Usted sufrió un episodio de violencia de género que la marcó muy profundamente. ¿Ha sido importante este suceso en su novela?

La violencia de género ha sido el mensaje central de mi narrativa. Hay un libro que yo quiero particularmente, que es Luz de cielo de 2003, del que se ha sacado una segunda edición en Italia y una tercera en libro electrónico en EE UU. Es una novela autobiográfica. Yo pedí el divorcio al padre de mis cuatro hijos, pero como respuesta sufrí tres intentos de asesinato, y el último fue un estrangulamiento y apuñalamiento tras el que casi muero. Después agarré una grandísima depresión. No podía escribir. La única cosa que me sacó del pozo fue la responsabilidad de mis hijos. Me quedé preguntándome que por qué, pero no se puede encontrar un porqué a la violencia porque eso sería justificarla. La mayoría del ambiente literario italiano actual es muy superficial e individualista y, cuando saqué ese libro, recibí cartas de muchas lectoras que me decían que llegaron a entender lo que les pasaba y a tomar fuerza en su situación al leer una cosa que a ellas les había ocurrido.

¿No cree que hay demasiada literatura barata que se vende premeditadamente para ayudar a solucionar problemas como ese?

La literatura puede ser muy útil siempre que sea sincera y tenga un mensaje importante. Pero vivimos en un contexto en el que triunfan los bestsellers que son todo lo contrario a eso. Los bestsellers ofrecen un literatura banal, superficial, con problemas como de ciencia ficción. Un ejemplo claro son los libros de autoayuda que obviamente siempre se venden muy bien. Pero no sé hasta qué punto pueden ayudar unos libros que están enfocados en el consumo.

¿Cuáles son sus principales libros de cabecera?

Son muchos. Pero me inicié en la literatura por La Divina Comedia y los clásicos de la literatura mundial como Madame Bovary o Don Quijote. El libro de Saramago El estudio de la ceguera debería leerse en las escuelas. Y me gusta mucho García Márquez, porque lo que muestra es muy parecido a mi Cerdeña ya que la literatura sarda da mucha importancia a todo lo que tiene que ver con la naturaleza.

¿Por qué sólo se ha editado un libro suyo en español?

Porque no he querido ingresar en los circuitos oficiales de las grandes casa editoriales que pertenecen a los massmedia y a los monopolios informativos. Yo he manejado mi obra como una opción de tipo político y social actuando con las editoriales medianas que están fuera de ese circuito, para poder ser absolutamente libre. Esto hace el camino más largo y tortuoso, pero también logra que tu literatura penetre realmente entre la gente. Por el momento sólo se ha traducido al castellano El tiempo de un verano, aunque estoy preocupada en publicar Luz de cielo porque en España, como en Italia, hay episodios de violencia de género muy graves.

¿Tan fuerte es la manipulación que sufren los periodistas y escritores en su país en este momento?

El problema es que hay una lealtad al gobierno de turno en la prensa italiana y hay que crear conciencia de lo que está pasando. Los diarios y agencias alternativas de fuera de Italia son los que dicen lo que realmente está ocurriendo. Mario Monti está a favor de la banca y el Fondo Monetario Internacional que sostiene el gobierno y que está estrangulando al pueblo. No hay una conciencia de esto en el pueblo porque hay una casta que aplasta el sistema de partidos políticos y apoya a ese presidente. La gente llora y se lamenta, pero es que si sigue así se van lamentar más.

¿Y cuál cree que es la solución?

Siempre he puesto el mismo ejemplo. Yo participé en el festival de Medellín donde los poetas van a a leer poesía con la gente. Y esto es lo importante, estar con la gente. No se puede dominar al poder, pero la única cosa que nos queda es la reflexión, porque la violencia nunca lleva a ningún lado. Cuando el pueblo es pisoteado continuamente, todo suele acabar en un acto de violencia. Yo creo que vendrá un periodo de mucha oscuridad, muy largo, donde podemos estar unidos y pensar con mentes críticas.

Hay previsto que se realice un hermanamiento cultural entre Gran Canaria y Cerdeña.

Sí, será entre Artenara y Elini, que es un pueblito de Cerdeña en el que su alcalde, Stefano Stochino, es amante de la poesía y la cultura.

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