- ¿Ha supuesto el concierto de Sting un esfuerzo añadido para una productora como la suya?

- Es evidente que sí. Nosotros hemos hecho conciertos de la envergadura de Maná, Juanes, Joe Cocker, Zucchero o Rubén Blades. Pero esto es algo muy especial porque estamos hablando de una leyenda del pop. La producción tiene la dificultad añadida que es poner a 55 músicos de la Orquesta [Filarmónica de Gran Canaria] con once o doce músicos que trae él, dando como resultado 67 o 68 músicos en total. Pero trabajar con Live Nation, que es la empresa que lleva la gira a nivel mundial de Sting, es muy fácil, porque ellos manejan mucha información. El nivel del concierto será el mismo que el que se pudiera hacer en Londres, Nueva York o París.

- ¿Cómo se logró cerrar definitivamente la negociación?

- Se llevaba negociando desde hacía año y medio. Hubo una primera intención que se paró. Y en una segunda posibilidad se llevó a cabo esa negociación. Cuando firmamos el contrato teníamos la posibilidad de Santander, Tenerife o Gran Canaria, y se tomó la decisión fundada en dos cosas: que fuese una empresa grancanaria y que la administración pública, tanto Cabildo, como Ayuntamiento o Gobierno, estuvieran a nuestra disposición. Luego, la Orquesta es un valor añadido. Es un placer poner la orquesta de Gran Canaria a disposición de Sting porque es la mejor orquesta nacional.

- Habrá un aforo de 12.000 personas, una cifra algo escasa para el tirón que tiene Sting.

- Sí, se ha quedado muy por debajo de las exigencias del mercado, pero debo insistir en que a nosotros nos hubiera encantado meter a muchísima más gente, porque se soluciona la demanda y porque, evidentemente, hacemos más dinero. Pero hemos sido absolutamente honestos y transparentes en la negociación. El formato de ellos se ajusta a unas determinadas características. La institución hizo una aportación pública y nosotros nos hemos ajustado a ella para la rebaja de las entradas y por eso hay 12 o 13.000 privilegiados que van a ver el concierto a un precio muy por debajo de lo que cuesta la gira. Se están vendiendo en Europa por 180 euros, en Londres a 150 libras y en Nueva York a 250 dólares.

- ¿Y no sería el marco más adecuado el Auditorio para un concierto sinfónico?

- Si lo hubiéramos hecho en el Auditorio las entradas constarían 500 euros, y sería sólo para mil personas, aunque seguro que se llenaría, porque hay gente que pagaría ese precio por ver a Sting. Pero en Gran Canaria tienen que ser 60 euros máximo, y para eso sólo podíamos hacerlo en el Estadio.

- ¿Qué infraestructura pone Sting y cuál la productora?

- Sting trae dos aviones. De todo lo que es infraestructura, vídeo y la salida del sonido se encarga una empresa local, y lo que es la parte de los músicos la trae él. Toda la gira se suele desplazar en camiones. La insularidad hace que para estar en el otro concierto haya que traer el material en avión.

- ¿Abrirá este concierto otra vía para traer músicos que no hayan estado en Canarias?

- Todos creemos que la parte de la música latina ya está muerta. Maná, Juanes, Alejandro Fernández y Gloria Estefan ya no venden entradas. La gente está cansada de estos cantantes, y se han quedado como M-Clan, como parte del paisaje. Nosotros hemos intentado abrir un nuevo foco de negocio y devolver la ilusión de los conciertos. La gente piensa que esto es un negocio, pero a nosotros nos beneficia en que nos ayuda a tener un nombre y la posibilidad de hacer otras cosas, porque, evidentemente, hay una parte más personal y de ilusión alrededor de este concierto que de un negocio.

- ¿Y tras esta experiencia qué otros artistas cree que podrían actuar en la Isla?

- Tras el concierto de Sting será más fácil contratar a artistas como Springsteen, Coldplay o, ¿por qué no?, los Rolling. Se trata de que creemos estar en el camino adecuado de trabajo y que podemos ser un socio para hacer cosas interesantes con las compañías de esos artistas. Creo que estamos en el buen camino de lo que la sociedad canaria está ansiosa por ver.

- Usted que está acostumbrado a trabajar con artistas, ¿cómo definiría el concierto del ex cantante de Police?

- Es impresionante. Yo he visto a todos los grandes: a U2, los Rolling, Madonna, Talking Heads, Tina Turner, y no tiene nada que ver, es otro nivel. El mirar al frente y ver a setenta músicos en escena y a él delante no se olvida. Todo eso se recoge muy bien en el DVD Live in Berlin. Hay también temas cañeros. De hecho trae doce músicos suyos. Sting es el miembro de Police que lleva la autoría de los éxitos, y lo que trae en la gira son los temas de su ex banda o lo que siguió haciendo al principio en solitario, pero de sus experimentos no toca nada. Ser autor de Roxanne o Message in a bottle te da un caché impresionante.

- ¿Cómo estará organizado de cara al público?

- Nosotros nos hemos preocupado de que sea algo elegante. Por ejemplo, se está pensando en que sólo se podrá vender cerveza, antes, al final, o durante el intermedio de 20 minutos, porque la idea es que la gente no se levante del asiento para no perjudicar la visión del concierto. Habrá 50 azafatas que atiendan a la gente en sus asientos, ya que el concierto será como escenificar un teatro gigante. Queremos que la gente que pague su entrada se vaya convencida de que el sonido es espectacular, de que todo ha estado muy cuidado.