Elegante, enormemente trabajador, "con buena planta", "canario empedernido y sevillano enamorado", gran conversador, viajero incansable. Con estas y muchas otras expresiones definieron ayer historiadores y autoridades la personalidad del americanista Francisco Morales Padrón, en el homenaje que le rindió el Cabildo de Gran Canaria, en la Casa de Colón, en el primer aniversario de su muerte. "Dio a Canarias trascendencia en el Atlantismo", señaló su amigo y colega Antonio de Bèthencourt, que lo recordó en su infancia, "bien peinado y siempre con un libro distinto en su mano izquierda".

La directora de la Casa de Colón, institución que fue su hogar y donde florecieron los coloquios de Historia Canario-Americana, que ya van por su XIX edición, no pudo evitar emocionarse al decir que "la Casa de Colón se siente huérfana". Acosta anunció la reedición, por parte del Cabildo, de la obra Comercio canario-americano (siglos XVI, XVII y XVIII), que él publicó en 1955 y que fue valorada por los intervinientes como una pieza pionera que aún está vigente. El próximo Coloquio, el número veinte, estará dedicado, cómo no, a su figura y a "sus tres amores": Canarias, Sevilla y América.

De Bèthencourt aseguró que el homenajeado tenía un "intelecto privilegiado" y subrayó que fue "un americanista por vocación". Para el veterano historiador, que hizo un intenso análisis de la obra reeditada, de la que es prologuista, la pérdida de Morales Padrón fue "la noticia más cruel".

Ramón Serrera Contreras, catedrático de Historia de América de la Universidad de Sevilla y amigo personal del fallecido, se encargó de glosar la relación de Morales Padrón con la capital hispalense, donde ejerció su magisterio y vivió durante casi toda su carrera. "El trabajo fue su divisa. Aún en sus últimos momentos, ya enfermo, siguió trabajando y dejó dos monografías incompletas". Serrera afirmó que "siempre admiré su obra científica y su capacidad de distinguir afectos de manera equilibrada entre tres tierras, Canarias, Sevilla y América". El catedrático quiso hacer referencia a la profunda devoción religiosa del historiador, "que supo compaginar fe y razón como todo gran pensador".

Antonio Tejera Gaspar, catedrático de Arqueología de la Universidad de La Laguna hizo un recorrido por las referencias a Colón en la obra de Morales Padrón, al que no quiso etiquetar como "colombinista, porque fue mucho más que eso, ya que sus obras han abierto caminos que todos hemos seguido".

Para Manuel Lobo Cabrera, catedrático de Historia Moderna de la Universidad grancanaria, uno de los principales valores del homenajeado es que "abrió puertas a los que veníamos detrás" y destacó de él que "no era ombliguista ni insularista y prueba de ello es que los coloquios son pancanarios".

Larry Álvarez, consejero insular de Cultura y Patrimonio, que anunció que pedirá que se bautice una calle de Sevilla con el nombre del americanista, le considera un "faro intenso y a la vez discreto" de la investigación de Gran Canaria, un "ciudadano a imitar y un canario universal".