Dos atracos en un mismo banco y todos los presentes (rehenes, ladrones, policías) tienen algo que ver. Con esta loquísima excusa de whodunit (descubre al culpable) se presenta Atraco por duplicado, y sus mínimas aspiraciones. Un entretenimiento bobalicón que se fundamenta en la presencia de un Patrick Dempsey (Anatomía de Grey) transmutado en un Colombo obsesivo compulsivo. Aparte de sus torpezas y la extraña sensación de que el mecanismo no aguantaría un mediometraje (su duración no pasa de la hora y veinte), sí se agradece su falta de prejuicios y sus (reitero, poco hábiles) juegos de manos con el espectador. De alguna manera, resulta revelador que, superados los títulos de crédito de su final previsible, permanezca en la memoria esa estupenda pareja de atracadores sureños formada por Pruitt Taylor Vince y Tim Blake Nelson. Son de ellos dos de los que nos gustaría una precuela, una secuela o lo que sea, y no de los sosos Dempsey y Judd.