Los ladrones entraron en la casa de Benidorm del conocido cantante Manolo Escobar mientras que éste y el resto de su familia dormían, y se llevaron dinero y diversos efectos, como la medalla de Mérito al Trabajo y la insignia de oro y brillantes concedida por el FC Barcelona.

Según relató un representante del cantante, el robo se produjo durante la madrugada del pasado viernes al sábado en el chalet benidormí de Manolo Escobar, cuando el artista, su mujer, su hija y nieta dormían, sin que ninguno llegara a ver al ladrón o ladrones ni resultara herido. Relataron que los cacos se llevaron efectos con más valor sentimental que económico.

Esto es así porque frente al dinero y artículos por unos 8.000 euros desaparecieron otras cosas con más importancia para Escobar, como la medalla de oro y brillantes del FC Barcelona y las medallas de oro de Mérito al Trabajo, al Mérito Turístico y de Andalucía. También la insignia de oro de la Universidad de Almería, la llave de oro de la ciudad de Miami (Estados Unidos) y el disco dorado que ganó en el festival de Sopot (Polonia).

Según el portavoz del artista, todos estos galardones tienen la apariencia de dorados pero en realidad no están hechos de oro, mientras que los ladrones dejaron en su sitio los premios de apariencia metálica o plateada.

Añadió que el cantante y su mujer no escucharon nada porque la zona de dormitorios se encuentra en la primera planta y los ladrones, que habían entrado forzando la reja de una ventana, únicamente actuaron en la parte baja, que dejaron revuelta. Sin embargo, la hija de Escobar sí que oyó ruidos y, sin salir de su dormitorio, telefoneó a una mujer del servicio doméstico que estaba fuera del chalet, que a su vez dio la voz de alarma a la policía.

La investigación apunta que al oír sonidos del exterior los delincuentes, que podrían haber entrado sin saber que había ocupantes dentro y desconociendo la identidad del propietario, huyeron sin que hayan podido ser localizados por el momento.

Además de los premios, desapareció una cantidad de dinero y efectos de valor, como cámaras de fotos y teléfonos de última generación, todo lo cual hace que la cifra global sustraída haya sido calculada en unos 8.000 euros.