Promotor de los conciertos de Maná en las dos capitales canarias el próximo fin de semana y con una larga experiencia en la organización de grandes eventos culturales en las Islas, Leopoldo Mansito, propietario de la firma Eleeme Producciones, analiza las singularidades insulares de este negocio y las amenazas que se ciernen sobre el lugar ya alcanzado por Canarias.

- Se insiste en que Canarias es un lugar con riesgos añadidos relevantes en el negocio de la organización privada de grandes eventos musicales, culturales en general que, por parte, se han generalizado en todas partes en España. ¿Cuáles son?

- El negocio de la cultura debe asumir, en todas partes, unos riesgos importantes y en Canarias, si cabe, aún más. Las Islas son un lugar privilegiado para muchas cosas, por su clima, pero para este tipo de cuestiones hay unos gastos añadidos muy importantes.

- El coste de la insularidad está medido en la producción de agua y energía, en transportes...; de hecho, se subvenciona sobre esa base para que se sitúe en el coste medio español. ¿Cuál es el coste de la insularidad de un gran evento musical?

- En conciertos de menor envergadura quizás sea un poco menos -como pasó con Alejandro Sanz o Shakira- pero en el caso de Maná, por ejemplo, que es una de las producciones mayores que hoy recorren el mundo puede entrañar un sobrecoste de más del doble que en el territorio continental. Es fácil de entender. De entrada en el continente los transportes son por carretera, lo que tiene un coste muy limitado, que en el caso de las giras así los asume el propio artista, van en su propio caché, como instalaciones, equipos, etcétera. Cuando esto tiene que venir a Canarias, de toda la vida el promotor debe cubrir esos costes; si no, no vienen. Las 102 toneladas que desplaza el montaje de Maná están a mi cargo. Y ese traslado sólo es posible fletando un Jumbo de carga. Sólo el flete en viaje de ida, para bajar de Barcelona a Canarias, se acerca a 165.000 euros. Por otra parte, en suelo continental las grandes giras no suelen tener costes de hoteles, llevan grandes caravanas de lujo, del orden de veinte o treinta trailers a veces. Aquí el promotor debe asumir los hoteles, normalmente de cinco estrellas, y los billetes de avión, en este caso, de 70 u 80 personas -de Madrid y Méjico- que vienen con Maná, y no son residentes...

- Seguimos sumando.

- Pues luego en el plano publicitario solemos estar fuera de las campañas nacionales, pues las televisiones privadas funcionan con desconexiones para Canarias. Y, claro, no podemos asumir una campaña nacional sólo para los conciertos en las Islas, con lo que tenemos que hacerlas propias de alcance restringido al ámbito canario y cuestan mucho dinero, pues en las Islas hay que garantizar entradas importantes.

- Y en todas partes, ¿no?

- Sí, pero todos los grandes artistas, aparte del caché, tiene un porcentaje sobre entradas. Y, aunque en Canarias se espera un afluencia de público mayor que en el resto de España con Maná, como ya ocurrió con este grupo en 2007 [entonces el promotor fue otra empresa], los precios que pueden ponerse aquí no son los mismos que los de Madrid, Barcelona o Sevilla, con una población alrededor de siete u ocho millones de personas, con lo que mucha más gente puede adquirir entradas a 60 euros [precio de la entrada más barata de Maná en Madrid] que la que hay en las Islas, no digo ya nada a precios superiores.

- También está el problema de la cultura de la gratuidad a la que se ha acostumbrado al público español por parte de administraciones públicas que organizaban eventos gratis total, un modo de promoción política.

- Sí, eso también influye pero cada vez se da menos porque la situación de los ayuntamienros y cabildos no es ya... pero, es cierto que no es bueno que la gente se acostumbre a que se pueden ver los grandes espectáculos sin pagar, eso sería lo normal sólo en algún caso especial.

- ¿Y cómo sobrevivieron los promotores privados a la competencia pública en la época de vacas gordas? ¿Gracias también a la propia ayuda pública?

- Nos hemos movido en este negocio, a veces con más y otras con menos acierto, corriendo grandes riesgos, pero es nuestro negocio, nos gusta y nadie nos obliga. Pero es verdad que a veces vemos con tristeza lo que ocurre, por ejemplo, con un apoyo que nos había garantizado el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y, que al haber habido cambios en la corporación, están surgiendo dificultades....

- Eran 120.000 euros, ¿no?

- Sí, y estamos ahora ante la duda, no sabemos si se concretará o no, o se hará en una cantidad menor. Sea como fuere, como esta suma se comprometió hace más de un año, firmamos el concierto [con Maná] con unas condiciones, tal que si ahora no se confirma la ayuda, nos dejan no ya en una situación de riesgo, pues en ésa ya estamos, dado que la suma de todas las ayudas públicas alcanza a lo mejor un veinte por ciento del coste [traer a Maná a las dos capitales canarias cuesta un millón de euros], sino en una situación de pérdidas cuantiosas por muy buena venta de entradas que haya. Me encuentro en un callejón sin salida ya que no puedo suspender el concierto de Maná porque tendría que abonar medio millón de euros de penalización. Pero sí he suspendido ya el concierto de Juan Luis Guerra.

- Esa y otras instituciones públicas figurarían como patrocinadores de los conciertos.

- Sí, claro, no obstante quisiera resaltar que más que el término ayuda, debería hablarse de contraprestación, porque imagínese la riqueza que puede entrar ese día en Las Palmas de Gran Canaria si se desplazan 30.000 personas, a nivel de taxis, bares, restaurantes, locales nocturnos, hoteles... La cultura no debe verse sólo como una cuestión romántica, que afecta a la parte formativa de la persona, sino como una actividad generadora de riqueza de las llamadas emergentes, que mueve mucho dinero.

- ¿Cuánta gente trabajará en el concierto en cada capital?

- Trabajarán unas quinientas personas de las cuales algunos tienen su empleo en empresas que colaboran y para otras será un trabajo eventual que, a quien esté en paro, no le resuelve la vida pero sí a lo mejor el mes, suelen pagarse muy bien. Entre gradas y césped habrá 200 camareros y 80 de seguridad. Luego están los técnicos de sonido, de luz, montadores, en fin...

- ¿Ha aumentado el traslado interinsular para conciertos?

- Sí, ha aumentado mucho y en el caso del concierto de Maná tenemos un gran acuerdo con uno de los patrocinadores, Fred. Olsen, que hace una gran rebaja en los billetes, una llamada tarifa-concierto para quienes presenten esa entrada de Maná.

- Usted ha promocionado eventos en todas las islas y muchos en las dos capitales. Sale mejor o es así más riesgoso.

- No, como dijo el presiden del Cabildo [de Gran Canaria, José Miguel Bravo] que sea en ambas capitales hace que funcionen la economía de escala, porque hay dos conciertos con una sola ida y vuelta hacia o desde Canarias. Sale así mucho mejor si sale bien el concierto, claro, pues si no, puede imaginarlo.

- Usted ha dicho que, traer a Canarias a U2, por ejemplo, es decir a gente colocada en el top-ten mundial es imposible.

- A U2 le planteamos que hivieran un bonus-track, es decir, un último concierto de gira en Canarias. Pero claro, nos decían que hacerlo en el Camp Nou les garantizaba 80.000 entradas y las vendían además en cuestión de horas. A esos niveles es muy difícil, aunque no pierdo la esperanza. Son utopías. Pero por eso es importante que no se pierdan los apoyos públicos a los grandes conciertos a nuestro alcance porque eso significaría que la presencia que Canarias la logrado en estos años en unos circuito musicales donde es tenida en cuenta ya para grandes eventos internacional, y que es algo muy difícil de lograr, se perdería. Y, con ello, sólo unos pocos canarios, los que puedan pagarse los viajes a Madrid, Barcelona o Londres, podrán disfrutar de ellos.