación de estar creando escuela. "Éste es un trabajo muy concreto, con una mirada muy determinada, aunque hay aspectos, como el de la publicidad, al que le veo una relación directa".

Reflexión

En cierto sentido, Madoz reconoce que, en su obra, persigue lo universal a través de lo cotidiano y añade que "mientras sean imágenes que despierten el interés y que inviten a la reflexión me quedaré satisfecho". El fotógrafo señala que no persigue crear algo que se le escape de las manos, sino "tan solo reproducir esa sensación que yo puedo tener cuando me planto ante una imagen que a mí mismo me conmueve, me aporta algo o me hace tomar conciencia de algo. Si en ese sentido algunas imágenes pueden entrar en esas coordenadas me sentiría satisfecho". Chema Madoz reconoce que en sus obras hay influencias muy claras, pero el trabajo, al desarrollarse en el ámbito de la fotografía, puede parecer más llamativo. "Yo creo que está lleno de muchas huellas, además de campos muy dispares y diferentes. Desde el propio diseño a la escultura, la fotografía, la pintura. Y hay artistas variados que me han podido interesar o me han seguido interesando", dijo.

Para el artista, en su trabajo hay varias constantes. Entre ellas, un hilo conductor con un nexo de unión entre personajes que parecen extraños o el objetivo de romper con unas ideas preconcebidas. De este modo, "en muchas ocasiones he fotografiado pequeños elementos que sin una relación entre ellos que muchas veces surgen de un planteamiento previo, y otras espontáneamente". Madoz señala que su trabajo va adquiriendo cada vez más complejidad con un mundo de posibilidades y que "sólo teniendo un aspecto claro de lo que vas a fotografiar es lo que funciona", pero alguna vez también le ha ocurrido el hecho de tener un objeto que es muy atractivo "y que no funciona al ser fotografiado". Sin embargo, lo normal es justo el caso contrario. Sea como fuere, la obra de Madoz ha sido definida, "como imágenes donde la provocación racional unida al azar, provoca un efecto poético".