Se cumple hoy un año de la partida del poeta Manuel González Sosa. Parece que fue ayer. Todos los que lo tratamos sentimos que su figura es verdaderamente insustituible: pocas personalidades como la suya han llenado tanto un lugar y un tiempo. Lo que debemos a Manuel González Sosa no es sólo una obra poética y crítica, sino también algo más: una presencia, un símbolo, un ejemplo de acción cultural nacidos de la coherencia intelectual y creadora.

Estas palabras pretenden únicamente recordar su figura y hacer un breve recuento de lo que en las Islas se viene realizando en su memoria. Varios periódicos del archipiélago le consagraron, a los pocos días de su muerte, algunas páginas de recuerdo, y el Instituto de Estudios Canarios en la Universidad de La Laguna le dedicó, ya en el mes de diciembre de 2011, una sesión de homenaje y una muy completa exposición bibliográfica. No menos importante ha sido el curso promovido por el Ayuntamiento de su ciudad natal, Guía de Gran Canaria, organizado en colaboración con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y celebrado en el mes de julio de este año, un curso que también contó con una amplia exposición bibliográfica. Durante una semana se habló de su personalidad y de su obra: su labor de animador cultural, de prosista, de traductor, de crítico, de investigador sobre aspectos diversos de la cultura y la literatura y, ante todo, de su obra poética. El curso se celebró en la Casa de la Cultura de Guía, en donde hoy, por otra parte, se encuentran depositados el archivo y la biblioteca del poeta, actualmente en curso de catalogación con objeto de que pueda estar pronto al servicio de estudiantes e investigadores. Al término de las sesiones, todos los asistentes -profesores, alumnos y oyentes- coincidieron en la necesidad de llevar a cabo, lo más pronto posible, una edición del conjunto de la obra poética de Manuel González Sosa, pues ésta, como ya se sabe, por decisión de su autor sólo tuvo circulación no venal y únicamente fue conocida por un círculo muy restringido de lectores. La concejalía de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de Guía se unió a la petición. Realizados los trabajos preliminares de ordenación del material, se están llevando a cabo, en este momento, las gestiones conducentes a la edición de A pesar de los vientos, título que el autor dio a la totalidad de su poesía.

Durante las fiestas de Guía del pasado mes de julio, se nombró a Manuel González Sosa hijo predilecto de la ciudad de Guía y se rotuló una calle con su nombre. En aquel acto, la familia ofreció al Ayuntamiento de Guía la donación de la muy selecta biblioteca y archivo del poeta, que, como antes se dijo, ya está depositada en la Casa de la Cultura de la ciudad. Se trata de un conjunto de materiales, libros y documentos de particular interés para la interpretación crítica de la realidad cultural de las Islas durante un periodo que sobrepasa el medio siglo.

Entre los trabajos en curso figuran tanto la elaboración de una exhaustiva bibliografía de su obra como la edición, en la revista Estudios Canarios (Anuario del Instituto de Estudios Canarios), de las intervenciones de la aludida sesión celebrada en la sede de la institución lagunera.

Manuel González Sosa tiene entre nosotros una presencia viva: la de quien deja un legado fértil y un ejemplo de dedicación intelectual digno de ser imitado. Y, para los que lo conocimos, el recuerdo imperecedero del "caro y dulce amigo".

Como recuerdo de su partida, reproducimos el segundo poema de su libro Sonetos andariegos:

Si pudiera atinar con el camino / que lleva a la plazuela de mi infancia? / A veces, una súbita fragancia / o un cántico de niños, quizá un trino, /estremece mi sangre, y me imagino / que alborea el milagro. Y crece el ansia / de que madure ya. Ya la distancia / y el tiempo caen a tierra. Un aire fino / brota frondas. Allí, aquí estoy soñando / con el mañana. ¡Estar ya en el camino / real donde a los hombres veo jugando! / No, no. Déjame aquí siempre, destino. / Olvídate de mí como se olvida / otoño del laurel. No iré a la vida.