Desde hace unos días suena en la radio el tema "Our Day Will Come". Suena como la fallecida Amy Winehouse, y en realidad es ella. Entonces se cierne la sospecha: ¿Se está intentando hacer negocio con la artista, en vísperas de Navidad? ¿Será el nuevo disco un puñado de canciones puestas juntas sin conexión alguna? La respuesta es no. Con el álbum "Lioness: Hidden Treasures", eso no sucede.

Los 12 temas que componen este disco póstumo, que sale a la venta el 5 de diciembre, están seleccionados con enorme respeto. Comprenden el período desde su primera sesión de estudio para el álbum "Frank" (Miami, 2002) hasta sus últimas grabaciones en los londinenses Abbey Road Studios, junto al cantante de jazz Tony Bennett, en marzo de 2011. Para que no haya malentendidos: "Lioness: Hidden Treasures" no es un tercer álbum previsto por la cantante, sino un mapa musical de su trayectoria.

Tras la inesperada muerte, en julio, de la ganadora de cinco Grammys sólo era cuestión de tiempo que sus productores, entre ellos Mark Ronson y Salaam Remi, se fijaran en el material archivado de Winehouse. Una mirada que promete: todos los que trabajaron con Amy coinciden en que nunca interpretaba un tema dos veces de la misma manera.

"Lioness: Hidden Treasures" pone de manifiesto cómo ha evolucionado la voz de Amy Winehouse, que falleció con tan solo 27 años. El tema de bossa nova "The Girl From Ipanema" fue el primero que grabó, a los 18, en los estudios de Miami con Salaam Remi. "La forma en que reinterpretó el clásico me hizo ver que tenía un talento muy especial. Su aproximación al tema era muy joven y fresca", dijo el productor.

Winehouse mostraba en aquella grabación una despreocupada juventud en su voz, que luego fue ganando en profundidad y sentimiento para cada nueva nota. Como en "Valerie", que en este disco aparece en una versión desacelerada. Otra canción importante es "Between The Cheats", una nueva composición que data de mayo de 2008 y estaba entre las que se habrían incluido en un tercer álbum. El tono melódico de finales de los 50 y principios de los 60 encubre el dramatismo de la letra, sobre las infidelidades de su ex Blake Fielder-Civil.

"Tears Dry", versión de la incluida en "Back to Black", se convierte aquí en una balada, mientras que "A Song For You", de 2009, es el homenaje de Winehouse a su artista favorito, Donny Hathaway, que también interpretó este clásico de Leon Russel. Grabado de una sola vez, el tema concentra todo el dolor de la artista, que al parecer lo interpretó tras haber consumido heroína, según el diario británico "The Sun".

Su última grabación de estudio fue el dúo con Tony Bennett, "Body & Soul". En él se funden dos voces iguales, aunque llama la atención una cierto quiebro, premonitorio quizá, en la voz de Amy Winehouse.