Juan Negrín Fidelmann o Juan Negrín Jr., llamado así como hijo del presidente de la II República, quería operar al cineasta Luis Buñuel de su sordera, e incluso él y Rosita Díaz Gimeno, la actriz ("la sonrisa de la República"), su esposa, habían hablado de montar con el director aragonés un bar en Nueva York. Ellos apadrinarán a Rafael Buñuel. Todos eran exiliados españoles, reds para el FBI de los Estados Unidos, y se ayudaban unos a otros. El director de La Edad de Oro se buscaba la vida y Negrín hijo, que había sido capitán de los Carabineros, convalidaba sus estudios de Medicina en la Gran Manzana. Es el trasunto de una sorprendente película casera,

rodada por Buñuel en 1941, y que el documentalista Javier Herrera descubrió entre los legajos y cajas de los archivos de la Filmoteca Española, El tomavistas se entretiene en el dúo Buñuel y Negrín Jr. en la segunda parte de la cinta. La primera está consagrada a Rafael, su hijo recién nacido, atendido por Jeanne, su esposa, en el apartamento de la Calle 83. Buñuel enfoca el objetivo y desvela que tras su coraza de español indómito hay un padre entusiasmado. La segunda parte, dedicada a su otro hijo, Juan Luis, transcurre en una casa de campo, que

podría ser en Connecticut. Allí sitúa Fernando G.Martín la residencia del escultor Calder (El ermitaño errante. Buñuel en los Estados Unidos), amigo del cineasta desde los años de París (Exposición Universal, 1937) y que le presta la residencia para pasar temporadas con los Negrín y con los Sert (el arquitecto y artista Josep Lluís Sert).

Hollywood

La partida de damas chinas transcurre con Jeanne y su hijo Rafael de espectadores, mientras Juan Luis, el otro niño, escribe o dibuja. Juan Negrín Jr. no ha llegado aún a la treintena. Buñuel le lleva más años y está sumido en las asperezas del exilio: ha conseguido trabajo en el MoMA, pero Hollywood es reticente al surrealismo

ideológico de 'Un perro andaluz' o 'La edad de oro'. México lo acogerá. Su contrincante tendrá también un papel en la Historia: A finales de los ochenta se personaba en Las Palmas de Gran Canaria, en la AvenidaMesa y López, para reclamar las propiedades de su familia, evaporadas, confundidas, usurpadas y secuestradas a lo largo del franquismo. La reclamación del legadoNegrín sería atendida por Adolfo Suárez y zanjada por Felipe González con el pago de una indemnización. El acto reconciliatorio llegó más de cinco décadas después de la apacible jornada

con los Buñuel. José Medina, presidente de la Fundación Negrín, habla del hombre que jugaba con el autor de Tristana a las damas chinas, y del que recibió el encargo (calcula que a finales de los años 80) de recomponer el puzle de las propiedades de los Negrín en Gran Canaria. "Hereda la inteligencia de su padre, con el que estaba permanentemente en contacto pese a la diáspora familiar del exilio. Su disciplina, su facilidad con los idiomas, le llevan a lograr una carrera ascendente como neurocirujano en Nueva York. Era una persona compleja por la circunstancias de la Guerra Civil, pero supo gestionar el archivo de su padre. Enuna visita a su casa de losAlpes me mostró por primera vez algo de los famosos papeles de la II República. Él dosificó y administró el acceso a esta documentación, pero siempre con el horizonte de encontrar la madurez democrática suficiente para entregarlos. Su sobrina Carmen cogería el testigo y acabaría el proceso de cesión", recuerda JoséMedina.

Víctima

Negrín Jr. y Rosita, que maneja el tomavista en el supuesto lugar de Connecticut, se preocupan por la estabilidad de los Buñuel, siempre asediados por las carencias económicas. El director pasa por una crisis de ciática y su sordera empieza a afianzarse. La partida de damas es entre dos contrincantes de cultura entrecruzada: el cineasta había estado en laResidencia de Estudiantes de Madrid, y el hijo del estadista había estudiado el bachiller en el famoso Instituto Escuela, también dependiente de la Institución Libre de la Enseñanza, la iniciativa de renovación educativa de los republicanos españoles. Su estancia en Nueva York no atemperó su conciencia de víctima del franquismo. Nada más anularse la Ley de Responsabilidades Política, en 1968, Juan Negrín Jr. viajaba a Gran Canaria para entrevistarse con el político Matías Vega Guerra (también había sido el abogado de su familia) y conocer cuál era la situación del gran patrimonio familiar.

Trastorno

En la película, que dura ocho minutos entre las dos partes, hay paseos en barca, carreras a través del campo, tenis, juegos alrededor de un lago ... Todos vestidos de verano, en un atmósfera apacible y aparentemente alejada de las circunstancias dramáticas del exilio. Pero el blanco y negro de esta película salida de la Filmoteca Española tiene un trastorno: se trata de la actriz Rosita Díaz Gimeno, de una belleza extrema, intérprete en Hollywood ('Angelina o el honor del brigadier', 'Vida bohemia' y 'Rosa de Francia'). 'La sonrisa de la República', como la bautizó Roman Gubern, recibió en 1939 la absurda recepción inaugural de la censura. En 1936, el golpe de Franco le coge en pleno rodaje de 'El genio alegre', y dada su relación con los Negrín es encarcelada para ser fusilada y luego liberada (puede que canjeada). El filme lo estrenarán los nacionales, pero sin el nombre de ella en los créditos. ¿Por qué era Rosita Díaz Gimeno un trastorno? Sobre todo, y nada menos, porque Buñuel andaba loco por los huesos de esta mujer con ideas, nada dispuesta a ser igual que Jeanne (la esposa del cineasta y sufridora de su machismo), y que además había incorporado a su matrimonio con Negrín Jr. un hijo (Francisco), procedente de una relación anterior, pero al que el neurocirujano había dado su apellido. Buñuel y Rosita tenían el imán del cine, e incluso el director aragonés pensó en ella para una serie de proyectos entre Nueva York y Buenos Aires que no llegaron a cuajar. La protagonista de 'Pepita Jiménez' no tenía nada que ver con el prototipo de mujer que sobrevivía en la España de posguerra: llegó a ser del consejo asesor de Lengua y Literatura Romances de la Universidad de Princeton.

Relación

Juan Negrín Jr. "se bebía los vientos por Rosita", aseguran conocedores de la relación, y que prefieren mantener el anonimato. El médico grancanario llegó hasta encargar una biografía de su esposa para que su carrera cinematográfica no quedase en el olvido. Su muerte, en 1985, le provocó una depresión de la que sólo pudo salir gracias a sus estancias en Niza. La relación entre Buñuel y Rosita podría estar o no en el escenario de la película, pero va más allá de un mero cotilleo o una especulación sin fundamento. Fernando G. Martín, en su estudio sobre la vida del director de cine, recoge la opinión de Jeanne sobre Rosita: "Era una mujer guapa, con personalidad, a Luis le encantaba. Desde antes eran amigos de Luis pero yo los conocí en Nueva York... Tenían bastantes joyas. Nos hicimos íntimos". Y seguidamente incluye lo que el cineasta le relató al escritor Max Aub: "En Nueva York, Jeanne vivía bastante lejos, quiero decir, vivíamos bastante lejos, y se ocupaba de los niños. Teníamos poco dinero.Yo trabajaba en elMuseo (MoMA) yme enamoré de R". El autor deLa gallina ciega' tiene la cortesía de no identificar a la atractiva actriz española con su nombre completo. ¿Cómo sigue? Buñuel se muestra arrepentido

y añade "hoy me alegro de que no pasara nada. Para mí la mujer de un amigo es sagrada". Pero Max Aub, que volvió a España en los cincuenta y la abandonó espantado al sentirse inadaptado, da más detalles del breve romance. A pie de página de su libro 'El ermitaño errante', Fernando G. Martín destaca: " El 17 de enero de 1972, seis meses antes de morir, Aub escribió en el diario que Buñuel regresaba desencantado de España por haber

estado enfermo: ´Hablamos largo de R. D., traída a cuenta por Sert. Nada nuevo, algunas precisiones inútiles pero graciosas: J. en el anden del metro -del trenen Long Island, y él con R. apretujados en el vagón, besándose con afán, por vez primera´. (Max Aub,Diarios 1939-1972). Este episodio ocurrió en Nueva York en 1940 y en relación a la discreta reducción de los nombres a iniciales que hace Aub, se entiende que ´R. D´. es Rosita Díaz, ´J´. es

Juan Negrín, y ´él´ es Buñuel".

Bohemia

Los años de los exiliados españoles en Nueva York eran bastante bohemios, y la cosa fue in crescendo con el desembarco de la pandilla del surrealista Bretón, que huye de Europa por el acoso de los nazis. En aquel ambiente del fin de una era y el comienzo de otra, las fantasías con Rosita Díaz, la bella esposa del doctor Juan Negrín hijo, eran inevitables. El matrimonio duró cinco décadas, no sin que el FBI, el guardián, vigilase los pasos de todos ellos, por miedo a que inoculasen el virus del comunismo en la opulenta sociedad americana. El neurocirujano grancanario, de madre rusa (en el exilio utilizó algunas veces el apellido Mijailowa, el segundo por vía materna), estaba en otras claves. José Medina, que lo llegó a tener de invitado en su casa, subraya su idea de que "en la vida había que tener un proyecto, y una perserverancia absoluta para alcanzarlo. Claro, estas cosas a los españoles nos sonaban un poco raras. Él estaba en otra dimensión, vivía en los Estados Unidos, y a todo ello se unía la influencia de su padre, al que veneraba. Y por supuesto, la de su abuelo, un hombre muy listo que logró hacer una verdadera fortuna en la isla de Gran Canaria".