"Alvin y Las Ardillas"[*]

Dirección: Mike Mitchell. Guión:Jonathan Abel y Glenn Berger, basado en los personajes creados por Ross Bagdasarian y Janice Karman. Fotografía: Thomas E. Ackerman. Música: Marik Mothersbaug. Nacionalidad: EE UU. Duración: 87 minutos

Solo funciona en el ámbito de sus incondicionales, especialmente los espectadores menudos, que pueden todavía divertirse con las "gracias" de estos simpáticos personajes que, sin embargo, han agotado ya en sus tres experiencias en la pantalla grande todo atisbo de originalidad o de brillantez. Producto de la tecnología digital por ordenador, tanto Alvin y las dos ardillas, Simon y Theodor, como Las Chipettes -Brittany, Eleanor y Jeanette-, el trío musical que se ha unido a ellos, cobran vida con una gran perfección e interpretan alguna canción deliciosa, pero en general la nueva aventura en la que los vemos carece de imaginación y adquiere el formato de un subproducto infantil con tendencia a generar dosis inevitables de tedio. Los pocos créditos del film que abrió la serie en 2007, ya difíciles de encontrar en la secuela de 2009, han desaparecido por completo.

Dirigida en esta ocasión por un Mike Mitchell que ha forjado su experiencia en la comedia más mediocre, con ejemplos tan burdos como Gigolo y Sobreviviendo a la Navidad, y en un cine de animación de mejor talante, caso de Shrek: Felices para siempre, su handicap más acusado es que navega por aguas muy contaminadas usando por combustible los lugares comunes. La trama comienza en el crucero en el que su propietario, el muy sufrido Dave, intenta relajarse y pasar unos días maravillosos. Algo que resulta literalmente imposible estando a bordo tanto las tres ardillas como Las Chipettes, que no cesan de hacer trastadas. El caso es que en una de ellas serán arrastrados por una cometa fuera del barco, viéndose de pronto perdidos en el inmenso océano. Esta situación desesperada acaba convirtiéndoles en náufragos en una isla en principio desierta, aunque al postre habitada por una pariente femenina de Robinsón Crusoe, Zoe, que se instaló en ella años atrás a consecuencia de un accidente aéreo. No sólo eso, el bendito Dave también aparece en la isla en su deseo de salvar a los animalitos, aunque lo hace en compañía de un truhán, Ian, que tiene con él cuentas pendientes desde hace tiempo. Este es el cuadro de personajes que coinciden en una hermosa isla tropical que está a punto de sufrir una erupción volcánica.